Melody, cansada pero sonriente, tras participar en Eurovisión prometió hablar más adelante con sus seguidores sobre su experiencia, y concluyó con una frase que resume su actitud frente al resultado: “Que viva el arte y la música, aunque a veces prevalezcan otras cosas”. Foto: EP
Israel agradece a España los 12 puntos del televoto en Eurovisión y lanza un mensaje a Sánchez: “La bofetada la hemos escuchado en Jerusalén”
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19/5/2025 05:35
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Actualizado: 18/5/2025 20:33
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Por mucho que la Unión Europea de Radiodifusión (UER) insista en que Eurovisión es un festival “apolítico”, los hechos de la final del certamen de 2025 vuelven a demostrar lo contrario. La decisión del público español de otorgar su máxima puntuación —12 puntos— a Israel, frente al nulo apoyo del jurado profesional, ha sido leída desde Jerusalén como un gesto de respaldo popular frente a la posición política del Gobierno de Pedro Sánchez respecto al conflicto de Gaza.
El ministro israelí de la Diáspora, Amichai Chikli, no ha tardado en reaccionar. A través de un comunicado difundido este domingo, ha agradecido el apoyo del público español a la representante israelí, Yuval Raphael, y ha dirigido un mensaje al presidente del Gobierno: “La bofetada la hemos escuchado en Jerusalén”.
Una frase cargada de simbolismo en un contexto en el que las relaciones diplomáticas entre ambos países atraviesan uno de sus momentos más delicados.
La votación del público español otorgando 12 puntos a Israel, que contrastó drásticamente con la del jurado —que no otorgó ningún punto a Israel—, ha desencadenado una cascada de reacciones, tanto en España como a nivel internacional.
RTVE pide datos concretos del televoto
RTVE ha solicitado formalmente a la UER explicaciones sobre el reparto del televoto español en Eurovisión, así como una auditoría específica. También pide abrir un debate sobre la posible influencia de los conflictos armados en la votación del público.
«Varios países harán la misma petición, al considerar que estos conflictos afectan al televoto y desvirtúan la esencia cultural del certamen», ha afirmado RTVE en un comunicado.
La cadena pública exige conocer el número exacto de votos que recibió cada país por parte del público español.
Durante la primera semifinal, se registraron desde España 774 llamadas, 2.377 SMS y 11.310 votos online. En la gran final, las cifras se dispararon: 7.283 llamadas, 23.840 SMS y 111.565 votos online. Según los datos difundidos por RTVE, los 12 puntos del televoto español fueron para Israel; los 10, para Ucrania; 8 para Polonia; 7 para Estonia; 6 para Finlandia; 5 para Suecia; 4 para Austria; 3 para Albania; 2 para Noruega y 1 para Francia.
El hecho de que Suiza, ganadora del festival según el jurado profesional, recibiera cero puntos del televoto español, y que Israel —duramente criticada por su participación en medio de la guerra en Gaza— obtuviera el máximo apoyo popular, ha reabierto el debate sobre la politización inevitable del certamen, más allá de los deseos de neutralidad de sus organizadores.
La posición española, bajo escrutinio internacional
España ha sido uno de los países europeos más críticos con la ofensiva israelí en Gaza. Pedro Sánchez ha liderado junto a Irlanda y Bélgica las voces que abogan por el reconocimiento del Estado palestino y por una mayor presión internacional sobre el gobierno de Benjamin Netanyahu.
En este contexto, el gesto del público español adquiere una dimensión política que Israel no ha pasado por alto. El mensaje del ministro Chikli, con su referencia directa a Pedro Sánchez, evidencia la lectura geopolítica que se ha hecho desde Jerusalén: “La bofetada” no es solo una reacción emocional, sino una interpretación política del sentir popular.
Eurovisión 2025: ¿punto de inflexión?
La controversia de esta edición pone de relieve, una vez más, que el Festival de Eurovisión es un escenario donde la política —aunque no se la invite— acaba siempre por ocupar el centro del escenario.
La diferencia entre el voto del jurado y el del público, la presión por la transparencia en los datos, la dimensión diplomática de los gestos simbólicos y la creciente tensión entre el arte y la geopolítica marcan un antes y un después.
La petición de RTVE, que previsiblemente será secundada por otros países, podría abrir un proceso de reflexión dentro de la UER sobre el futuro del sistema de votación y el papel que juega el festival en el actual contexto internacional.
Mientras tanto, la bofetada simbólica que dice haber escuchado Israel desde Jerusalén seguirá resonando durante semanas, no solo en el ámbito diplomático, sino también en los pasillos de la UER. Porque, pese a los esfuerzos de sus organizadores, Eurovisión hace tiempo que dejó de ser solo música.
Silencio de Melody y su mensaje de conciliación
Mientras tanto, la representante española, Melody, se ha mantenido al margen de la polémica. Tras finalizar en antepenúltima posición, no quiso atender a la prensa en la zona mixta. No obstante, en un vídeo difundido en sus redes sociales durante la madrugada, la cantante sevillana de ‘Esa Diva’ lanzó un mensaje positivo:
“Con lo que me quedo es con el amor, el cariño y el respeto que todos los países han mostrado, detrás de cámara, a nosotros y a nuestro trabajo”, afirmó.
“Estoy muy satisfecha con la actuación que he hecho. Me parece que hemos hecho un gran trabajo. Mi traje me encanta, vocalmente ha estado… estoy muy feliz”, añadió.
Cansada pero sonriente, prometió hablar más adelante con sus seguidores sobre su experiencia, y concluyó con una frase que resume su actitud frente al resultado: “Que viva el arte y la música, aunque a veces prevalezcan otras cosas”.
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