La insultaba llamándola "tonta", "inútil", "retrasada", "subnormal", "gilipollas" y "no sirves para nada", habiéndola incluso zarandeado en alguna ocasión.
La Sala de lo Penal del Supremo aplica la perspectiva de género y eleva de 12 a 16 años y 8 meses de prisión la condena impuesta a un hombre que intentó asesinar a su mujer de 8 puñaladas, porque aprecia alevosía.