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Los abogados de la Infanta desprecian el periodismo

Los abogados de la Infanta desprecian el periodismo
14/1/2015 13:03
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Actualizado: 06/4/2016 12:03
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No quiero entrar en el fondo del juicio ni caer en el fulanismo

Unos amigos me han pasado: a) el auto de apertura de juicio oral que el Juez José Castro ha escrito sobre caso de la Infanta y b) la apelación que han presentado los abogados de la Infanta.

No voy a entrar en el asunto sobre el que versan estos dos escritos. “Doctores tiene el Derecho”, aunque según voy analizando los escritos jurídicos, cada vez me voy convenciendo de algunas cosas. Por ejemplo, que no hay nada mejor que una buena formación en Filosofía -comenzando por Lógica- y en Retórica Clásica – incluyendo el Contrainterrogatorio o, como dicen los anglosajones, la Cross-Examination-, para defenderse uno a sí mismo con garantías en un juicio. Y ahora que podemos contar con la grabación de las actuaciones, los contribuyentes podemos contar con unos medios que hace años parecían de otra galaxia. Queda la asignatura pendiente de grabar a los jueces.

No me importa el rango de la persona juzgada, porque todos debemos ser iguales ante la Ley; ni los avatares previos al juicio, que en este caso han girado sobre el fulanismo”: que si el Juez Castro, que si el fiscal Horrach, etc.

¿Qué es más importante, el medio o el mensaje?

Mucho más centrales, a mi entender, son estas preguntas: ¿Es más importante el medio que el mensaje? ¿O el mensaje domina al medio? Porque los abogados de la Infanta, Miquel Roca y Jesús-María Silva Sánchez dan a entender que responden positivamente a la primera pregunta. Sin embargo, estoy convencido de que la respuesta positiva a la segunda es la realmente decisiva.

De las 24 páginas que los dos abogados han escrito para responder al Auto del Juez Castro, me centro en unas líneas que figuran en la Pág. 10: “… siguiendo artículos periodísticos y votos particulares (cuyo valor normativo para un Juez es, como puede imaginarse, igual a cero), el Instructor…” (más adelante me referiré a otras líneas de la misma página).

Sherlock Holmes era partidario de “pensar hacia atrás”, que no equivale a ser un retrógado. Si pensamos hacia atrás, ¿con qué nos encontramos? Pues con que estos dos abogados no hubieran dado la menor importancia a la Filosofía de José Ortega y Gasset, que publicó la mayor parte de su obra en El Sol. Eso, para empezar. Y también, nos descubren que lo que una persona piensa por su cuenta acaba en  cero. Sí, ellos hablan de “como puede imaginarse”. ¿Y si resulta que, como en mi caso, yo no me puedo imaginar lo que ellos dicen, sino todo lo contrario? ¿Cuántas obras de teatro y películas hemos visto en las que una persona ha dado la vuelta a toda una situación? Ya es clásica Doce hombres sin piedad, pero ¿con cuántas contamos en la Historia de la Literatura y del Cine? Yo se lo podría decir, pero prefiero que lo averigüen por su cuenta los dos abogados.

Lo que ellos plantean es si un periodista o un magistrado, pensando por su cuenta, pueden llegar al sector ontológico de la realidad. Claro está que no lo plantean claramente, pero no hace falta ser un Premio Nobel para darse cuenta de qué es lo que subyace en su escrito.

¿Es posible llegar, en los medios de comunicación, al fondo de las cosas?

Estos dos abogados son dos personas más que se unen a Oswald Spengler, Barbara Phillips, Dan Ninmo y James Combs, quienes pensaban que  quienes escriben en los periódicos, por muy diversas razones, no podían llegan al fondo de las cosas.

Por el contrario, Ortega y Gasset, con su Perspectivismo; Mark Fishman y su concepción también perspectivística, la corriente del periodismo de investigación y Gustavo Bueno consideran que los periodistas sí son capaces de llegar a capas profundas de la realidad.

En 1996, un periodista de Las Provincias, de Las Palmas de Gran Canaria, le preguntó a Gustavo Bueno sobre la contraposición entre Universidad y Periodismo. Respondió:

«… y mi respuesta es que precisamente donde están las respuestas filosóficas es en televisión y en los periódicos, porque en la Universidad no se habla de filosofía ni se puede hablar. ¿Por qué? Porque, si eres profesor de una cosa, tienes que hablar de aquello y no de otras cosas, porque si no, eres un intruso…

Lo que se enseña en la Universidad es lo que llamamos doxografía, o sea, exposición de lo que dicen otros -generalmente, extranjeros, porque si no, tampoco tiene mérito-, pero los asuntos mismos donde se plantean es en las tertulias de la radio, de los periódicos y de la televisión, allí es donde se pregunta en serio.

Por ejemplo, el sentido de la vida. Si esto se explica en la Universidad, te dicen: «Pues según Epicuro tal, pues según fulano cual» y entonces te sacan una lista de opiniones más o menos eruditas, pero no se discute la cuestión».

Lo que importa son los argumentos

Y ahora vamos al punto fuerte en el que los dos abogados se basan para rebatir lo que sostiene el juez.

“Consideremos, por un lado, la doctrina: el Manual de Derecho Penal Económico más importante de España, escrito además por uno de los grandes especialistas en Derecho Penal tributario de nuestro país señala lo siguiente (Martínez-Buján Pérez, Derecho penal económico y de la empresa…).

Puedo aceptar lo que ellos dicen sobre el Manual y sobre el autor. ¿Por qué no? Sin embargo, no estoy seguro de que los “especialistas” anónimos de la célebre ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y de la Acreditación) valorasen de la misma manera ese Manual. Lamentablemente, para la ANECA, los manuales no cuentan mucho. Los meten en el apartado de «elaboración de material docente», que vale menos que «libros y capítulos de libro».

Mi opinión sobre la ANECA, y lo he escrito ya en dos columnas, es manifiestamente mejorable. Y dedicaré varias columnas más a esta Agencia. A pesar de que siempre ha reconocido los méritos que he solicitado. La reforma de la ANECA me parece más importante que el caso de la Infanta. Corrijo: muchísimo más importante.

Lo decisivo es el valor de los argumentos, no el lugar en que aparecen, sea un periódico o un Manual. Los dos abogados de la Infanta ocultan a qué autor y a qué artículo se refiere el Juez Castro. Pues bien, el autor es D. Enrique Gimbernat, Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, y uno de los mejores penalistas que hay en España. El 15 de Julio de 2014 publicó en El Mundo un artículo que tituló “La sombra de la doctrina Botín no es tan alargada”. Y como estoy acostumbrado a estudiar los argumentos que los personajes utilizan en novelas, obras de teatro, películas y también en textos de fiscales y abogados defensores, reconozco que Enrique Gimbernat es un fuera de serie. Entonces, ¿por qué es más importante el escrito de un autor en un Manual que en un periódico? El hábito no hace al monje. Estos dos abogados y los “expertos” anónimos de la ANECA piensan lo contrario. Así va la Universidad española.

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