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Los excesos del derecho a la libertad y las jóvenes adolescentes occidentales del Estado Islámico

Los excesos del derecho a la libertad y las jóvenes adolescentes occidentales del Estado Islámico
Yolanda Díez Herrero es experta en ciberdelincuencia y violencia de género
11/10/2015 09:32
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Actualizado: 16/2/2016 10:03
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La migración de mujeres occidentales, en especial adolescentes, hacia Oriente Próximo para ser parte del Estado Islámico se ha ido incrementando durante los últimos meses, lo cual ha causado preocupación en la comunidad internacional, ya que el futuro de estas mujeres es incierto.

Además se desconocen las causas y los motivos por los cuales abandonan su vida y a sus familias para unirse a este grupo terrorista.

Los problemas que se suscitan a partir de estos hechos, tienen unas tremendas consecuencias sociales, pero también de carácter jurídico y político.

La defensa de la libertad, y de la dignidad de las mujeres nunca puede ser moneda de cambio para cualquier ideología, religión o régimen político.

Lo sorprendente de este fenómeno es, que no se trata de casos aislados, sino de un movimiento que se expande por toda Europa, Estados Unidos e incluso, Australia.

Debe destacarse que son adolescentes occidentales quienes abandonan a sus familias para viajar a Siria en pos de un sueño inconcebible: casarse con un yihadista.

Lo que desconocen las futuras esposas de los «guerreros santos» del Estado Islámico es que acabarán formado parte de un harén, y sirviendo con toda probabilidad, como esclavas sexuales.

El Estado Islámico ha atraído desde su creación a centenares de mujeres adolescentes que anhelan convertirse en esposas de algún «valeroso» yihadista, y en madres de futuros combatientes.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, las mujeres occidentales que dan el paso de marcharse a Siria o Irán desean regresar a sus casas en pocas semanas.

Ni bodas, ni familias felices, en este sentido debe indicarse que el Califato islámico ha montado una autentica red de explotación sexual, conocida ya como «yihad al nikah» que utiliza a las mujeres como un objeto para el desahogo sexual de los muyahidines.

El testimonio de una universitaria tunecina que, con veinte años en el 2012 partió, junto a su marido, a Siria, donde a la semana ya estaba divorciada y a los diez días vuelta a casar no es extraño.

Nada mas llegar a Siria, un líder yihadista se fijó en ella, le obligó a divorciarse de su marido para contraer matrimonio con él. Sin embargo, una semana después fue obligada a divorciarse de éste nuevo marido para desposarse con otro yihadista que se habían quedado prendido de ella.

Esto se convirtió en una sucesión de bodas y divorcios: 152 hombres en un año.

Mujeres sirias, egipcias, marroquies y occidentales han sufrido las atrocidades del Estado Islámico y una legislación sexual con la que los yihadistas buscan mantenerse «limpios ante Ala».

El Corán sirvió de justificación después de la victoria en Mossul, cuando el califa Al Bajdali llamó a todas las mujeres a cumplir los deseos de los guerreros, y de esta forma, quedar limpios ante la ley islámica.

La periodista Ethel Bonet realizó un reportaje para el periódico «El Tiempo de Colombia» acerca de los cientos de adolescentes de países occidentales que han llegado a Siria para unirse a los yihadistas.

Los casos mas relevantes son los de las dos menores austriacas Samra Kesinovic, de 17 años, y Sabina Selimovic, de 15 años.

Ambas decidieron un día dejar el colegio, a su familia, a su grupo de amigos para viajar a Raqqa, la capital del Califato instituido por el Estado Islámico en Siria, y convertirse al Islam. Para cubrirse con un tupido pañuelo negro sus largas melenas rubias, y, finalmente, convertirse en concubinas de yihadistas.

Esta aventura adolescente de rebeldía, de atracción por lo desconocido, se ha convertido en un peligroso viaje sin retorno para estas dos chicas, las cuales ya con hijos, difícilmente podrán abandonar Siria.

Con la misma voluntad y decisión insospechada, dos menores francesas de origen magrebí, Nora de 15 años y Sabrá de 17 años, abandonaron a sus familias para casarse con combatientes del Estado Islámico.

El hermano de Nora descubrió su paradero a través de una cuenta secreta en Facebook, donde se contactaba con jóvenes yihadistas. Fue en su búsqueda. fue en su busca. La encontró casada. Encerrada en un nuevo hogar yihadista, con el cerebro lavado.

Este explicaba en una entrevista que la joven se «golpeaba la cabeza contra la pared y repetía que no podía regresar».

La imágenes de las adolescentes austriacas fueron durante meses la imagen publicitaria del Estado Islámico, las cuales utilizaban para atraer a combatientes extranjeros.

En su blog, las jóvenes escribían «no podemos regresar con nuestras familias, nos hemos equivocado», resulta difícil llegar a comprender cómo estas chicas europeas, a las que les gustaba salir con chicos y vestir con shorts y camisetas, se han sentido atraídas por un mundo retrógrado y ajeno a su cotidianidad.

Aunque se desconoce el número exacto de concubinas o esposas extranjeras de combatientes del Estado Islámico, se estima que representan el 10 por ciento del total de los yihadistas occidentales que están combatiendo en Siria e Irán.

Las adolescentes francesas son las novias más «devotas».

Se estima que unas 63 mujeres galas son yihadistas en la región, lo que representa el 25 por ciento del total, otras tantas estarían esperando el momento oportuno para viajar al Califato islámico.

Desde Reino Unido, otro de los países con uno de los mayores flujos yihadistas hacia tierras sirias, han partido unas 50 mujeres, según los cálculos de los cuerpos de seguridad.

De Alemania habría unas 40 mujeres adolescentes y otras 15 en Austria.

Por último, 6 mujeres españolas, en este caso mayores de edad, se han unido a la yihad, según los datos del Ministerio del Interior.

Detrás de todo este entramado de reclutamiento de mujeres occidentales para servir a la causa del autoproclamado califa Abu Baler al Baghdadi están las redes sociales, y en especial, Twitter, Así, fm y los blogs de Tumblr.

En ellos, son diferentes las adolescentes que comparten sus experiencias de otras chicas casadas con yihadistas, reciben consejos, o los aprovechan como portal de agencia de citas.

El éxito de la captación de novias yihadistas no hubiera sido posible sin la ayuda de blogs como el de Umm Layz, una yihadista británica, llamado «Diario de una muhajirah» (migrante o peregrina).

En la actualidad puede decirse que tiene más de 2000 seguidores en Twitter.

Miles de mujeres europeas lo han visitado para obtener consejo y orientación para convertirse en las novias de «guerreros santos».

Umm Layz, esta «celestina cibernauta», asesora a las jóvenes sobre como llegar a Siria o Irán.

Les explica que itinerario más directo deben tomar, como deben establecer comunicación con los contactos locales una vez lleguen a la frontera con Turquía, que es la ruta generalmente más utilizada por los yihadistas que entran ilegalmente al norte de Siria.

En ningún momento se les advierte o simplemente menciona aspectos tan «islámicos» y al mismo tiempo dramáticos, como  os referentes a la práctica de la lapidación a las adulteras, el quemar viva a una mujer por la simple negativa de realizar actos sexuales, o los castigos por transgredir códigos de vestimenta.

Otro de los aspectos más relevantes a los que esta bloguera hace referencia, es el relativo a la forma de cómo enfrentarse a la propia familia cuando llega el momento de anunciar que una adolescente «ha sentido la llamada de Allah».

Se les indica que deben ser fuertes y nunca flaquear en la decisión de ayudar a la yihad pese a la oposición de sus familias. Y que, si sus familias no bendicen el enlace yihadista, no deben preocuparse en exceso, ya que el Estado Islámico procederá al nombramiento de un tutor, el cual prestará su permiso para posibilitar dicha unión.

Según Mía Bloom, profesora de la Universidad de Massachusetts y autora del libro “Bombshell: Mujeres y Terrorismo”, alrededor de unas 750 mujeres extranjeras se han ido a vivir al Estado Islámico.

Y en relación a los hombres, según el Consorcio de Análisis e Investigación en Terrorismo, de los 12.000 extranjeros de reclutados, 3.000 serian musulmanes occidentales y y algo más de 180, de origen latinoamericanos.

Pero a la pregunta de cuál es el motivo por el que una mujer adolescente occidental pase a desempeñar el rol de novia yihadista, se debe responder en el sentido de que se cree que muchas de ellas no son escuchadas, carecen de autoestima, o adolecen de falta de madurez, y ello lleva a la conclusión en ocasiones de que a nadie le importen sus opiniones.

Estas mujeres habitualmente se sienten separadas de la sociedad, mientras que el Estado Islámico les ofrece ser parte de la causa.

Otras sienten una atracción romántica por estos personajes masculinos que son ensalzados a través de la propaganda que los representa.

Las mujeres están de forma permanente en peligro.

Lo peor es que este tipo de maltrato y de atrocidades esta justificado por la yihad.

«El Estado Islámico ha convertido la violencia sexual y el maltrato a las mujeres en uno de los ejes centrales de su ideología, utilizándola como táctica de terrorismo para avanzar en sus objetivos estratégicos», dice la profesora Bloom.

La verdadera realidad a la que se enfrentan las mujeres occidentales que migran a Siria no es tan glamurosa ni perfecta como la muestran las reclutadoras.

Muchas de ellas no podrán salir de su casa sin el permiso previo de sus maridos, tendrán que compartirlo con otras mujeres, tendrán que estar dispuestas a quedar viudas de un día para otro.

Y en ningún caso podrán arrepentirse, porque si vuelven a Occidente, serán tomadas presas por haber colaborado con el enemigo, y por ser una amenaza para la nación.

Es sabido que el Estado Islámico tiene una muy buena situación económica, ya que domina una importante zona de producción petrolera.

De hecho, el Washinton Post asegura que el Estado Islámico es el grupo terrorista más rico del mundo, por lo que pueden hacer uso de cualquier tipo de estrategia para reclutar tanto a hombres, como a mujeres occidentales.

Finalmente deben traverse a colación las palabras de Milena Uhlmann, investigadora de la Universidad Humboldt de Berlin, quien explicó a la cadena BBC, el perfil que caracteriza a un yihadista occidental, argumentando que «estos jóvenes están decepcionados de Occidente. Utilizan el Islam como un medio para posicionarse contra su estatus de occidentales. No obtuvieron lo que querían, no se sintieron en casa ni tuvieron sentido de pertenencia», tienen un afán de protagonismo, evidentes rasgos psicopáticos, se encuentran en la permanente búsqueda de una identidad propia, unido al hecho consiste de un deseo irrefrenable de venganza. Por ello afirman frecuentemente que irse a pelear la yihad a Siria, es una forma de retribución.

Estos hechos que a veces observamos con cierta indiferencia, están produciendo paulatinamente y de manera silenciosa, una quiebra en los derechos de las mujeres, y una negación de su dignidad como personas, debiendo preguntarnos como reflexión, donde se encuentra el límite de la libertad, y qué debemos hacer ante excesos como los que son relatados en estas notas.

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