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Lexnet, el reto de la evolución jurídica
Marcos Molinero es socio director de Abogados Penalistas Madrid. www.penalistasabogados.es.
14/2/2016 06:50
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Actualizado: 13/2/2016 17:30
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“Si entendemos que toda evolución necesita de una transición pacífica, en el caso de Lexnet, de un día a otro, hemos pretendido pasar de las notificaciones por fax a la nube judicial”. “Lo anterior implica una revolución, que no evolución, imposible de asentar en el complejo sistema judicial español, de ahí su eventual fracaso”.
Todos los operadores jurídicos tenemos el perenne anhelo de cooperar en construir un sistema judicial más moderno, eficiente, rápido, accesible, con menos burocracia y por tanto más justo para quien son los receptores o sujetos pasivos de ese sistema, todos y cada uno de los ciudadanos.
Como herramienta, el expediente judicial electrónico contribuye sin duda a la modernización, agilización y accesibilidad de la justicia, apartando el viejo y costoso papel que sangra, en el ámbito ecológico, nuestros recursos naturales.
Por tanto, el objetivo y el fin resulta incuestionable desde todo punto de vista lógico-jurídico, lo que dista mucho de que Lexnet, como medio inmediato para lograrlos, sea el más adecuado u oportuno.
La realidad actual que constata a diario este abogado desde “la trinchera judicial” no es otra que la convivencia con del arrinconado fax, la grapadora, los fastener, marcadores, fotocopiadoras, post-it y en definitiva las interminables montañas de expedientes que se apilan en las dependencias judiciales y despachos de abogados, por lo que la loable pretensión del Ministerio de Justicia al final de la legislatura está y estaba avocada al fracaso y el caos.
Más allá del debate de si se ha dotado a la administración de justicia y a todos los operadores jurídicos de los recursos materiales y técnicos necesarios, se encuentra la incontestable carencia de la formación personal de todos nosotros para el uso de las herramientas técnicas como Lexnet y especialmente si mentalmente estamos preparados para abandonar el olor del papel y sustituirlo por el brillo de una pantalla.
En el censo de operadores jurídicos convivimos y conviviremos varias generaciones, desde las que se iniciaron en el mundo judicial con páginas manuscritas traspasadas con papel calco en las viejas maquinas de escribir Olivetti y encuentros en la “plaza de las Salesas”, hasta las generaciones que han comenzado en el sistema jurídico entendiendo que todo lo que no cabe en la pantalla de su smartphone conectado al dispositivo vinculado en su muñeca es innecesario y superfluo.
Crear un espacio común de tantas generaciones de juristas y operadores jurídicos necesita de una educación, formación y sensibilización…..renovarse o morir, adaptarse o quedarse en el arcano de la involución….postulados correctos pero que cuando los enfrentamos al funcionamiento del ordenamiento jurídico constituido en la columna vertebral de la sociedad democrática española, no pueden poner en riesgo la efectiva recepción del derecho a la tutela judicial efectiva de los ciudadanos.
El planing de implantación del expediente electrónico o “papel cero” por parte del Ministerio de Justicia no han tenido en cuenta esta evidente realidad y le ha podido mas la “revolución”, no exenta de aspiraciones electorales al final de la legislatura, que la “evolución” como método de transición a un sistema judicial más ágil, moderno y por tanto que mejore la aplicación de los derechos constitucionales de los ciudadanos en sus relaciones con la Justicia.
Ahora bien, mientras asociaciones de jueces, abogados, fiscales de manera unánime piden que la revolución se cambié por una transición a la evolución, la realidad normativa nos impone adaptarnos a la nueva configuración procesal, para no delegar la imperativa obligación de ser parte de un sistema judicial moderno.
Los diferentes Colegios de Abogados y de manera general el Consejo General de la Abogacía han realizado extensas campañas de información y formación para facilitar al colectivo de abogados la adaptación evolutiva hacía el expediente judicial cero y con ello sortear las evidentes deficiencias del sistema Lexnet. Este esfuerzo es posible que no se haya visto correspondido por el interés individual de cada abogado de actualizarse y de ahí muchas de las críticas recibidas por los abogados.
Como elemento esencial del sistema judicial los abogados tenemos el deber evolucionar hacía esa Justicia ágil que demandamos, por lo que apoltronarnos en la comodidad de los sistemas que ya dominamos supone una dejación de nuestras obligaciones para con nosotros mismos, para con nuestros clientes y para con el ordenamiento jurídico.
El Consejo General de la Abogacía presta constante formación e información, ofreciendo herramientas como “Lexnet Abogacía” que sirve como enganche más eficiente a la nueva realidad virtual en nuestras relaciones con los Tribunales de Justicia.
Los 83 Colegios de Abogados han implementado desde hace meses sencillas herramientas de enganche a Lexnet, emitido las nuevas tarjetas electrónicas y ofrecen continuos cursos de formación y adaptación.
¿Nos hemos preocupado los abogados de actualizarnos haciendo uso de las posibilidades que nos han brindado el Consejo y los diferentes Colegios?……con seguridad la respuesta no será unánime, por lo que deberemos asumir parte de la responsabilidad si nos encontramos excluidos del proceso evolutivo hacía el expediente judicial electrónico que ya no tiene marcha atrás.
Por tanto, si por gracia o desgracia, Lexnet es el sistema que tenemos, nuestra obligación es mejorarlo y “domesticarlo”, pero para ello debemos conocerlo en profundidad dado que todos sabemos que la ignorancia es mala aliada para iniciar cambio alguno.
Para “abogar” es necesario previamente “conocer”…..aboguemos por un expediente judicial electrónico aportando ideas y fórmulas para la implantación de sistemas o herramientas que permitan su consecución.
Si la modernización de la Justicia como histórica reivindicación es una innegable necesidad, debemos asumir los abogados que ello implica un cambio cultural y la formación técnica es lo único que nos permitirá no quedarnos fuera de la realidad.
Aboguemos por críticas constructivas y desde la responsabilidad exijamos que “nuestros compañeros” operadores jurídicos, jueces, fiscales, letrados de la administración y personal de esa administración, reciban la información y formación necesaria para hacer realidad el cambio hacía una Justicia más moderna, ágil y por tanto, justa.
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