Jesús Villegas: «La imagen de politización del gobierno judicial contamina a la de la Justicia»
El magistrado Jesús Villegas es juez decano de los Juzgados de Guadalajara y secretario general de la Plataforma Cívica por la independencia judicial. Confilegal.

Jesús Villegas: «La imagen de politización del gobierno judicial contamina a la de la Justicia»

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14/4/2016 05:27
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Actualizado: 07/3/2022 14:22
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Jesús Villegas es un juez que «siempre lleva la toga puesta». Ingresó en la carrera judicial en 1999 y ocupa actualmente el puesto de magistrado instructor en Guadalajara, partido judicial del que es decano. También es autor del libro “El poder amordazado», o como reza en su subtítulo, «la historia oculta de cómo el poder político se ha infiltrado en la justicia española».

Jesús Villegas, decidió ser juez «para buscar la verdad como método científico», canalizando en su profesión «su pasión por la filosofía».

Es un apasionado del estudio, y junto a su mujer, también jueza, dedica todo su tiempo libre, «que en muchas ocasiones quita a las comidas», a investigar sobre los sistemas judiciales en otros países. Ahora está volcado en estudiar el sistema inquisitorial.

Ser juez para él es un compromiso con la sociedad. Es «un acto sagrado», como él mismo asegura. Es dar a las personas que han perdido toda esperanza un poquito de fe. Según afirma en esta entrevista a Confilegal, «los jueces somos, en muchas ocasiones, el último baluarte de los ciudadanos». En ausencia de justicia se retorna a la selva, al estado de naturaleza que popularizó el filosofo inglés Thomas Hobbes.

Villegas también es secretario general de la Plataforma Cívica por la Independencia Judicial y director de la revista digital Tempus Octobris, dos referentes para la carrera judicial.

En el libro habla de que la Justicia es un “poder amordazado” ¿A qué se refiere?

Es una metáfora. El origen es un artículo sobre el Anteproyecto de la Ley Orgánica del Poder Judicial de este Gobierno en el que se señalaba que a los jueces se les iba a prohibir hablar en público acerca de las sentencias que se hubieran publicado. De haberse aprobado ese artículo este libro no habría visto la luz.

Habla mucho de la politización de la justicia, a la que no duda en calificar como “la mayor enfermedad que padece el poder judicial”.

En la Justicia hay problemas materiales (por falta de medios) y, a veces, la opinión pública tampoco entiende alguna de las decisiones que adoptamos los jueces. La justicia tiene una función simbólica que es la de resolver conflictos. Si el ciudadano percibe que el juez no es juez sino que es un político o que está influido por un político, aunque dictemos las mejores resoluciones del mundo no sirven para nada porque se quiebra esa confianza que es algo muy frágil. Una Justicia sin la confianza de los ciudadanos no puede ser justicia.

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Jesús Villegas, secretario general de la Plataforma Cívica se muestra muy crítico con el actual sistema de nombramientos discrecionales. Confilegal

Una Justicia sin la confianza de los ciudadanos no puede ser justicia.

Ahora esa confianza está “quebrada” porque la ciudadanía no percibe al Poder Judicial como un órgano independiente.

Dentro de las justicia tenemos que diferenciar dos ámbitos: uno de ellos es el gobierno del Poder Judicial que está completamente politizado por ley, -depende de los políticos- y, otro, es la función jurisdiccional, que es cuando los jueces resolvemos casos, dictamos nuestras sentencias o adoptamos decisiones. Esto último, ahora mismo, no está politizado. A mí nadie me dice lo que tengo que resolver.

Sin embargo, la imagen de politización del gobierno judicial contamina a la de la justicia porque el ciudadano no distingue entre Carlos Lesmes, como presidente del Tribunal Supremo (donde ejerce de juez) y Lesmes como presidente del Consejo General del Poder Judicial (donde es el jefe de los jueces). En la cúspide de la justicia se ejemplifican esas dos funciones. Esa politización se trasvasa y la ciudadanía pierde la confianza en la justicia porque la percibe como una emanación del poder político.

Como secretario general de la Plataforma Cívica ustedes han sido muy críticos con el actual presidente Carlos Lesmes y su sistema de nombramiento.

Cuando Carlos Lesmes llega al poder nosotros no sabemos cómo lo va a hacer. Lesmes se deslegitimó muchísimo ante la carrera judicial cuando dijo aquello “del palo y la zanahoria”. Tenía que haber salido para decir que se había equivocado. Todos nos hemos equivocado en una entrevista. Sin embargo, su porfía en mantener esas declaraciones le ha dado fama de soberbio. Además, está decepcionando mucho a la carrera con su política de nombramientos, especialmente, porque él dijo que esto del intercambio de cromos se iba a acabar. Y ahora corre el rumor de que Lesmes nombra a sus amigos, yo no digo que esto sea así. Sin embargo, los informes que emite la Plataforma no permiten desmentirlo.

Ahora, desde un punto de vista sociológico, el sistema de nombramientos del Consejo se parece a un sistema feudal, al menos tiene característica feudales.

Sugiere que hay que acabar con “los políticos togados”, en definitiva, sobre el control políticos de los nombramientos discrecionales

Los primeros culpables somos nosotros, no digo todos. Si lo jueces no colaboraran con la politización esta no existiría. Si no encuentras “una quinta columna” dentro de la carrera judicial da igual lo que hagas.

Los “políticos togados” son seres amorfos que no sabemos si son políticos o jueces. Son como estos juegos visuales donde aparece una figura y depende de cómo la mires es una cosa u otra.

La Plataforma Cívica ha llegado incluso a denunciar el sistema de nombramientos discrecionales hasta en Naciones Unidas ¿Es tan malo?

Sí, el tema de los nombramientos es un escándalo. El reglamento que tenemos en este sentido es una cosa vaga e imprecisa y aunque, en teoría, los nombramientos deben estar regidos por el mérito y la capacidad, en realidad esto no es así. Los nombramientos se realizan por cuestiones ideológicas o por “amiguismo”. Nos encontramos ante una situación de indefensión.

Por ello, la Plataforma ha presentado una denuncia ante Naciones Unidas. Al mismo tiempo hemos creado un observatorio donde venimos analizando algunos de los nombramientos más significativos de los últimos tiempos. Y los informes que emitimos tienen argumentos jurídicos que permiten ser utilizados para proponer la anulación de alguno de esos nombramientos.

Estamos satisfechos porque nuestro trabajo está dando frutos.

Eso sí, nosotros no cuestionamos la validez y la honradez personal de los jueces que “resultan agraciados”. Nosotros denunciamos el sistema.

Recientemente, se acaba de anular en nombramiento del presidente del Tribunal Superior de Justicia de Murcia, Miguel Pasqual de Riquelme. No lo conozco personalmente, pero algunos compañeros aseguran que es una persona y un juez extraordinario. Sin embargo, nosotros publicamos un informe contrario a su nombramiento. Y ahora lo han anulado.

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«Yo creo que los jueces deben ser elegidos siempre por mérito y capacidad». Confilegal.

Los ‘políticos togados’ son seres amorfos que no sabemos si son políticos o jueces

Incidiendo en el tema de los nombramientos, en el libro habla de “reparto de cromos”

Esto es preocupante. Hace poco tuvimos en la Plataforma una vocal del Consejo, Mar Cabrejas, que fue valiente al venir a ese encuentro. Y le planteamos una cuestión directa sobre si la ideología del juez se tiene en cuenta para los nombramientos y esquivó la cuestión. Me hubiese gustado que lo negara categóricamente porque yo quería creerla.

Yo creo que los jueces deben ser elegidos siempre por mérito y capacidad. Aunque puede llegar a que la  ideología pueda influir, lo que es totalmente inaceptable es que se intercambien cargos unos por otros: un presidente de un Tribunal Superior de Justicia por dos presidentes de Audiencias….Ese es el auténtico intercambio de cromos. Así se juega o, al menos, así se dice que se juega. Eso es atentatorio contra la dignidad de los jueces.

Y eso parece que ocurre

Nuestras investigaciones nos llevan a la conclusión que ese tipo de nombramientos no se pueden desmentir de base. Es un escándalo moral y eso no puede seguir así.

Sostiene en el libro que un Consejo elegido solo por las asociaciones de jueces estaría politizado puesto que las asociaciones son “promotoras de candidatos a las vocalías del Consejo”

Quiero matizar. No todas las asociaciones están politizadas. Hay dos asociaciones que han nacido con esa vocación. Sin embargo, ahora, con los nuevos nombramientos creemos que pueden cambiar las cosas. Tanto Manuel Almenar como Joaquim Bosch son dos personas muy dialogantes.

Las asociaciones, por desgracia, han sido percibidas como una correa de transmisión o como una forma de etiquetar a los jueces.

Creo que debemos democratizar la carrea judicial, hay que instaurar el principio de “un juez un voto”. Algo tan sencillo como que los más de 5000 jueces que somos en España constituyamos una Asamblea, una Junta Nacional de Jueces, y allí podamos elegir a nuestros representantes. Esos 12 miembros que nos corresponden según la Ley Orgánica del Poder Judicial.

No le queremos contradecir pero las cosas cada vez van menos en ese sentido.

Yo tenía mucha ilusión con el último proceso electoral pero cuando vi el pacto al que llegaron PSOE y Ciudadanos pasé dos días deprimido. De todas formas no hay que perder la esperanza. (Risas)

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«La judicatura española tiene un nivel de afiliación bastante bajo». Confilegal

Creo que debemos democratizar la carrera judicial, hay que instaurar el principio de ‘un juez un voto’

Cree que algunos de sus compañeros se inscriben en una asociación porque esta les brinda protección

Cuando entramos en la carrera judicial tenemos miedo de que nos pueden presentar una querella infundada o nos pueda pasar cualquier cosas. A veces se tiene la impresión de que el juez es muy poderoso, pero no es así. La judicatura española tiene un nivel de afiliación bastante bajo, están afiliados poco más de la mitad.

La asociación muchas veces funciona como un baluarte, como una fortaleza, como un nicho donde te sientes seguro. Y fuera de la asociación hace mucho frío, está uno muy solo. Por esos sorprende que no haya muchos más afiliados.

A los jueces no nos gusta que nos pinte de rojo o azul, no nos gusta que nos vinculen como próximos a un partido o a otro.

Ojalá empiecen a cambiar las cosas cuando las asociaciones ejerzan una política activa a favor de la independencia judicial, -que no digo que no la hayan tenido hasta ahora-. Conviene demostrar que estar en una u otra asociación no significa estar en un rebaño donde el poder político puede tener localizados a los que les son afines en función de una u otra ideología.

Esto está cambiado, los últimos comunicados de las asociaciones judiciales se han redactado de forma conjunta por todas ellas.

Evidentemente esto es así desde diciembre. Además ya todas las asociaciones están a favor de que los 12 miembros del Consejo que otorga la Constitución a los jueces sean elegidos directamente por nosotros, incluso Jueces para la Democracia. Lo que ha servido de catalizador para este cambio de postura entre los jueces ha sido la llegada de Manuel Almenar “el deseado” a la presidencia de la APM (Asociación Profesional de la Magistratura).

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Todas las asociaciones están a favor de que los 12 miembros del Consejo que otorga la Constitución a los jueces sean elegidos directamente por nosotros. Confilegal

Fue la Alemania nazi la que introdujo en Europa la investigación por parte del fiscal, y esto se ha olvidado completamente

Se opone enérgicamente a que la instrucción pase a manos de los fiscales, cuando es algo que ocurre en la mayor parte de los países de nuestro entorno…

Por partes. Eso de que los fiscales llevan la instrucción en la mayoría de los países de Europa no es del todo cierto. En Francia solo lo lleva para los delitos, pero para los crímenes, es decir las infracciones más graves, los llevan los jueces. Algo que también ocurre en Bélgica.

Fue la Alemania nazi la que introdujo en Europa la investigación por parte del fiscal, y esto se ha olvidado completamente. En Estados Unidos, donde investigan los fiscales, estos sirven a los grandes bufetes de abogados, es una cosa totalmente reaccionaria. Es una investigación totalmente politizada y llena de errores.

La investigación criminal, el descubrimiento de los hechos, tiene que reunir una serie de características: tiene que ser apolítica, tiene que ser objetiva, tiene que ser imparcial, tiene que ser independiente y tiene que ser llevada por un órgano inamovible. Ahora los fiscales tienen menos garantías institucionales. Eso de decir que la investigación se realizará por “una fiscalía autónoma” es un eufemismo.

El que investiga no puede ser el mismo que acusa. Por eso en España los jueces de investigación son unos y los que juzgan son otros.

Atribuir la instrucción a la Fiscalía mientras mantenga su estructura jerárquica y su dependencia política es un auténtico disparate. Las fiscalías funcionan de forma totalmente jerarquizadas. El fiscal jefe te puede mandar a hacer juicios a un pueblo, decide acerca de tus vacaciones, tus permisos… Es decir, dependes de la misma persona que te puede relegar de la investigación.

Si la fiscalía llevase la investigación muchos asuntos de corrupción no habrían salido a la luz, como la Gürtel, el caso Faisán y, desde luego, la Infanta no estaría sentada en el banquillo.

Es un firme defensor de la búsqueda de la verdad en la investigación criminal ¿no es lo que debería ser?

El problemas es que algunos entienden que la investigación criminal no es la búsqueda de la verdad. Ahora se emplean muchos sofismas pero lo que se busca es una investigación que sea la ejecución de la política criminal del Gobierno.

Por ejemplo el modelo anglosajón –el que se usa en Estados Unidos- es un modelo de ocultación, no busca la verdad. Eso lo vimos claramente en el caso del presidente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss Kahn, se pidió un juez instructor y esto la gente no lo sabe. Y cuando hubo la filtraciones de wikileaks se dijo que España no se podía controlar a los jueces, pero si se podía controlar a los fiscales.

Yo propongo un juez de garantías de verdad. Si yo estoy investigando un asesinato en Guadalajara, por ejemplo, que no sea yo mismo el que ordene la intervención telefónica. Eso sí, la investigación tiene que estar dirigida por un juez o por alguien que sea igual de imparcial que un juez.

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La memoria está muy bien para un juez, pero hay que tener otras cosas: hay que saber escribir, tener capacidad de organización, habilidades sociales,…. (Confilegal)

La investigación tiene que estar dirigida por un juez o por alguien que sea igual de imparcial que un juez

Tacha a las oposiciones de jueces de “sistema medieval donde lo que prima es tener mucha memoria”

Desde que se empezaron a grabar los juicios se ha elevado mucho la educación de nuestros magistrados. Los jueces tenemos que ser respetuosos y también tenemos que ser humildes, a veces parece que caminamos dos metros por encima del suelo.

Yo no estoy en contra del sistema, lo que pretendo con mis críticas es que el sistema mejore. Es un sistema igualitario que permite que el hijo de un trabajador como yo pueda llegar a ser juez.

Es un sistema de excelencia, se prima al que aguanta. La memoria está muy bien para un juez, pero hay que tener otras cosas: hay que saber escribir, tener capacidad de organización, habilidades sociales,….

¿Cuánto tardó en sacar la oposición?

Cinco años y tres meses.

Más que un homicidio imprudente

Casi una condena. Fue tremendo, solo descansaba los domingos.

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