Carlos Lesmes a la búsqueda de un legado para dejar
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07/8/2016 07:55
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Actualizado: 01/8/2016 18:05
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Carlos Lesmes ya piensa en el día después, cuando deje de ser presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, dentro de dos años y medio. Y es que la vida va muy rápida. Reflexiona sobre qué legado va a dejar. Los 30 meses que componen la mitad de su mandato se han pasado volando y es consciente de que tiene que dejar «algo» que no sea la gestión del día a día del órgano de gobierno de los jueces. Para ese «algo» ya hay un nombre provisional: «Libro de la Justicia».
¿Y qué es?, ¿en qué consiste?.
La idea que les ha transmitido a todos los vocales, con los que se ha visto personalmente en su despacho, es que quiere que sea una especie de «hoja de ruta» de lo que debería ser, desde su punto de vista, la «Justicia del siglo XXI».
A todos les ha pedido información de lo que han hecho hasta ahora, de nuevas ideas y de planes para lo que resta de mandato.
Este «Libro de la Justicia» recuerda mucho a la idea del «Libro Blanco de la Justicia», que en 1981 impulsó el primer presidente del CGPJ y del TS, Federico Carlos Sáinz de Robles, y que en 1997 repitió, con gran éxito, su sucesor, Javier Delgado Barrio, solo que en esta ocasión han dejado el calificativo «blanco» al margen.
De hecho, ya hay un documento base de 180 folios que reúne en bruto las diferentes ideas y que coordina el vicesecretario general del CGPJ, José Luis de Benito.
El asunto se ha tratado en el Pleno que ha celebrado hoy el CGPJ. En el mismo se ha dado luz verde a los trabajos y se ha fijado un límite de tiempo: un año.
Entre las propuestas que se manejan en este nuevo «Libro Blanco de la Justicia» que impulsa Lesmes, como parte de su futuro legado, están las de reclamar al ejecutivo el presupuesto para que sea el CGPJ y no el Ministerio de Justicia el que pague a los jueces, como sucede ahora -que han planteado Mario Macías y Rafael Fernández Valverde– y la reducción del número de vocales de 20 a 12, aunque sin precisar demasiado quién y cómo deben ser elegidos, idea esta que ha armado Alvaro Cuesta, el «coacher», el hombre que le preparó para su comparecencia ante la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados del pasado 30 de abril, que tan bien le salió a Lesmes.
En el texto ciertamente no habrá ninguna referencia al abandono de la Secretaría Permanente de Cumbre Judicial Iberoamericana que el CGPJ cedió hace unos meses a la Corte Suprema del Uruguay, y al paso atrás que eso supuso tras casi dos décadas de responsabilidad.
LA SENTENCIA DEL TEDH, UN REFERENTE
También tendrá su impacto en lo que salga -con toda seguridad- la reciente sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, condenando a Portugal y poniendo en tela de juicio, por su composición interna, la imparcialidad y la independencia del Consejo Superior de la Magistratura (CSM), el órgano de gobierno de los jueces de ese país.
El CSM está compuesto por 17 miembros, 9 no judiciales y 8 judiciales, de los que los no judiciales 7 son elegidos por el Parlamento y 2 por el presidente de la República, lo que está en la base de la condena.
En España los 20 vocales, los 10 judiciales y los 10 no judiciales, son elegidos al ciento por ciento por el Congreso y por el Senado.
Lesmes, según ha podido saber Confilegal, quiere hacer una radiografía de 360 grados sobre la carrera judicial y la Administración de Justicia para, con ello, enviarlo al Congreso de los Diputados, al Senado, al Gobierno y a las 12 Comunidades Autónomas con competencias transferidas en materia de justicia con el fin de que implementen las medidas que no correspondan al CGPJ.
El presidente del CGPJ y del TS busca, con esta iniciativa, dejar su huella para la posteridad, a la par que un lugar bajo el sol que alumbrará la próxima legislatura en la que la idea de un Pacto de Estado por la Justicia.
Una idea, esta del Pacto, que ya ha sido asumida por el PP, el PSOE, Podemos y Ciudadanos, por el Consejo General de la Abogacía Española, que suscribió el pasado mes de abril un acuerdo en esta línea con las asociaciones judiciales -la Asociación Profesional de la Magistratura, la Asociación de Jueces Francisco de Vitoria, Jueces para la Democracia y Foro Judicial Independiente- por los fiscales, por los procuradores y por los sindicatos de funcionarios.
Escrito en el viento, como decía Bob Dylan, flota la promesa de que está será la legislatura definitiva de la Justicia, y Lesmes no se la quiere perder.
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