Bruselas investiga el conflicto ético del fichaje de Durao Barroso por Goldman Sachs
José Manuel Durao Barroso, expresidente de la Comisión Europea y actual asesor de Goldman Sachs. (EP)

Bruselas investiga el conflicto ético del fichaje de Durao Barroso por Goldman Sachs

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12/9/2016 14:00
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Actualizado: 12/9/2016 14:12
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La Comisión Europea finalmente investigará las implicaciones éticas del fichaje de su expresidente, José Manuel Durao Barroso, como asesor de Goldman Sachs, después de las críticas hechas públicas la semana pasada por la Defensora del Pueblo de la Unión Europea.

El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, ha pedido a un comité ético «ad hoc» que examine si el nuevo cargo de Barroso en Goldman Sachs se adecúa al código de conducta aplicable a los excomisarios.

Esta es la respuesta de Juncker, a la Defensora del Pueblo de la UE, Emily O’Reilly, quien el pasado día 5 puso en duda las medidas tomadas hasta ahora.

O’Reilly ha celebrado la celeridad con la que Juncker ha reaccionado a su queja y ha confiado en que el examen ético se cumpla ahora «cuanto antes».

Con todo, ha advertido de que son necesarias más medidas para evitar nuevos conflictos y ha reiterado la necesidad de revisar el Código de Conducta para incluir en él, por ejemplo, sanciones.

Las normas actuales en materia de conflicto de intereses exigen a los exaltos cargos comunitarios informar a la Comisión Europea de su cambio de puesto, si este se produce en los 18 meses siguientes a dejar Bruselas.

En el caso de Durao Barroso, su contrato con la influyente entidad de Wall Street se firmó 20 meses después de cesar su relación con la Comisión, lo que le permitió evitar la notificación y ha permitido a Bruselas defender hasta ahora que se cumplieron las reglas.

Cuando se conoció la noticia, Juncker confirmó que su predecesor le informó del cambio en una conversación posterior a que su fichaje se anunciara públicamente.

Ahora, Juncker ha pedido a Durao Barroso «aclaraciones» sobre sus nuevas responsabilidades y las condiciones de su contrato y encargará un dictamen sobre ello al Comité Ético.

«Le hemos pedido el contrato (que ha firmado con Goldman Sachs) para verlo y verificar que lo que hay en el está en línea con el Tratado», ha explicado en una rueda de prensa el portavoz comunitario Alexander Winterstein.

Fuentes comunitarias han confirmado que el documento fue solicitado el pasado viernes, pero que por el momento no ha sido entregado por Barroso.

El Comité Ético está formado por tres exaltos funcionarios de la Unión Europea: Christiann Timmermans, con carrera en los servicios legales de la Comisión y más de 10 años como juez del Tribunal de Justicia de la UE; Dagmar Roth-Behrendt, una exeurodiputada alemana que pasó cinco legislaturas en la Eurocámara; y Heinz Zourek, con cargos de responsabilidad en varias direcciones generales de la CE.

Se trata de un «examen ético» para analizar si el fichaje es compatible con las normas del Tratado de la UE y no hay conflicto de intereses, han aclarado fuentes comunitarias.

Al margen del plazo de 18 meses que marca el fin de la obligación de notificar un cambio de trabajo, el artículo 245 del Tratado de la UE exige a los miembros del Colegio de Comisarios un comportamiento «íntegro» mientras desempeñan su cargo, pero también «después».

PÉRDIDA DE PRIVILEGIOS

Entre las tareas que se encomendará al exprimer ministro portugués en Goldman Sachs, está el de asesorar sobre las consecuencias del ‘Brexit‘.

Se da la circunstancia de que el jefe negociador de la Comisión para la salida de Reino Unido de la UE es el excomisario Michel Barnier, miembro del Ejecutivo comunitario en la era Barroso.

En cuanto a la decisión de dejar de considerar al político portugués como un «expresidente» y pasar a tratarle como miembro de un grupo de presión, ello supone que cada visita de Barroso a la institución deberá quedar inscrita en el registro de lobistas para garantizar «plena transparencia».

En este sentido, Junkers ha precisado que los miembros de la CE y los funcionarios comunitarios al reunirse con Barroso deberán cumplir las normas vigentes relativas a la transparencia y a los contactos con los representantes de grupos de presión.

Es la primera vez en que un expresidente de la Comisión Europea ve cómo se le retiran sus privilegios protocolarios, según las fuentes consultadas. (CONFILEGAL/EP)

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