Marcos García Montes: “El juez Presencia está sufriendo una persecución”
Marcos García Montes, socio director de Marcos García Montes Abogados, y su cliente, el juez Fernando Presencia, sobre cuyo caso habla en esta entrevista. Confilegal.

Marcos García Montes: “El juez Presencia está sufriendo una persecución”

|
25/11/2016 05:59
|
Actualizado: 25/11/2016 09:36
|

Marcos García Montes, socio director de Marcos García Montes Abogados, es, sin duda, uno de los mejores abogados penalistas de los últimos cuarenta años de historia de la Abogacía española.

Su eficacia en sala es comparable a la de Johnnie L. Cochran Jr, el letrado estadounidense que consiguió la libertad para O.J. Simpson en su primer juicio.

Si hubiera nacido en aquel país, García Montes seguro que habría tenido su propio “show” o, incluso, habrían hecho una serie de televisión inspirada en su persona. Porque no pasa desapercibido.

García Montes es el abogado del magistrado Fernando Presencia, juez decano de Talavera de la Reina, en las dos querellas que ha presentado la Fiscalía de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha.

El caso, una historia digna de inspirar un culebrón televisivo con audiencias por encima del 30 por ciento, se complica cada vez más.

García Montes explica aquí, desde su punto de vista, lo que sucede. Sin pelos en la lengua. Como hace siempre. En su línea. Alto y claro.

¿Qué es lo que está pasando con el juez Presencia, señor García Montes?

Yo creo que está sufriendo una persecución permanente. Es una persecución a un hombre honesto que ha dedicado su vida a su vocación heredada de su padre, que también era juez.

Son trece expedientes disciplinarios contra su persona y tres querellas; dos de la Fiscalía de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha y una, la última, del fiscal decano de Talavera. La condena de una de ellas le ha inhabilitado. ¿Es normal que a un juez le metan tantos, digamos, “paquetes” en el periodo de un año y medio?

Pues no, porque, como nosotros hemos acreditado en el juicio, no ha habido ningún tipo de prevaricación.

Ahora tiene que resolver la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. En casos iguales ha dictado sentencias absolutorias.

Lo más grave para mí es que los mismos magistrados que le condenaron en ese juicio son los que ahora han admitido una querella nueva.

Y han nombrado instructor del caso nada menos que al que fue ponente de la primera sentencia. Eso sí que, en principio, supone causa de abstención y de recusación. Sin perjuicio de que sí que ahí podría haber prevaricación.

Presencia es un hombre que es incómodo, que no está con el sistema

En la foto el letrado Marcos García Montes, socio director de uno de los bufetes más conocidos de la capital de España. Confilegal.

En la foto el letrado Marcos García Montes, socio director de uno de los bufetes más conocidos de la capital de España. Confilegal.

¿Por qué esta aparente animadversión contra el juez Presencia? ¿Quizá porque denunció la existencia de una supuesta corrupción en Talavera de la Reina?

Pues porque es un hombre que es incómodo, que no está con el sistema. Por encima del “establishment” están sus principios. Como ciudadano ha denunciado lo que él entendía que era corrupción.

Ahora lo que hace falta es que se investigue a fondo.

¿El hecho de que uno de los señalados por Presencia sea el fiscal decano de Talavera de la Reina ha contribuido para que se produzca esta persecución, desde su punto de vista?

Yo tengo un profundo respeto por el fiscal decano, al que conozco desde mucho antes de que aprobara la oposición. Yo no he firmado absolutamente nada contra el juez decano, pero si el juez Presencia ha puesto una denuncia, a mi juicio, debe investigarse hasta el final.

Sus argumentos son sólidos. El caso no debería investigarlo ni la Policía Nacional ni la Guardia Civil de Talavera de la Reina sino la Unidad Central Operativa de la Benemérita, que es mucho más objetiva, en mi opinión. O la Comisaría General de Policía Judicial de la Policía Nacional.

Los motivos para que esto debiera ser así son obvios. La mujer del César, además de honrada, debe parecerlo.

Ya sabe usted que al Ministerio Fiscal se le llama también “milicia fiscal”, para subrayar, con evidente intención peyorativa, su estructura jerárquica. ¿El hecho de que la Fiscalía de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha haya investigado a uno de los suyos, al juez decano de Talavera, y haya concluido no haber encontrado nada, es congruente?

Cuando el tema del desacato se quitó del código penal porque los jueces enjuiciaban a los jueces, pues hay que tener cuidado con ese tema, ¿no?

Yo creo que el tema del archivo de ese procedimiento debería haberse sometido al control judicial.

Porque, en definitiva, los que tienen la última palabra son los jueces.

Y son los que tienen que decidir y estudiar la supuesta infracción bien en vía penal, bien en vía administrativa.

Jamás, en mis 45 años de ejercicio profesional, he visto que se ordene una detención de un juez por un tribunal colegiado para que le entreguen una notificación, como en el caso de Presencia

Marcos García Montes en su despacho de Madrid, donde tiene muy presente a la Justicia. Confilegal.

Marcos García Montes en su despacho de Madrid, donde tiene muy presente a la Justicia. Confilegal.

Sin embargo, en el comienzo de todo, en junio de 2015, cuando Presencia denuncia la existencia de una supuesta trama de corrupción en los Juzgados de Talavera de la Reina, la práctica totalidad de los jueces de instrucción y primera instancia de esa ciudad firmaron un manifiesto en apoyo del fiscal decano y en contra de su cliente. ¿Considera usted que los jueces pusieron, entonces, en tela de juicio su independencia con esa decisión?

La objetividad tiene que estar por encima de todo. Hace unos días, antes de que Rita Barberá falleciera, se cuestionaba si el magistrado Cándido Conde-Pumpido era el más adecuado.

Yo creo que en ciertos temas hay que tener mucha puridad. Porque el Tribunal Supremo en el caso de la magistrada Ángela Murillo, presidenta de la Sección Cuarta de la Audiencia Nacional, estimó una recusación simplemente porque le dijo al canalla de Otegui que si quería agua como si quería tila. Y ahí perdió la imparcialidad.

Pues si ese fue un motivo de pérdida de la imparcialidad y objeto de recusación, imagínese donde estamos.

El hecho de que el juez Presencia haya presentado tantas denuncias, ¿ha debilitado su credibilidad?

Yo creo que en lo que se ha convertido el juez Presencia es el denunciante de lo que él estima que no está dentro de la legalidad en un territorio judicial.

Y eso siempre incomoda al sistema. Pero yo creo que las resoluciones del Consejo General del Poder Judicial han sido revisadas por la Sala Tercera del Tribunal Supremo y han sido, en algunos casos, resueltas a favor del magistrado. Por lo tanto, razón tiene.

¿En todo o en parte? Eso ya se verá.

Hace unos días su cliente presentó una querella criminal contra los magistrados que ordenaron su detención para que le fuera comunicada una orden judicial. ¿Esto no va en detrimento del propio Presencia?

Lo ha hecho personalmente. Dicho esto, debo decirle que jamás, en mis 45 años de ejercicio profesional, he visto que se ordene una detención de un juez por un tribunal colegiado para que le entreguen una notificación, como en el caso de Presencia. En la primera vez en mi vida que he sido testigo de ello.

Para que se produzca una detención tiene que haber un hecho delictivo.

Lo que tendrían que aclarar es por qué hay construido un chalet en un cauce de un río que es de dominio público

Los letrados defensores de Fernando Presencia -en el centro-, Marcos García Montes y Marcos García Ortega, en el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha.

Los letrados defensores de Fernando Presencia -en el centro-, Marcos García Montes y Marcos García Ortega, en el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha.

¿Está usted al tanto de la querella que el fiscal decano le ha presentado al juez Presencia por calumnias, injurias, acusación y denuncia falsa y estafa procesal?

Son acusaciones contradictorias. Además, este hombre no puede tomar este tipo de decisiones sin pedir permiso a su jefe inmediato, el fiscal jefe de Toledo, con el conocimiento del fiscal superior de Castilla-La Mancha.

Todo esto es psicodélico.

Este señor no puede meter una querella en su ejercicio profesional, porque no hablamos de un señor cualquiera, sino del fiscal decano del destacamento de Talavera.

No puede hacerlo sin los permisos del fiscal jefe de Toledo y del fiscal superior de la Comunidad de Castilla-La Mancha, que es el mismo que le ha metido la última querella a Presencia.

Esto es corporativismo puro y duro. Blanco y en botella.

Algo tendrá que decir sobre los jueces, también, ¿no?

Pues sí, su silencio. Porque donde las dan las toman.

¿Qué opinión tiene usted sobre el hecho de que el fiscal decano de Talavera me haya amenazado a mí, personalmente, como director de Confilegal, y a mi periódico, con una querella por calumnias e injurias por cubrir la información que ha generado el caso?

Para mí eso es una auténtica coacción personal y, por supuesto, es un atentado contra la libertad de expresión. Así de claro.

Lo que tendrían que aclarar es por qué hay construido un chalet en un cauce de un río que es de dominio público. Eso, de entrada.

Además, cuando se mete una querella por calumnias o injurias hay una cosa que es la “exceptio veritatis”, la excepción de la verdad. Si se demuestra que lo que se ha dicho es verdad, cuidado. Porque el querellante queda en el ridículo más grande.

Noticias Relacionadas:
Lo último en Tribunales