Una empresa de vibradores «inteligentes» indemniza con 3,75 millones de dólares a un grupo de clientes por acceder a sus datos personales
El vibrador "inteligente" We-Vibe también se comercializa en España vía Internet. WE-VIBE.

Una empresa de vibradores «inteligentes» indemniza con 3,75 millones de dólares a un grupo de clientes por acceder a sus datos personales

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21/3/2017 05:58
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Actualizado: 20/3/2017 22:58
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La empresa canadiense Standard Innovation Corporation ha llegado a un acuerdo con los abogados de un gran grupo de usuarios que interpusieron una acción colectiva en el tribunal federal de Chicago, tras conocer que los vibradores, y otros juguetes sexuales inteligentes, de la marca We-Vibe, transmitían a la compañía, a través de la app del producto instalada en los móviles, información íntima y sensible sobre la modalidad preferida, la duración e intensidad de su uso y la temperatura de los clientes registrados.

Esto sin habérselo hecho saber previamente, cuando adquirían el producto.

Para compensarles -y para evitar que el juicio público, con lo que se conocerían todos los detalles, tanto de los demandantes como del producto-, Standard Innovation Corporation ha accedido a compensarles con 3,75 millones de dólares, a cambio, a su vez, de la firma de un acuerdo de confidencialidad.

3 millones irán destinados a compensar a los clientes que compraron el vibrador «inteligente» y que descargaron la app y 750.000 dólares a los que sólo compraron el vibrador. De esta forma, los del primer grupo recibirán, cada uno, hasta 10.000 dólares, y 199 dólares los del segundo.

Según el acuerdo, alcanzado la pasada semana, el cual todavía tiene que ser aprobado por el tribunal, Standard Innovation se comprometió a borrar todos los datos recogidos y a dejar de registrar correos electrónicos e información de usuarios. Estos recibirán notificación de cualquier información anonimizada que Standard Innovation pueda recoger para su uso interno y tendrán la posibilidad de no participar en ello.

El caso We-Vibe es un ejemplo más de la aplicación del llamado «Internet de las Cosas» (IoT, en sus siglas en inglés), por el que todo los aparatos, que están conectados vía la red, comparten la información que generan. Un desafío al que tiene que hacer frente el mundo del derecho, en defensa de la privacidad de los ciudadanos.

Cómo funciona

El vibrador We-Vibe se controla a través de una app instalada en un «smartphone» vía Bluetooth.

Este producto, precisamente, fue analizado en el curso de una presentación en el 24 simposium de «hackers» Def Con, que se celebró en Las Vegas el año pasado.

Los «investigadores», que habían desmontado el vibrador y habían estudiado la app para, determinar que tipo de información enviaba y recibía, expusieron sus conclusiones a los asistentes.

«¿Queréis que esta gente conozca cuáles son los patrones que os gusta? ¿Qué intensidad preferís?», planteó uno de los presentadores, que sugirió, incluso, que los vibradores «inteligentes» podrían ser «hackeados» y controlados, a corta distancia.

A consecuencia de esta demanda, We-Vibe ha establecido una nueva y detallada política de privacidad, incluyendo los pasos que hay que dar para desconectar el envío de información.

Entre otras cosas, Standard Innovation Corporation ha informado a sus clientes que pueden utilizar sus vibradores sin conexión con la app, o con conexión, pero suprimiendo el envío de datos, para tener una experiencia íntima total, según explicó su director de Comunicación y Marketing Denny Alexander. 

We-Vibe solo utiliza información anonimizada, «para validar y reafirmar», a través de esa información, lo que los probadores y expertos habían establecido previamente mediante pruebas científicas.

«Nos da una idea de los niveles de intensidad de la vibración, firmeza de modo y si el producto lo hemos dirigido a las personas adecuadas», añadió Alexander, que no admitió que su empresa hubiera hecho nada malo.

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