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Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft: ¿Un poder alternativo?
22/3/2017 05:58
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Actualizado: 21/3/2017 23:35
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Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft (GAFAM) y, por extensión, otras grandes empresas tecnológicas, se han convertido en los depositarios de la ingente información que emitimos al interactuar en la red que nos retrata perfectamente y que algunos, sin mucho riesgo de equivocarse, identifican con nuestra mente
Han conseguido obtener una reproducción fidedigna, exhaustiva, permanente de nuestros deseos, gustos, intereses, pensamientos, afinidades y amistades. Un verdadero reflejo cibernético de nuestra alma
Pero no únicamente son un universo paralelo -que nos sobrevivirá- en el que nos vemos reproducidos y reflejados.
Nuestro alter ego cibernético es un soporte privilegiado para que la cada vez más inteligente “inteligencia artificial” saque conclusiones y utilidades sobre nosotros –sobre nuestra información- a efectos publicitarios y comerciales mediante lo que más que “publicidad por el comportamiento” debiera bautizarse como “publicidad por el pensamiento”
No parece que sea suficiente.
La potencia de sus habilidades y la inmensidad de su conocimiento les está llevando también a erigirse en unas ocasiones en contrapoderes y en otras en verdaderos poderes, a veces previa petición de las autoridades.
Así se deduce de algunos fenómenos que a continuación se recopilan y enumeran y que desarrollo en mi reciente monografía «Comentarios al Reglamento Europeo de Protección de Datos»
Modulan el alcance de la libertad de expresión, incluso a instancia de las autoridades
La Comisión Europea a finales de 2016 mandó un mensaje inequívoco a Facebook, YouTube, Microsoft y Twitter.
Les advirtió que, si no acababan con los mensajes de odio de sus plataformas, inmediatamente recaerían acciones sancionadoras de las instituciones europeas.
Las autoridades del Viejo Continente les trasladan así la obligación de realizar un delicado ejercicio de valoración y ponderación sobre los límites de la libertad de expresión –y por tanto el control de la misma- que tradicionalmente corresponde a la sede judicial o administrativa
Invistiéndoles imperativamente de un papel regulador esencial, transcendente y deslizante.
Sin acudir al límite del “odio” , el padre de la World Wide Web, Tim Berners-Lee, cree que Facebook y Google deben liderar la lucha contra las noticias falsas.
De hecho, Facebook ha ido dando diferentes pasos como informar de que una noticia podría ser falsa, sacrificar gustos personales por veracidad al reformular sus “trending topics” o manipular su “feed” de noticias para que las que considera falsas y sensacionalistas no se vean tanto.
GAFAM es emplazada/obligada a realizar una delicadísima labor de disección jurídica en un contexto multiforme en el que, no cabe duda, no está ausente la presión de lo “políticamente correcto” incluso para definir los límites del humor. No cabe sino recordar las recientes palabras de Fernando Savater: “Un miedo desmedido a la ofensa recorre la sociedad actual, dentro y fuera de Internet, y ocupa un puesto cada vez más preeminente”.
Contexto en el que Savater subraya el riesgo de que prevalezcan lo que denomina como “activistas de la susceptibilidad” bajo cuyo fuego podría haber caído desde el propio presidente Trump en su momento hasta cualquiera de los “memes” que se encuentran ubicados en una inherente posición limítrofe con lo incorrecto.
Facebookistán
Y no hay más que ver el documental “Facebookistan”, disponible en las plataformas de televisión, para comprobar el vértigo de la labor “moduladora” el ingente contenido afectado y quienes van a ser las personas que sustituyen en la labor de ponderación a los jueces o autoridades administrativas, cuya implicación en este último caso incluso tradicionalmente las convertía en sospechosas de censura.
Quedan ubicados en muchos casos en ¡¡Pakistan!!
Este es el contexto en el que se desplegará la labor (auto) reguladora.
Con evidente riesgo de deslizamiento hacia la censura de lo “arriesgado”, hacia la dictadura del pensamiento correcto que puede alcanzar la crítica, el histrionismo o los prejuicios sexuales que llevaron en su momento a Facebook a sustituir de oficio en las páginas correspondientes los nombres artísticos de “drag queen” por los verdaderos.
Y en el que puede pasar a dilucidarse en gran parte la que puede considerarse como la frontera y pilar esencial de la democracia
Todo ello al margen de nuevos escenarios que se crean que les emplaza directamente.
Entre ellos el dilema acerca de si se encuentra también dentro de la libertad de expresión el derecho de disponer de un perfil en redes como Facebook o twitter o si tal principio podría estar vulnerado por las decisiones de cierre que adopten las empresas.
Un poderoso grupo de presión
Se erigen en un poder alternativo ante los poderes públicos frente a los que se constituyen en albaceas de la gestión de la privacidad
GAFAM se posiciona como un poderosísimo lobby también frente a las decisiones de los políticos.
Ya lo ha hecho respecto a algunas de las medidas adoptadas o esbozadas por el Presidente Trump.
Así, se ha manifestado en bloque contra su política de inmigración y sobre la viabilidad de una base de datos de musulmanes esbozada poco después de su toma de posesión.
Por otra parte, la decisión pre-Snowden de las tecnológicas de ceder masivamente información a los servicios secretos es sustituida por una interpretación diametralmente opuesta. Simbolizada en la negativa de Apple incluso a posibilitar el acceso a la información del móvil de un terrorista a petición del FBI o por Twitter de acceder a solicitudes de información remitidas por jueces españoles sobre la identidad de un usurpador.
GAFAM será el guardabarreras que modulará los supuestos en que la información desborda sus contornos.
Sin que sea posible ser determinante sobre el flujo en sus fronteras interiores al tratarse de un terreno en la práctica inaccesible para las autoridades. Al no estar sujetos a inspecciones en profundidad por no existir poderes de investigación que alcancen el ámbito exterior a la UE se impide desentrañar un entramado que únicamente podemos intuir
Adoptan objetivos limítrofes con el “servicio público»
Con una vocación que desborda su naturaleza de empresas privadas GAFAM trasciende hacia actividades que les sitúan en los contornos del ejercicio de un servicio público.
Así, Facebook principalmente, -aunque también otras grandes corporaciones- está empeñada en hacer llegar Internet a aquellas zonas donde las infraestructuras o los recursos no permiten que la población tenga acceso
En su proyecto open cell se acomete el objetivo de llevar internet a 5.000 millones de personas que no tienen acceso a la red pretendiendo triplicar las conexiones a internet y por añadidura multiplicar los accesos a su red social
“Legislan” en supuestos de vacío y lentitud
El tópico de que la legislación va detrás de los avances encuentra una nueva dimensión en la vertiginosa velocidad de las mejoras tecnológicas cuyos protagonistas están dispuestas a autorregular en ausencia de una regulación limitada y sometida a lentos procesos de aprobación
Google ha emitido su propio conjunto de directrices sobre cómo los robots deben actuar. En un nuevo documento denominado » problemas concretos en la IA de seguridad » aprendizaje profundo de Google-Brain AI división” establece criterios de funcionamiento de los robots
E incluso Google, Facebook, Amazon, IBM y Microsoft han creado un consorcio enfocado a establecer buenas prácticas sociales y éticas en materia de Inteligencia artificial
GAFAM también busca su independencia a través de sus propias líneas y encriptado
Las tecnológicas avanzan hacia su independencia en varios frentes
Los medios utilizados para el tránsito de información son las redes de telecomunicaciones. Como ejes centrales o cables que forman parte de Internet y por las cuales pasan las comunicaciones en la red desde el punto de expedición hasta el punto de destino
Y para evitar someterse a los proveedores de servicios de la sociedad de la información tiran su propio cable submarino para evitar su condicionamiento a aquellos y que les cobren peaje o les puedan discriminar
Adicionalmente -en esta línea- convierte a su información en inaccesible no solo para cualquier tercero sino también para el interesado, incluso en caso de borrado por este profundizando en su vocación de memoria eterna, de depositario global que desborda y recuerda lo que el particular olvida,.
Y su inaccesibilidad frente a las autoridades no solo deriva de acciones como la que realiza Google perfilando su propio encriptado -que nadie conoce como funciona- sino con el hecho de que hasta en el 60 por ciento de las webs se desconoce el lugar en el que ubican los datos de sus usuarios, indeterminación que supone por ejemplo desconocer el régimen y garantías del país o países en que se ubica.
Posiblemente es algo exagerado bautizar como Gafamcracia la acumulación de tendencias expuestas. Algunas reservadas al poder judicial (alcance de la libertad de expresión) legislativo (autorregulación frente a la regulación) o ejecutivo (servicio público).
Pero no deja de ser una derivada más de enorme trascendencia. Un avance hacia la creación de un mundo paralelo, internet, en el que la presencia y capacidad de control de la información de que disponen las grandes tecnológicas supera a la de los poderes públicos y, por supuesto, a la de los ciudadanos.
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