Aditivos alimentarios, ¿Son perjudiciales para la salud?

Aditivos alimentarios, ¿Son perjudiciales para la salud?

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12/12/2017 00:00
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Actualizado: 21/1/2019 17:40
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En los hogares modernos, una gran parte de lo que pasa por nuestra mesa ha sido procesado previamente a su consumo. Son los temidos alimentos procesados, atiborrados de aditivos alimentarios como conservantes, colorantes, edulcorantes, y sobre los que se lleva advirtiendo décadas de su potencial peligrosidad. Pero la verdad es que estos aditivos (en las cantidades recomendadas) son perfectamente seguros.

A continuación te contamos todo lo que necesitas saber para vivir (y convivir) tranquilo con los aditivos alimentarios.

¿Qué son y cuáles son las funciones de los aditivos alimentarios?

Los aditivos son definidos por la Unión Europea como “cualquier sustancia que, normalmente, no se consuma como alimento en sí o no se use como ingrediente característico en la alimentación, independientemente de que tenga o no valor nutritivo”.

Son utilizados en la preparación de los alimentos con diversas finalidades, tales como la conservación, coloración, edulcoración, etc. Y cumplen una función muy importante ya que permiten que los alimentos mantengan sus propiedades nutricionales, su color, su sabor y se conserven más tiempo, permitiendo su mejor distribución y mantenerlos en casa durante más tiempo.

Podemos encontrar aditivos artificiales y naturales. Aunque la palabra nos suene a químico, los aditivos llevan empleándose desde hace mucho: Se cree que su origen se remonta al Paleolítico, donde se exponían los alimentos al humo para mejorar su conservación. La salmuera, las salazones, el limón o el vinagre se utilizan desde tiempos de los romanos para conservar los alimentos, así como colorantes como la cochinilla (de la que se obtiene el color rojo) o el azafrán.

¿Los aditivos alimentarios son perjudiciales para la salud?

Puedes estar tranquilo: Cualquier aditivos que podamos encontrar en la UE como los conservantes, antioxidantes, colorantes etc. son seguros. Éstos pasan múltiples análisis y revisiones de forma periódica por parte de distintas organizaciones internacionales, y en el caso de la UE, para que se apruebe su consumo necesitan el dictamen favorable de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para ser aprobados. De hecho, basta con la mera duda o falta de confirmación al 100% sobre su seguridad para que dicho aditivo quede eliminado del mercado.

Como la mayoría de las evaluaciones se remontan a los ochenta y noventa, la EFSA lleva años realizando una exhaustiva reevaluación que acabará en 2020 para reactualizar el listado.

En cualquier caso, todos los aditivos aprobados actualmente y que puedes encontrar en los alimentos del súper siguen siendo seguros, ya que los efectos adversos que puede producir su consumo se producen si se exceden 10, 20 o incluso 100 veces las cantidades máximas permitidas en los alimentos.

Por ejemplo, el aspartamo, un edulcorante artificial, está bajo sospecha por riesgo de provocar daños cerebrales, epilepsia, depresiones o tumores. Una revisión de la EFSA en 2014 concluyó que una persona debería beber 12 latas de refresco azucarado al día durante 60 años para observar efectos adversos para su salud.

Aunque esto es así para el público general, en todo caso siempre hay que tener en cuenta de que las enfermedades crónicas, alergias, intolerancias etc. son un factor importante que puede hacer que tengamos que reducir su consumo o incluso eliminarlo de nuestra dieta por motivos de salud.

¿Qué son los números E en los alimentos?

Los aditivos deben figuran entre el listado de ingredientes obligatoriamente, bajo pena de cuantiosas multas. Pueden utilizar para ello el nombre o bien el código normalizado europeo, los famosos números “E” que tanto nos desconciertan. Dependiendo de los casos se suele utilizar más uno que otro. Por ejemplo, a nadie le sorprende leer que un chicle lleva Clorofila (E-140i), pero igual resulta más agradable leer E-320 en una etiqueta que Butilhidroxianisol, el nombre real de dicho aditivo.

Los tres números son un código para identificarlos. Así, si los aditivos empiezan por 1 se tratará de colorantes, los que lo hacen por 2 son conservantes, si lo hace por 3, antioxidantes, y por 9 lo hacen muchos edulcorantes, por ejemplo.

La segunda cifra puede hacer referencia al color en el caso del colorante, o a la familia química en el caso de los conservantes.

La tercera cifra es el número de orden, ya que por ejemplo puede haber varios colorantes amarillos, rojos, etc.

¿Cuales son los aditivos más utilizados en la industria de los alimentos?

Como ya hemos comentado, si el aditivo aparece en el etiquetado es porque es seguro. Pero para que algunos te vayan sonando, estos son los aditivos más comunes que puedes encontrar en los alimentos que compres:

Colorantes más utilizados en la Unión Europea:

Aditivos alimentarios - Colorantes mas utilizados UE

Colorantes mas utilizados en la UE, Fte: Elab. Propia a partir de datos de la Universidad Pública de Navarra.

Conservantes más utilizados en la Unión Europea:

Conservantes mas utilizados en la UE, Fte: Elab. Propia a partir de datos de la Universidad Pública de Navarra.

Conservantes mas utilizados en la UE, Fte: Elab. Propia a partir de datos de la Universidad Pública de Navarra.

Antioxidantes más utilizados en la Unión Europea:

Antioxidantes mas utilizados en la UE, Fte: Elab. Propia a partir de datos de la Universidad Pública de Navarra.

Antioxidantes mas utilizados en la UE, Fte: Elab. Propia a partir de datos de la Universidad Pública de Navarra.

Glutamato monosódico, Aspartamo, Sacarina

Otros aditivos muy comunes y que están en el punto de mira son el Glutamato monosódico, el Aspartamo y la Sacarina.

El Glutamato (E-621) es un potenciador del sabor que ha estado asociado durante mucho tiempo al «sindrome del restaurante chino» (hormigueo, somnoliencia, sensación de calor y cefaleas) dado su uso habitual en estos establecimientos. Se extrae de un alga japonesa, aunque actualmente su proceso obtención es industrial. Es el que aporta a los alimentos el sabor «umami», incorporado recientemente a nuestro vocabulario y que viene a ser como aquel sabor que realza la sensación agradable de un alimento a nuestro paladar.

Si bien lleva en el ojo del huracán mucho tiempo, todavía no hay estudios concluyentes de su efecto perjudicial para las personas salvo que se ingiera en cantidades absurdamente elevadas (más de 30g/kg de peso)

La sacarina (E-954), por otra parte, se suele ver como algo inocuo (al asociarse como un edulcorante que engorda menos que el azúcar) a pesar de que en países como Canadá o estuvo prohibida muchos años. En cualquier caso, es 100% segura siempre que no se consuman más de 2,5mg por kilo de peso (menos de 20 pastillas de sacarina al día)

El aspartamo (E-951) es otro edulcorante artificial, 200 veces más dulce que el azúcar. Si bien se le achacan problemas como dolores de cabeza o cambios de comportamiento con dosis 1000 veces superiores a la habitual, es totalmente inocuo (como podéis imaginar) en las dosis que se consumen normalmente.

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