El Sistema de Acogida español para refugiados carece de medios adecuados para responder a la demanda existente
Refugiados bienvenidos es la pancarta que cuelga del Palacio de Telecomunicaciones, hoy sede central del Ayuntamiento de Madrid, en la Plaza de La Cibeles.

El Sistema de Acogida español para refugiados carece de medios adecuados para responder a la demanda existente

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18/2/2018 06:10
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Actualizado: 17/2/2018 14:41
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Reformar el sistema de distribución de plazas y solicitantes de protección durante la fase de acogida al mismo tiempo que flexibilizar el sistema en función de las necesidades de integración, apoyando a las personas en los procesos de transición entre las etapas de acogida, autonomía e integración social plena. Estas son algunas recomendaciones que se hacen para mejorar el Sistema de Acogida español de refugiados.

Una investigación liderada conjuntamente por la Cátedra de Refugiados y Migrantes Forzosos (IUEM) de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE, el Instituto de Derechos Humanos Pedro Arrupe de la Universidad de Deusto y el Servicio Jesuita a Migrantes, cifra en casi 17.000 las solicitudes de asilo en 2016 frente a las cerca de 6.000 en 2014.

Precariedad laboral, inseguridad económica e inestabilidad residencial son situaciones habituales en las personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional que se insertan en la sociedad española.

Otras recomendaciones del citado informe señalan la necesidad de proteger las trayectorias educativas de la población refugiada facilitando la homologación de títulos y creando un fondo de becas de estudios y manutención específico, que, además de la financiación pública, pueda nutrirse de fondos privados.

También señala que es el momento de implementar nuevos modelos de control de las ayudas económicas, más flexibles, que den una mayor autonomía a las organizaciones y a las propias personas refugiadas, así como desarrollar un marco reglamentario que recoja formalmente la política de acogida e integración en España, sus límites y obligaciones.

En esta presentación intervinieron el rector de Comillas ICAI-ICADE, Julio L. Martínez, SJ; la representante de Oficina de la Agencia de la ONU de los Refugiados  en España (ACNUR), Francesca Friz-Prguda; la directora del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones (IUEM), Mercedes Fernández; Josep Buades, del Servicio Jesuita Migrante; el director del Instituto de Derechos Humanos Pedro Arrupe de la Universidad de Deusto, Gorka Urrutia; Juan Iglesias, director de la Cátedra de Refugiados y Migrantes Forzosos y la coordinadora de la Cátedra de Refugiados y Migrantes Forzosos , Cecilia Estrada.

En palabras del rector, la integración, que tiene que ver con las instituciones básicas de nuestra sociedad y el Estado, también pasa por “cómo actúen las organizaciones y las personas en el respeto, la solidaridad, el cuidado, la apertura de la ciudadanía para los demás o, incluso, la amistad. Ese sentido de la integración que llega a los que queremos realmente juntarnos con otros para defender los derechos, la justicia y la solidaridad”.

Friz-Prguda señalo que son ya más de 65 millones de desplazados forzosamente en el mundo, de los que “más del 50% de ellos vienen de tres países: Siria, Afganistán y Sudán del Sur. Más del 50% son niños y niñas, y más del 50% son mujeres y niñas. Además, el 80% se encuentran en los países del sur global, con situaciones económicas frágiles, no industrializados”.

También recordó que durante el año pasado 3.119 personas murieron o desaparecieron en el Mediterráneo, y que en lo que va de año ya son 368 personas muertas o desaparecidas. “Llevamos 5 años subiendo la cifra cada mes respecto del anterior”, aseveró.

La representante de ACNUR explicó que la integración en los países de acogida es importante ya que se ha sufrido un cambio de paradigma en el que “hay cada vez menos soluciones duraderas, hay cada vez menos personas que puedan retornar a sus países de origen porque ya haya condiciones adecuadas”.

“Hace 25 años hubo millones de retornos, el año pasado fueron tan solo 100.000 retornados de más de 65 millones de personas desplazadas”, puntualizó.

Julio Martinez, rector de ICADE, haciendo la presentación; a su derecha Francesca Friz-Prguda, representante de ACNUR en España; en el otro lado, Mercedes Fernández, directora del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones.

España no da abasto con las solicitudes de asilo que recibe

En el informe se señala que, en 2016, se triplicó el número de solicitudes de asilo en España de personas procedentes de Oriente Medio, Latinoamérica y África Subsahariana. Si en 2014 la cifra de solicitantes fue de 5.952, en 2016 ya era de 16.554. No obstante, entre 2007 y 2016, España solo acogió al 1,29% de todas las personas refugiadas que entraron en la Unión Europea, lo que supone una proporción muy alejada de su peso económico y político.

En el estudio también se indica que es necesario revisar los procedimientos de asilo, con el fin de cumplir con los plazos legales y alcanzar unas tasas de aceptación semejantes a las de la UE y que hay que ofrecer vías alternativas para la regularización e integración social de las personas solicitantes de asilo rechazadas por el sistema de protección internacional.

El informe “¿Acoger sin integrar? El sistema de acogida y las condiciones de integración de personas solicitantes de protección internacional”, q pone de manifiesto las condiciones de integración de los refugiados en la sociedad española, y el papel que el Sistema de Acogida juega en ello..

Según este estudio , desde mediados del año 2015, la administración española afrontó la crisis mediante diferentes medidas, como aumento de la inversión presupuestaria, incremento del personal que tramita las solicitudes, aumento de plazas de acogida…

Sin embargo, aunque las plazas de acogida pasaron de 930 en septiembre de 2015 a 4.300 en enero de 2017 (y una estimación de 8.700 a finales de 2017), no se ha desarrollado un marco político, legislativo y financiero estable, y el Sistema de Acogida se muestra incapaz de superar las dificultades de integración que los refugiados afrontan en la sociedad española.

La complicada integración en la sociedad española

El trabajo de la Cátedra de Refugiados y Migrantes Forzosos, el Instituto de Derechos Humanos Pedro Arrupe y el Servicio Jesuita al Migrante, pone el foco en las dificultades con las que se
encuentran las personas solicitantes de asilo a la hora de integrarse en la sociedad española.

En lo que respecta al mercado de trabajo, a pesar de que un 20% de refugiados cuenta con estudios universitarios, su empleo se caracteriza por la escasez y la precariedad. “Trabajan de manera cíclica, y se suceden periodos desiguales de empleo formal, desempleo y trabajo informal, sufriendo un deterioro de su situación personal, económica y familiar.

Entre 2007 y 2016, España solo acogió al 1,29% de todas las personas refugiadas que entraron en la Unión Europea, lo que supone una proporción muy alejada de su peso económico y político

A pesar de contar con permiso de trabajo desde los seis meses, quienes consiguen asilo en España no accede a un empleo regular y estable en sus primeros años en el país”, asegura Juan Iglesias, director de la Cátedra Inditex de Refugiados y Migrantes Forzosos de Comillas ICAI-ICADE. A pesar de ello, “una minoría de solicitantes de protección internacional logra insertarse en empleos manuales cualificados y en ocupaciones profesionales de servicios”, según se lee en el informe.

Asimismo, tras la fase de acogida, las personas beneficiarias del asilo se concentran en su gran mayoría en los barrios populares y obreros de las principales ciudades y coronas metropolitanas españolas.

“Es un movimiento residencial hacia la periferia que, en muchos casos, implica salir del barrio donde se ha vivido durante la fase de acogida, lo que implica reiniciar el proceso de asentamiento y arraigo”, dicen los autores del informe.

No en vano, tras los primeros meses de acogida en centros o pisos y en el proceso de inserción autónoma en la comunidad local (aprendizaje del idioma, ayudas económicas directas, acompañamiento personal, formación profesional y de idiomas, intermediación y acompañamiento…), durante la investigación los propios solicitantes de protección internacional y los técnicos y expertos que trabajan en el Sistema de Acogida e Integración han detectado y señalado varias lagunas y puntos críticos, y uno de ellos es la inestabilidad residencial y la inseguridad económica, además de la precariedad laboral.

Según el citado estudio , “el sistema español de acogida a refugiados no cuenta ni con los recursos, ni con los medios, ni con la capacidad política de enfrentar y transformar ese conjunto de factores que determinan la trayectoria de integración de los solicitantes de protección internacional”.

Al mismo tiempo señalan que esta cuestión es “algo que solo se podría hacer desde políticas estructurales de integración social de las que el Estado adolece en este momento. En este contexto, el Sistema de Acogida e Integración aparece más como un sistema de acogida que de integración social”.

 

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