Afectadas por el anticonceptivo Essure presentan una querella ante la AN contra Bayer y la Agencia Española del Medicamento
Angélica del Valle, presidenta de Asociacion de Afectadas por Essure, y Elena Fernández.

Afectadas por el anticonceptivo Essure presentan una querella ante la AN contra Bayer y la Agencia Española del Medicamento

Piden una Fiscalía especializada en el control farmacológico de los medicamentos
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05/7/2018 06:15
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Actualizado: 05/7/2018 20:46
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La Asociación de Afectadas por el anticonceptivo Essure en España presentó este martes  una querella con el objeto de abrir un proceso de investigación penal a los agentes que han intervenido en la cadena de información de este método, el fabricante Bayer, la Agencia de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y los prescriptores de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).

Las víctimas del llamado «muelle», por la característica forma que presenta este producto, unos muelles metálicos que se insertan en las Trompas de Falopio de las mujeres para conseguir su esterilización irreversible, denuncian lesiones y estafa o «fraude científico».

“No sería mala idea que hubiera una Fiscalía especializada en el control farmacológico de los medicamentos y que persiguiera estas malas prácticas”, señalan desde esta Asociación.

Las afectadas son mujeres entre 25 y 40 años que buscaban un método anticonceptivo seguro pero que han sufrido muchas contraindicaciones, desde dolores severos, sangrados, calambres o menstruaciones irregulares.

La querella

El pasado verano la multinacional Bayer anunció que retiraba del mercado su dispositivo intrauterino para la anticoncepción Essure.

Lo hacía, según sus responsables, por motivos comerciales pero con  miles de afectadas en todo el mundo

Según hemos podido saber, Bayer adquirió este producto al comprar Conceptus una empresa americana de origen judío como método de anticoncepción permanente.

Posteriormente advirtieron que los estudios clínicos eran escasos y con pocas mujeres.

Francisco Almodóvar, abogado de las víctimas, explica que con esta querella «queremos que se analice bien la cadena de información del producto, como se ha ido configurando y quién ha formado a los médicos. El principal formador de los médicos ha sido la propia Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO)”.

El bufete Almodóvar & Jara refiere un delito de lesiones pues numerosas mujeres sanas que fueron portadoras del Essure experimentaron similares efectos secundarios que dañaron su salud, no sólo en España, sino en gran parte del mundo.

Como argumenta  Almodóvar, es la primera querella que se centra en el papel promotor de un producto por parte de una sociedad médica: «Tras la retirada del producto las mujeres han recuperado su salud, en su mayoría. Ahora tienen una gran desconfianza en el sistema sanitario pues se sienten engañadas y dañadas en su integridad física y moral, así como su libertad».

También cree que existe un delito de estafa (fraude científico) porque es deficiente la información sobre Essure y el producto -que costaba un dinero importante-, fue avalado por la SEGO y producido por el laboratorio Bayer sin que fuese acorde con la buena fe médico-científica. Los estudios clínicos que se hicieron para que el producto fuera aprobado por las autoridades sanitarias, están mal diseñados.

Este equipo jurídico español  está en permanente contacto con el equipo de Erin Brockovich que interpuso en EEUU una class action o demanda colectiva donde se han recogido 9.500 denuncias contra el laboratorio Bayer.

Brockovich cuya historia real conocimos en cine gracias a Julia Roberts, sobre aquella compañía de gas y electricidad que vertió cromo en el agua e intoxicó a miles de familias, ahora lleva años luchando contra Bayer en EEUU.

“Fue EE.UU. el primer país donde saltaron las alarmas, a partir de ahí en otros países de Europa ha habido muchos problemas. Hay también acciones judiciales en Canadá, Francia y Reino Unido. En Alemania curiosamente no se ha comercializado”, explica Francisco Almodóvar.

“La vía judicial es inevitable ante la falta de colaboración del propio laboratorio. No han querido reunirse con nosotros ni reconocen que el problema venga de la implantación del Essure”, aclara el abogado de las víctimas.

También señala que la propia Agencia Estadounidense de Medicamentos, la FDA, obligó a Bayer en el año 2016 a realizar el primer estudio bien diseñado (número de sujetos, seguimiento, temporalidad del estudio, etc.) para conocer la realidad del producto dadas sus carencias (lo que implica reconocer que se aprobó su venta sin las suficientes evidencias científicas).

Falta de controles externos

Las querellantes quieren averiguar las relaciones entre Bayer y la SEGO, pues el tesorero de esta asociación de profesionales médicos, José Eduardo Arjona, ha sido el principal avalista o promotor de Essure en España.

La Agencia, la AEMPS, ha hecho «oídos sordos» al clamor de las víctimas y no ha realizado de manera adecuada la labor de vigilancia del producto que se le presupone.

Otro aspecto del fraude que denuncian las mujeres dañadas por el anticonceptivo es el marketing científico utilizado con este producto.  Cuando se comercializa el Essure en la Unión Europea en el año 2001, no tiene probada eficacia superior a la ligadura de trompas.

Sin embargo, contando con escasos estudios, en su mayoría mal diseñados, se logró introducir el producto en los sistemas sanitarios de España consiguiendo financiación pública en detrimento de la ligadura de trompas.

La querella también denuncia el maltrato que están recibiendo las mujeres que portaron Essure y sufrieron efectos adversos, pues son tratadas como «locas» que se están inventando sus síntomas, minimizando así los problemas probados del dispositivo. La salud de la mujer ha sido perjudicada mediante la introducción de un producto en el mercado sin seguir las debidas cautelas.

Como concluye Elena Fernández, coordinadora de las afectadas: «Nunca se aplicó el principio de precaución en salud con la nueva tecnología que suponía Essure. Se informó mucho sobre sus beneficios pero sobre sus riesgos se hizo de manera inapropiada, inadecuada, poco ética y con mala fe, porque, además, los médicos estaban mal formados en muchos aspectos quirúrgicos, toxicológicos, sobre efectos secundarios del tratamiento, etc.».

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