Régimen de gananciales o separación de bienes, ¿cuál es la mejor opción?
En 2015, 332.496 personas se vieron en la tesitura a la hora de contraer matrimonio, de elegir el régimen económico que iba a regir su unión a partir del momento en el que pronunciaran el “sí, quiero”: entre régimen de gananciales o separación de bienes.
Hablar de dinero y de propiedades cuesta mucho. Es engorroso. Y más cuando las parejas han tomado la decisión de casarse y entran en el periodo de estar “en una nube” de felicidad. Muchos pueden considerarlo como una prueba de desconfianza en la viabilidad de la futura unión.
«Pero es conveniente hacerlo, puesto que en realidad, uno nunca tiene la certeza de que su matrimonio vaya a ser para siempre. En esos momentos es muy recomendable sentarse con la pareja y hablar abiertamente sobre este asunto. Es, al contrario de lo que se pueda pensar, una muestra de la máxima confianza en la otra persona», aconseja Marta Martínez, de Arriaga Asociados.
Si en 2015 se celebraron 166.248 matrimonios, también es cierto que se produjeron 101.357 disoluciones matrimoniales, de las que 96.562 fueron divorcios, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 60,9 por ciento.
La duración media de los matrimonios en España, de acuerdo con el INE, es de 16,2 años.
La elección de un régimen u otro puede, por lo tanto, marcar el futuro de cada uno de los cónyuges, favoreciendo y perjudicando a unos y a otros.
¿En qué consiste la sociedad de gananciales?
“En la sociedad de gananciales”, explica Marta Martínez, “cada uno de los cónyuges es propietario del 50 por ciento de las ganancias o beneficios que obtengan a partir del momento de contraer matrimonio”.
“A partir del momento de contraer matrimonio”, esta frase es muy importante. Porque lo que tuvieran antes de ese momento, así como las herencias o donaciones que puedan recibir tras la boda, uno u otro, no forman parte de esa sociedad de gananciales. Serán propiedad individual del beneficiado.
“Optar por la sociedad de gananciales significaría, por ejemplo; que si uno de los dos quiere vender un bien o disponer de bienes en común, tiene que tener el acuerdo del otro. ”, añade Martínez.
¿Y qué es separación de bienes?
Si se opta por la separación de bienes la consecuencia es bien distinta.
“Porque cada cónyuge mantiene su patrimonio de forma independiente. Y esto se aplica también a los bienes que se adquieran desde el momento en que se produce el matrimonio. Es decir, si se compra una casa, cada uno será propietario en función del dinero aportado”, prosigue explicando Martínez.
En el caso de que se quiera optar por el régimen de separación de bienes es necesario otorgar capitulaciones matrimoniales, que serán recogidas en escritura pública ante notario. Se puede realizar separación de bienes antes de la boda, lo que por regla general, cuesta entre 60 y 90 euros.
Dicha escritura deberá ser presentada en el Registro Civil en el momento de hacer la inscripción del matrimonio, para que quede constancia oficial de su existencia
Teniendo en cuenta que desde 2015 los notarios también pueden casar, existe la posibilidad de hacerlo todo en la notaría.
¿Cómo saber si me conviene hacer gananciales o separación de bienes?
“Dependerá de muchos factores, por ejemplo: en el caso del régimen de gananciales, si uno de los cónyuges tiene un negocio, y le va mal, los acreedores pueden ir contra los bienes de matrimonio, porque también se comparten las deudas”, cuenta la abogada.
“Si por el contrario, rige la separación de bienes, los acreedores sólo podrán ir contra las propiedades del deudor”, agrega.
En el caso de que un matrimonio no haya otorgado capitulaciones matrimoniales, en España se aplica por defecto el derecho común, es decir, la sociedad de gananciales, aunque con excepciones.
En Aragón, Navarra y parte de Vizcaya tienen sistemas propios, “autóctonos”, similares al de gananciales.
En las Comunidades Autónomas de Cataluña e Islas Baleares, por el contrario, se aplica directamente el de separación de bienes.
En el caso de la Comunidad Valenciana también, siempre y cuando los dos cónyuges sean valencianos.
En 2015, 40.000 parejas de los 166.248 matrimonios celebrados (uno de cada cuatro) otorgaron escrituras de capitulaciones matrimoniales, acordando la separación de bienes, la mayor parte antes de la boda.
Y es que los ciudadanos españoles cada vez son más conscientes de que la elección de un régimen u otro no es una cuestión baladí, dicha elección puede acarrear consecuencias importantes, por tanto, mucho mejor prevenir que curar.
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