El Vaticano califica de actos criminales los abusos de menores cometidos por sacerdotes en Pennsilvania
El Pontífice ha hecho estas declaraciones en un discurso a las autoridades al comienzo de su visita de dos días a Irlanda, donde participará en el Encuentro Mundial de las Familias.

El Vaticano califica de actos criminales los abusos de menores cometidos por sacerdotes en Pennsilvania

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17/8/2018 12:08
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Actualizado: 17/8/2018 12:08
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El Vaticano no entiende de matices: «Los abusos descritos en el informe son criminales y moralmente reprobables. Estos hechos han traicionado la confianza y han robado a las víctimas su dignidad y su fe. La Iglesia debe aprender duras lecciones de su pasado, y debería haber asunción de responsabilidad tanto por parte de los abusadores como por parte de aquellos que permitieron que se produjera».

Y expresa su «vergüenza y tristeza». 

De esta forma, a través de un comunicado, la Santa Sede ha respondido a los resultados de «Interim Report» elaborado por el Gran Jurado de Pennsilvania a lo largo de los dos últimos años y que el Tribunal Supremo de ese Estado de Estados Unidos hizo público el pasado martes, en el que se constataba que 301 sacerdotes católicos de esa diócesis abusaron de más de 1.000 menores a lo largo de siete décadas.

La mayor parte del informe se refiere a abusos cometidos antes de los primeros años 2000. No habiendo encontrado apenas casos después de 2002.

«Las conclusiones del Grand Jury son coherentes con estudios precedentes que muestran cómo las reformas hechas por la Iglesia Católica en Estados Unidos han reducido drásticamente la incidencia de los abusos cometidos por el clero. La Santa Sede empuja a estar en constante reforma y vigilancia en todos los niveles de la Iglesia Católica, para garantizar la protección de los menores y de los adultos vulnerables», añade el comunicado.

Y subraya «la necesidad de obedecer a la legislación civil, incluida la obligación de denunciar los casos de abusos a menores».

En la misma línea que adoptó Francisco al comienzo de su Papado, el Vaticano «el llamamiento a hacer todos los esfuerzos posibles para crear un ambiente seguro para los menores y los adultos vulnerables en la Iglesia y en toda la sociedad».

EL PAPA ESTÁ DE PARTE DE LAS VÍCTIMAS

«Las víctimas deben saber que el Papa está de su parte. Aquellos que han sufrido son su prioridad, y la Iglesia quiere escucharlos para erradicar este trágico horror que destruye la vida de los inocentes», señala la Santa Sede.

El informe es el «más amplio y exhaustivo sobre el abuso sexual infantil dentro de la Iglesia Católica jamás producido en Estados Unidos», según aseguró el fiscal general de Pennsilvania, Josh Shapiro.

Por su pare, el presidente de la Conferencia Episcopal de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), el cardenal Daniel N. DiNardo, anunció ayer que va a invitar al Vaticano a realizar una Visita Apostólica para que investigue el escándalo por presunto encubrimiento de casos de abusos sexuales por parte del arzobispo emérito de Washington Theodore McCarrick.

El Papa Francisco aceptó la renuncia de McCarrick en julio después de que funcionarios de la Iglesia estadounidense aseguraran que las acusaciones de que abusó sexualmente de un niño de 16 años hace alrededor de 50 años eran creíbles y estaban fundamentadas.

«El objetivo principal en todo esto es una protección más fuerte contra los depredadores en la Iglesia y cualquiera que los oculte, protecciones que mantendrán a los obispos bajo los más altos estándares de transparencia y responsabilidad», ha declarado DiNardo en un comunicado.

Los obispos han afirmado que crearán una nueva forma de denunciar las acusaciones de abuso sexual por parte de miembro del clero y que serían investigados sin la interferencia de los obispos que supervisan a los sacerdotes acusados de abuso sexual. Además involucrarían a más miembros de la Iglesia que no fueran clérigos pero que tuvieran experiencia en la aplicación de la ley o la psicología.

EL informe de Pensilvania es el último después de un escándalo que estalló en el escenario mundial en 2002, cuando el diario ‘Boston Globe’ informó de que, durante décadas, los sacerdotes habían agredido sexualmente a menores mientras que los líderes de la Iglesia ocultaban sus crímenes.

Informes similares se han publicado en Europa, Australia y Chile, lo que ha hecho que se llevaran a cabo investigaciones y han llevado al debilitamiento de la autoridad moral del liderazgo de la Iglesia Católica, que cuenta con unos 1.200 millones de miembros en todo el mundo.

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