El PNV tiene la llave para que los jueces puedan elegir a sus 12 vocales
Aitor Esteban es portavoz del Grupo Vasco en el Congreso de los Diputados. PNV.

El PNV tiene la llave para que los jueces puedan elegir a sus 12 vocales

|
26/11/2018 01:30
|
Actualizado: 26/11/2018 00:55
|

PP y PSOE habían previsto todo como un reloj. Primero el acuerdo sobre los 20 vocales del Consejo General del Poder Judicial. 12 de procedencia judicial y 8 de juristas de reconocido prestigio.

Luego, el nuevo presidente del Consejo General del Poder Judicial y, al mismo tiempo, y de fondo, la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) que acaba con los vocales «de primera» y los vocales «de segunda» y que introduce una reivindicación largamente reclamada: el fin de los nombramientos discrecionales y la introducción de requerimientos de baremos objetivos para medir a los candidatos. 

La reforma fue aprobada por el Pleno del Congreso de los Diputados el pasado 30 de octubre.

Ahora se encuentra en el Senado y volverá al Congreso de los Diputados, con las modificaciones que se hagan en la cámara alta, para que se vote en el Pleno de la cámara baja previsto para el próximo 21 de diciembre.

Tampoco estaba previsto que los votos de los 5 diputados del Partido Nacionalista Vasco –Aitor Estéban, Mikel Legarda, Mikel Agirretxea, Idoia Sagastizábal e Íñigo Barandiarán– fueran a ser tan decisivos.

Pero es que lo van a ser.

Porque el «WhatsApp» que el portavoz del grupo parlamentario del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, distribuyó entre sus huestes, con la candidez de un adolescente despreocupado -y ya le vale habiendo sido director general de la Policía Nacional-, hizo saltar todos los planes por los aires.

NI LA OPINIÓN PÚBLICA NI LOS JUECES ACEPTAN COMPONENDAS

La opinión pública de la España de 2018 ya no es como la de 2008, cuando se hizo público que Carlos Dívar sería nuevo presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, por acuerdo del entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y el jefe de la oposición, Mariano Rajoy, y sin esperar a que lo votaran los 20 vocales nuevos -que lo hicieron- tal como establece la LOPJ.

Tampoco es como la de diciembre de 2013, cuando el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, pactaron de forma idéntica el nombre de Carlos Lesmes para ese mismo cargo.

La de 2018 ya no aguanta ese tipo de acuerdos en los que se han olvidado de las formas.

Y especialmente los jueces y magistrados que conforman la carrera judicial. Quieren recuperar aquello que se les quitó en 1985: el derecho a elegir por elección secreta y directa a sus 12 vocales jueces.

Como se hizo en 1980.

La renuncia del elegido, Manuel Marchena, ha cambiado todo y ha abierto un escenario impensable hace tan solo diez días en el que esa elección se produzca como demandan sus señorías y que apoyaba Ciudadanos.

El PP ya ha anunciado que introducirá en el Senado la consiguiente reforma de la LOPJ para hacer que eso se produzca.

En la cámara alta no tiene problema. Cuenta con 148 escaños, de los 266 de los que está compuesto el Senado; mayoría absoluta.

Los problemas se presentan en el Pleno del Congreso citado.

Porque PP, Ciudadanos y Coalición Canaria sumarían 170 votos. Si a estos se añadieran los 5 del PNV se llegaría a 175.

La mitad exacta de los 350 votos del Congreso de los Diputados.

Sólo es necesario un voto más del grupo confederal Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, o del PdeCat, ERC, EH Bildu o Compromís, o que falte uno de ellos en la trascendental votación que tenga que producirse para que se produzca el cambio de sistema de elección. 

EL PNV ANTE UN DILEMA

Las cosas, sin embargo, no son tan fáciles para el PNV. Desde hace tiempo este partido ha venido reivindicando la existencia de Consejos Judiciales Territoriales del poder judicial.

Los llamados «mini consejos» que detraerían parte de las funciones del CGPJ en cada Comunidad Autónoma.

Apostar por el cambio haría trizas ese objetivo largamente ansiado que debilitaría al órgano de gobierno de los jueces y, en consecuencia, al «Estado central».

Porque, no nos engañemos, la carrera judicial «no ve» su existencia. Es más, si lograran elegir a sus representantes es muy probable que operaran como lo más parecido a un bloque.

Lo han demostrado en los últimos cuatro años en los que las 4 asociaciones de jueces (la Asociación Profesional de la Magistratura, la Asociación Judicial Francisco de Vitoria, Juezas y Jueces para la Democracia y Foro Judicial Independiente) han formado un frente común reivindicativo que no tenía ningún precedente en la historia del asociacionismo judicial.

Se entienden.

También tendría otra consecuencia directa: se reforzaría la idea de España. Hoy por hoy el dique principal frente al independentismo han sido el poder judicial y los fiscales.

Y eso no le viene bien al PNV, que aunque partido «de orden», también abriga aspiraciones independentistas para Euskadi.

¿Qué posición tomará el Partido Nacionalista Vasco en ese Pleno?

Porque tendrá que «retratarse» frente a una opinión pública que ve como obsoleto el sistema de elección por el Parlamento.

Lo más probable es que trate de echar balones fuera argumentando que el cambio no es posible a través de una enmienda y que es exigible un proceso deliberativo más profundo, para no subirse al carro que ahora empujan PP y Ciudadanos.

O sí.

Con el PNV nunca se sabe.

O si no, que le pregunten a Rajoy.

LA PARADOJA DE «EL RENACIDO» LESMES

Este nuevo escenario ha devuelto la vida política en el CGPJ a su actual presidente, Carlos Lesmes, que cuenta con un mínimo extra de seis meses y un máximo de año y medio al frente del órgano de gobierno de los jueces. Pero es que, además, si se produce el cambio de elección de los vocales jueces casi con toda seguridad le correspondería al CGPJ elaborar el reglamento consiguiente para tal fin. Es decir, la responsabilidad sería suya. Lo cual resulta paradójico.

Porque Lesmes fue el que dirigió el texto final que se convirtió en la reforma de la LOPJ que transformó la naturaleza colegiada del CGPJ en una presidencialista.

Como si se tratara de un video juego, Lesmes ha obtenido vida extra para proseguir al frente de la institución, convirtiéndose en un «renacido».

Toda una paradoja.

Seis meses, porque si se aprueba el cambio, es el tiempo razonable para que se lleve a cabo la elección por y entre jueces de los 12 vocales jueces, según ha podido saber Confilegal. O un año o año y medio si el Congreso opta por seguir con la elección parlamentaria vigente.

Ni Julia Navarro, ni John Grisham, ni, por supuesto, Arturo Pérez Reverte habrían podido idear unos giros tan sorprendentes en sus respectivas narrativas. Una vez más, la realidad muchas veces supera a la ficción. Magnífica inspiración para una serie de Netflix.

Noticias Relacionadas:
Lo último en Política