Bernardo Montoya confiesa el asesinato de Laura Luelmo
Laura Luelmo, y el asesino confeso, Bernardo Montoya, que ahora dice que fue su expareja la que acabó con la vida de la joven.

Bernardo Montoya confiesa el asesinato de Laura Luelmo

Tiene antecedentes por asesinato y salió de cárcel hace apenas dos meses
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19/12/2018 12:43
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Actualizado: 18/3/2019 16:04
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Bernardo Montoya ha confesado hoy en dependencias de la Guardia Civil de Huelva que es el autor de la muerte de la joven zamorana Laura Luelmo, desaparecida el pasado día 12 en El Campillo (Huelva) y cuyo cadáver fue hallado el lunes entre arbustos y semidesnudo.

Este individuo, de 50 años, vecino de esa localidad onubense, tiene antecedentes por asesinato. Salió de la cárcel hace apenas dos meses. Residía en una vivienda en la misma calle que la joven.

La Guardia Civil lo detuvo ayer. Fue interceptado por la Benemérita cuando iba conduciendo entre El Campillo y Cortegana.

Éste sospechó del seguimiento, y paró el coche y trató de huir corriendo campo a través.

Bernardo Montoya había quedado en libertad el pasado octubre, una vez que cumplió una condena de dos años y diez meses por dos robos con violencia a mujeres ocurridos en 2015.

Previamente, cumplió otra condena de 17 años y nueve meses, en esta ocasión por el asesinato, obstrucción a la justicia y allanamiento de la vivienda de una anciana de 82 años en Cortegana, a unos 50 kilómetros de El Campillo.

Durante su primera condena, confirmada por la Audiencia Provincial de Huelva en 1997, Bernardo aprovechó un permiso penitenciario concedido en 2008 para tratar de agredir a una joven de 27 años que paseaba por un parque de El Campillo.

La joven consiguió que no se consumara la agresión, en parte gracias a su perro, un pastor alemán, que Bernardo Montoya asestó una puñalada, de 15 centímetros.

Fue condenado por amenazas por el Juzgado Penal número 3 de Huelva a un año y seis meses.

Había quebrantado otro permiso cumpliendo la condena por el asesinato de la anciana de Cortegana. Fue entre diciembre de 2009 y octubre de 2010, fecha en la que volvió voluntariamente a la prisión. Por este quebrantamiento, en su historial penitenciario consta una condena de 180 días que se ejecutó en 2013.

LA JOVEN FALLECIÓ DE UN FUERTE GOLPE EN LA FRENTE

La Guardia Civil encontró el cadáver de la joven maestra, de 26 años, el pasado lunes, en una montaña escarpada.

La autopsia preliminar reveló anoche que falleció de un fuerte golpe en la frente entre el 14 y el 15 de diciembre, al menos dos días después de su secuestro.

Tras pasar por el puesto de la Guardia Civil en Cortegana, Bernardo Montoya se encuentra en dependencias de la Comandancia de Huelva.

Agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) están al frente de un interrogatorio, con un plazo legal que fija 72 horas de máximo antes de pasar a disposición de la juez de Instrucción número 1 de Valverde del Camino, que ha decretado el secreto de sumario tras asumir la investigación.

La Guardia Civil trata de esclarecer las 48 horas que, al menos, Laura Luelmo estuvo retenida contra su voluntad antes de morir.

El equipo del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil está analizando los restos biológicos y las pruebas halladas, según han informado fuentes de la investigación.

La principal línea de investigación es que la maestra zamorana fue retenida entre el 12 de diciembre, día de su desaparición, y el momento en el que la autopsia ha fijado su muerte, entre dos o tres después.

Los indicios recabados llevan a los investigadores a sospechar que Laura Luelmo sufrió una agresión sexual, extremo que tratan de corroborar con la inspección de la casa de alquiler donde vivía la maestra.

También se analiza el coche negro marca Alfa Romeo que Bernardo Montoya conducía cuando fue detenido.

Tras la autopsia, los expertos de la Guardia Civil se centran en completar el análisis de las pruebas recurriendo al laboratorio móvil del Servicio de Criminalística desplazado por carretera desde Madrid a Huelva.

También se movilizó el helicóptero del Equipo Central de Inspecciones Oculares. Se buscan pruebas consideradas claves, como el teléfono móvil de Laura.

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