Companys rehabilitado públicamente en México, último guiño del Gobierno a la parroquia separatista
María Lluïsa Gally Companys, nieta del presidente de la Generalitat fusilado, recibiendo los documentos de la ministra Delgado en la residencia del embajador español en México D.F. ayer. MJ.

Companys rehabilitado públicamente en México, último guiño del Gobierno a la parroquia separatista

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31/1/2019 06:15
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Actualizado: 31/1/2019 00:23
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La ministra de Justicia, Dolores Delgado, entregó ayer a la nieta de Lluis Companys, María Lluïsa Gally Companys, la declaración de reparación y reconocimiento personal a su abuelo, el último presidente de la Generalitat de Cataluña, que fue fusilado por el régimen franquista en el castillo de Montjuic, en Barcelona, el 15 de octubre de 1940, después de un juicio sumarísimo.

El acuerdo fue tomado el pasado 21 de diciembre por el Consejo de Ministros, en Barcelona y supone una rehabilitación oficial de la figura de Lluis Companys, líder del separatismo catalán en la época de la República; en 1934 llegó a proclamar la independencia de Cataluña, que fue aplastada por el Gobierno, lo que le hizo dar con sus huesos en la cárcel.

En el mismo se proclama de forma «pública y solemne» la «restitución de la plena dignidad» del dirigente de ERC ejecutado.

Dicho acuerdo se apoya en la Ley de Memoria Histórica, y «atendiendo a la trayectoria vital y política» de Companys, a las «ominosas circunstancias en que se produjo su muerte» y a las varias declaraciones e iniciativas parlamentarias favorables a la reparación y el reconocimiento personal de quienes fueron represaliados en la Guerra Civil y el franquismo.

Aprovechando el viaje oficial de dos días a México D.F., que la ministra está realizando, acompañando al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, Delgado con la nieta de Companys, en la residencia del embajador español, Juan López-Doriga, donde le hizo entrega de la documentación.

«Siento muchísimo que mi madre no lo pudiera vivir (…) Ella era adoradora de su padre y sufrió mucho”, lamentó María Lluïsa Gally Companys.

Sin embargo, dijo sentirse satisfecha por el reconocimiento a su abuelo por parte del Gobierno de España: “creo que fue un hombre justo, un hombre honrado”.

La ministra declaró después que «Tras la Guerra Civil, la dictadura perduró durante muchos años y los vencedores tuvieron su propio relato y los vencidos no fueron ni reconocidos, fueron olvidados, ignorados. Sin embargo, hay mucho que aprender de esa memoria, sobre todo la convivencia democrática”.

NO ES LA PRIMERA VEZ QUE ES RECONOCIDA LA FIGURA DE COMPANYS POR EL ESTADO

En 2009, la nieta de Companys recibió en México un documento de reparación y reconocimiento de la figura de su abuelo de manos del entonces ministro de Justicia, Francisco Caamaño.

En ese momento, María Lluïsa Gally Companys indicó que el paso siguiente era la anulación del juicio de condena de muerte.

El 5 de abril de 2010 el entonces fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, hoy magistrado del Tribunal Constitucional, tomó el acuerdo de anular las sentencias dictadas por el Tribunal de Responsabilidades Políticas de Barcelona, el 13 de diciembre de 1939, y por el Consejo de Guerra de Oficiales Generales, de 14 de octubre de 1940, relativas a Companys.

Esta, por lo tanto, es la tercera vez que el Estado democrático condena la ejecución del entonces presidente de la Generalitat de Cataluña por los rebeldes vencedores de la guerra civil. 

ERA UNA DE LAS REIVINDICACIONES DE ERC

Este reconocimiento a la figura de Companys era una de las reivindicaciones de  ERC, partido que posibilitó el cese de Mariano Rajoy al frente del Gobierno y su sustitución por el líder del PSOE.

Ester Capella, la actual consejera de Justicia de la Generalitat, exigió a Delgado, en su reunión del pasado 6 de septiembre, que el Gobierno socialista pidiera «perdón» públicamente por la ejecución de Companys, en lo que representó un ejercicio de desconocimiento histórico o de «postverdad». 

Porque Capella «obvió» que su partido, ERC, formó parte de los diferentes gobiernos republicanos que se sucedieron desde el 19 de julio de 1936 hasta el final de la contienda, el 1 de abril de 1939, y que hicieron frente a las tropas rebeldes de Franco.

Todos ellos fueron gobiernos de concentración, formados por representantes de PSOE, PCE, PSUC, Izquierda Republicana, Unión Republicana, PNV, el sindicato CNT y ERC.

En el caso de ERC fueron, en concreto, tres los compañeros de Capella los que ejercieron de ministros de la República en aquellos tiempos tan turbulentos: Juan Lluhí Vallescá, José Tomás Piera y Jaime Ayguadé Miró. 

El primero fue ministro de de Comunicaciones y Marina Mercante y después de Trabajo, Sanidad y Previsión Social; Piera le sucedió al frente de este segundo Ministerio.

Jaime Ayguadé Miró, ocupó la cartera Trabajo, Sanidad y Asistencia Social desde mayo de 1937 hasta 1939 y antes, desde 1936, fue ministro sin cartera desde noviembre de 1936.

Es decir, que la consejera Capella le pidió a un Gobierno de un partido que fue socio del suyo en el gobierno republicano durante la guerra civil, que perdió la contienda, y que sufrió los mismos rigores de la dictadura -cárcel, ejecuciones o el exilio-, que pidiera perdón públicamente “en nombre del Estado”. 

Perdón porque Companys fuera fusilado por la dictadura franquista.

COMPANYS HUYÓ AL EXILIO PARA SALVAR SU VIDA

Companys fue presidente de la Generalitat de Cataluña de 1934 a 1939, líder de Esquerra Republicana de Cataluña y ministro de la Marina de España en 1933.

Huyó al exilio, a Francia, tras perder la República la guerra civil. Fue arrestado el 13 de agosto de 1940 en una casa de La Baule-les-Pins, junto a Nantes, al noroeste del país galo, por la Gestapo alemana, y entregado a las autoridades franquistas 16 días después, el 29 de agosto.

Tras un juicio sumarísimo, fue fusilado el 15 de octubre de 1940 en Barcelona.

Companys no fue el único dirigente político que tuvo que huir al exilio para tratar de salvar la vida. También tuvo que hacerlo el entonces presidente del Gobierno de concentración de la República, el socialista Juan Negrín, su antecesor, Francisco Largo Caballero -que moriría después en un campo de concentración nazi-, los ministros socialistas, Indalecio Prieto, Julio Álvarez del Bayo, Ángel Galarza, Vicente Uribe Galdeano, Paulino Gómez Sáiz, y tantos otros.

Y los que se quedaron, como el expresidente del Congreso, Julián Besteiro, murieron en la cárcel, o fueron fusilados sumariamente, como el presidente de la Generalitat.

MÉXICO, PAÍS DE ACOGIDA DE LOS PERDEDORES DE LA GUERRA CIVIL

México fue el primer país de acogida de los exiliados españoles, que tuvieron que abandonar España hace 80 años, tras la derrota de la República en la guerra civil.

25.000 españoles encontraron en el país azteca una nueva patria en la que seguir con sus vidas, merced a la generosidad del entonces presidente de México, Lázaro Cárdenas, que apoyó abierta y decididamente la causa republicana con armamento. Un país que rompió sus relaciones diplomáticas con la España franquista y que no restituyó hasta 1977, cuando nuestro país ya había tomado su rumbo hacia el sistema democrático actual.

La aportación de esos 25.000 españoles, entre los que se encontraron la familia de Companys, influyó de manera cualitativa en numerosos aspectos de la vida en México, como la educación, la ciencia y las artes.

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