La juez absuelve a 3 jóvenes porque fueron detenidos por «una conjetura» de la Policía Local
Todo sucedió en una localidad del noroeste de Madrid.

La juez absuelve a 3 jóvenes porque fueron detenidos por «una conjetura» de la Policía Local

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24/2/2019 06:15
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Actualizado: 24/2/2019 11:50
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Todo sucedió de la forma más tonta. La madrugada del 30 de julio de 2012, tres jóvenes, de 34, 21 y 21 años, regresaban de una fiesta nocturna a sus respectivas casas, en una conocida localidad del noroeste de la Comunidad de Madrid.

Todos iban bebiendo unas cervezas -uno de ellos llevaba dos-, comiendo un trozo de jamón, y caminando, cuando, delante de ellos se encontraron a un «colega» tirado en el suelo.

Estaba vomitando. Se acercaron a él para preguntarle cuando comenzaron a escuchar unas sirenas.

El «colega» se levantó y salió corriendo.

Lo que sucedió a continuación fue más propio de una pesadilla o de una película.

En pocos segundos, un coche patrulla de la Policía Local los rodeó.

Los agentes habían visto al «colega» salir corriendo con una bolsa y dedujeron que pasaba algo. En el lugar donde se encontraban vieron que la puerta de un bar cercano, el Bar Moet, había sido forzada, por lo que dedujeron que habían sido ellos.

Los tres jóvenes fueron trasladados a la Comandancia de la Guardia Civil, que es la competente para perseguir estos delitos.

Allí, un agente de la Benemérita redactó el correspondiente atestado y, tras su puesta a disposición judicial, fueron puestos en libertad provisional acusados de un delito de robo con fuerza.

Durante seis años, los tres han vivido en la zozobra y la angustia, con la espada de Damocles de la cárcel sobre su cabeza y su futuro. Todo porque se encontraron en el lugar equivocado, a la hora equivocada, movidos por el afán de ayudar a una persona conocida.

La fiscalía pedía para cada uno de ellos dos años de prisión.

UN CORRECTIVO A LAS FUERZAS POLICIALES

La pesadilla, sin embargo, llegó a su fin el pasado mes de diciembre.

La magistrada Carmen de la Cruz Gauna, titular del Juzgado de lo Penal 1 de Madrid, los absolvió a los tres.

No sin antes imponer un serio correctivo a la Policía Local describiendo un trabajo mal hecho. 

Porque, no pudieron probar que las cervezas que estaban tomando procedieran del bar cuya puerta había sido forzada.

«La prueba practicada ha resultado de absoluta insuficiencia para demostrarlos y llevar a la Juzgadora a la inequívoca conclusión de que lo acontecido era lo acusado», dice la magistrada en su sentencia.

Sobre la Guardia Civil, afirma «que ninguno de los agentes de la Guardia Civil que declararon en plenario presenció hecho delictivo alguno. Su actuación se limitó a detener a los hoy acusados con base en las manifestaciones de los agentes de Policía Municipal, por estar los acusados con cuatro botellas de cerveza y un trozo de jamón cocido y haber observado que un establecimiento cercano, el Bar ‘Moet’, tenía la puerta forzada y la valla como aplastada». 

«Los dos agentes de Policía Municipal, explicaron cómo patrullando habían visto a una persona correr con una bolsa, dieron la vuelta y encontraron a los tres acusados y cerca de ellos cuatro botellas de cerveza y un trozo de jamón, sin que tratasen de ocultarse en ningún momento», indica la magistrada.  

LOS AGENTES LOS DETUVIERON POR UNA CONJETURA, UNA SOSPECHA, UNA SUPOSICIÓN

Desde el punto de vista de la juez, los policías locales formularon una conjetura errónea.

Los jóvenes estaban «cerca de los efectos y el establecimiento estaba dañado». Luego, «ellos habían entrado y los habían cogido. Y por eso los detienen».

«Pero en ningún momento se acredita en el procedimiento ni en la vista oral que las botellas de cerveza o el trozo de jamón procediesen de dicho establecimiento. Su propietario no ha declarado nunca y tampoco en plenario; por tanto nunca se ha aclarado si dichos efectos eran de su establecimiento o en qué momento había sufrido los daños en la puerta y valla de acceso al mismo. Porque también podían provenir de otro lugar o los daños haber sido causados en días anteriores o la persona que salió corriendo, a la que los policías municipales ven correr con una bolsa, ser el autor de una sustracción sin participar en ella los acusados», explica.

Los policías locales los detuvieron porque en su poder tenían unas botellas de cerveza que dedujeron que procedían del interior de un establecimiento supuestamente asaltado antes.

«Pero como hemos dicho, es una conjetura, una sospecha, una suposición. A partir de ello deducir que pudo ser los autores del delito de robo con fuerza en las cosas imputado no es posible. Las versiones para justificar (o negar) la posesión pueden causar recelo, pero no permiten obviar el vacío probatorio existente», dice la magistrada. 

Un «zasca» en toda  regla a los agentes de la Policía Local.

Según David Díaz Villasante, del despacho Lawyou, el abogado defensor de dos de los tres jóvenes, «esto caso es mucho más común de lo que pudiera parecer. La magistrada lo dice claro en su sentencia: se movieron por conjeturas, sin base. A consecuencia de esas conjeturas, los tres se pasaron 24 horas en el calabozo y seis años con la angustia metida en el cuerpo». 

«Este tiempo ha sido una auténtica tortura para ellos y para sus familias y me alegro de que finalmente la verdad haya aflorado. La magistrada lo vio claro y se hizo justicia. Lo malo es que no hay nada que pueda compensar por todos estos años de preocupación, incertidumbre, y zozobra personal», concluye.

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