Así ha esclarecido la Policía Nacional el asesinato del empresario Carlos Machín
Evaristo González, abogado y empresario de ocio nocturno, es el presunto autor intelectual del crimen; fue detenido el pasado 29 de mayo; y dos días después el Juzgado de Instrucción número 4 de La Laguna decretó su ingreso en prisión comunicada y sin fianza.

Así ha esclarecido la Policía Nacional el asesinato del empresario Carlos Machín

Han sido detenidas 9 personas –entre ellas el supuesto inductor del crimen- por su presunta participación directa o indirecta en los hechos
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02/8/2019 17:38
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Actualizado: 03/8/2019 09:29
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La Policía Nacional ha esclarecido el asesinato del empresario Carlos Machín Quintero, ocurrido en abril de 2018, en la localidad tinerfeña de La Laguna.

Machín fue tiroteado en un aparcamiento de la Escuela Oficial de Idiomas de la localidad de San Cristóbal de La Laguna (Santa Cruz de Tenerife), en el interior de su coche, tras salir de las clases de inglés, a las que acudía de forma periódica.

La investigación, que se ha prolongado durante más de un año, se ha saldado con la detención de nueve personas –entre ellas el inductor del crimen- por su presunta participación directa o indirecta en los hechos.

Fueron puestas a disposición judicial, y el Juzgado de Instrucción número 4 de La Laguna decretó el ingreso en prisión de cinco de ellas el pasado 31 de mayo.

De izquierda a derecha: el abogado y empresario Evaristo González, y la víctima, el empresario Carlos Machín. Foto: El Español

Un teléfono secreto de Machín llevó a la Policía Nacional a sus presuntos asesinos.

El soporte de una tarjeta SIM hallada entre los efectos de la víctima la noche en la que fue acribillada fue la pista inicial sobre la que se articuló la investigación policial, que finalizó el pasado 31 de mayo con el ingreso en prisión preventiva de los presuntos autores del asesinato de Machín.

El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) informó el pasado 26 de julio que el levantamiento de la orden de secreto sobre las actuaciones el pasado 24 de julio evidencia que el descubrimiento de un teléfono “de seguridad”, mediante el cual y de forma “casi exclusiva” el empresario Pedro Carlos Machín se comunicaba con su exsocio Evaristo González Reyes, fue la primera pieza de una compleja investigación que acabó el 31 de mayo con el ingreso en prisión preventiva de cinco individuos:

El abogado y empresario lagunero Evaristo González Reyes como presunto autor intelectual del crimen; Ernesto Inocencio O.H. como supuesto autor material de los 11 disparos; Julio David G.O. como supuesto conductor del coche que llevó al sicario al lugar del crimen, y Dámaso Agustín R.R. y José Manuel M.B. como presuntos colaboradores en la acción criminal (encubridores).

La Policía ha informado hoy en un comunicado de cómo ha esclarecido este crimen.

Según relata, el 17 de abril de 2018, a las 22:10 horas, el empreario fue tiroteado tras salir de clase, cuando se encontraba en el interior de su vehículo.

Explica que el autor material del crimen realizó «11 disparos, de los que nueve impactaron en diversas partes del cuerpo de la víctima, causándole la muerte en el acto».

Varios testigos reconocieron haber visto a dos varones en las inmediaciones del aparcamiento, en actitud de espera y tapándose parcialmente el rostro con un pañuelo de cuello.

«En la huida, los autores circularon en dirección prohibida hacia la avenida de Los Menceyes, lugar donde quemaron el vehículo empleado para destruir las pruebas», prosigue.

Así quedó el vehículo.

La Policía apunta que tras el crimen, los presuntos autores materiales se escondieron en una casa en La Laguna, antes de desplazarse al sur de la isla donde permanecieron ocultos tres semanas.

Informa que los investigadores observaron que la víctima portaba en su cartera un soporte plástico troquelado al que le faltaba una tarjeta de telefonía que no coincidía con ninguna de las que usaba en los dos teléfonos móviles que portaba.

«Gracias al exhaustivo análisis de más de un millón de datos obtenidos, los policías lograron cerrar el círculo en torno a nueve personas», detalla.

Cuenta que «una de las mayores dificultades a la que los investigadores de homicidios de la Policía Nacional se enfrentaron era la imposibilidad de tomar declaraciones y realizar gestiones con testigos y entorno de la víctima».

Asimismo, dice que «el blindaje era máximo para evitar las interferencias y destrucción de pruebas, dado el perfil del principal investigado y presunto inductor del asesinato».

Informa de que «uno de los investigados acudió en varias ocasiones a las dependencias policiales para aportar datos y hechos falsos de la víctima, con la clara finalidad de desorientar a los investigadores», y que «el principal investigado mantuvo contactos y se reunió con los autores
materiales en los primeros días de abril y la mañana del día del asesinato».

La investigación ha permitido conocer, que «a finales del año 2017 los principales investigados  iniciaron sus contactos y que, a partir de ese momento, trataron de proteger sus comunicaciones con teléfonos de seguridad que habían sido adquiridos en octubre».

‘UTILIZABAN LÍNEAS DE TELÉFONO ACTIVADAS CON IDENTIDADES USURPADAS’

Asimismo, dice que «se demostró que los investigados habían hecho uso de, al menos, 15 teléfonos móviles que eran usados exclusivamente para comunicarse entre ellos» y que estas líneas «estaban a nombre de ciudadanos, normalmente extranjeros, a quienes habian usurpado la identidad».

«Esto condujo a los agentes a una tienda de telefonía donde se obtuvieron nuevas pruebas que corroboraban las hipótesis de la Policía», apostilla.

Además, informa que se supo también que vehículo usado había sido robado el domingo previo al asesinato y trasladado a Candelaria, donde permaneció oculto hasta el martes 17 de abril y donde le cambiaron las placas de matrícula por las de un coche abandonado en un polígono industrial.

Señala que las balas y casquillos recogidos en la escena del crimen fueron analizados por
la Sección de Balísitica Forense de la Comisaría General de Policía Científica, y que los peritos determinaron que se había empleado una pistola semiautomática con el cañón modificado.

«Esto es propio de armas que han sido inutilizadas y precisan de un armero con conocimientos específicos para poder rehabilitar las mismas, lo que llevó a relacionar a otro de los arrestados con los hechos investigados», explica la Policía.

Cuenta que en la fase final de la investigación se realizaron diligencias policiales, algunas de las cuales fueron públicas y notorias, como la búsqueda en el barranco de Santos del arma empleada.

«Los investigadores ya conocían y tenían vigilado el lugar donde se ocultaban otras dos armas de fuego que, posteriormente, fueron intervenidas», relata.

Además, indica que «era importante evitar el riesgo de un tiroteo en la intervención policial tendente a intervenir esas dos armas de fuego, dada la extrema peligrosidad de los investigados».

Por ello, la Policía «esperó a que quien tenía y ocultaba esas dos pistolas se desplazase a Gran Canaria de vacaciones, procediendo entonces a su detención».

Informa de que ese mismo día, de manera coordinada se desarrolló la fase de explotación de la operación, que culminó con la detención de otras ocho personas.

Ese mismo día, los agentes realizaron registros en la localidades de La Laguna, El Rosario, Tacoronte, Güimar, Arona y Granadilla de Abona.

En ellos intervinieron una pistola semiautomática con el cañón modificado y un silenciador; así como un revolver del calibre 38 que estaban ocultos en el domicilio de uno de los principales investigados, así como documentación, teléfonos móviles y soportes de memoria, que se están analizando actualmente.

Munición hallada en los registros.

EL TELÉFONO SECRETO DE MACHÍN

El Tribunal Superior de Justicia de Canarias ha informado que en las primeras pesquisas en el entorno de la víctima, nadie manifestó tener conocimiento de que utilizara un tercer teléfono, lo que llevó a la Policía a pensar, según exponen los autos, en “un teléfono de seguridad o utilizado para contactos que pretendía ocultar”.

Dice que el dato cobró mayor relevancia para los investigadores cuando, en las horas posteriores al crimen, la viuda del empresario entregó a la policía un teléfono móvil con la SIM cuyo soporte plástico había sido hallado con el cadáver, que la mujer había “encontrado en un cajón en el domicilio
familiar”.

El TSJC explica que la Policía Nacional averiguó que la tarjeta constaba adquirida a nombre de J.D.S.H., “relacionado directamente con Evaristo González Reyes, al ser hijo de un colaborador habitual de éste” detenido en 2012 en el marco de la operación Corredor, «un proceso multicéfalo de corrupción, en una de cuyas piezas acaba de ser condenado el abogado lagunero».

Informa que la investigación llega a la conclusión de que este móvil es el “único punto oscuro” concreto y real en la vida de la víctima, habida cuenta de que se trata de un celular “modelo antiguo, no smartphone, sin conexión a Internet ni a aplicaciones informáticas o móviles, del tipo de los empleados como número de seguridad en operaciones ilícitas”.

Apunta que ante esta pista, la Brigada de Homicidios de la Policía Nacional en Tenerife estableció como “prioritario” el estudio de la vida útil de este teléfono, sus contactos, su contenido y, según expone el auto que mandó a prisión a Evaristo González, “la existencia de otros teléfonos con la misma titularidad” pues, explican los investigadores, “es habitual en operaciones ilícitas o irregulares la adquisición de varios teléfonos de forma simultánea para su uso por parte de los implicados”.

El TSJC dice que en esta línea de investigación, las pesquisas policiales permiten averiguar que la persona a cuyo nombre constaba la adquisición de la tarjeta SIM, J.D.S.H., tenía a su nombre otros teléfonos y se encontraba “relacionado indirectamente con Evaristo González Reyes, al tratarse del hijo de un colaborador habitual de éste”.

«La Policía certifica que uno de los teléfonos adquiridos por este individuo había verificado su última conexión el 17 de abril de 2018, el día anterior a la muerte de Machín» y que «otras de las líneas contratadas a nombre de J.D.S.H. se habían desactivado a las 19.31 horas del día en el que fue asesinado» el empresario, prosigue.

‘TITO TAROCONTE’ 

Según ha informado el TSJC, «los investigadores pudieron comprobar que uno de estos teléfonos secretos, con número finalizado en 604, constaba a nombre de una persona domiciliada en una dirección que se correspondía con la de la residencia de Evaristo González, y además advirtieron que el número constaba en la agenda de la víctima como el teléfono de “Tito Tacoronte”, sobrenombre con el que se conoce a Evaristo González, según la Policía».

Dice que igualmente, se certificó que «la primera llamada que recibió el teléfono acabado en 604 fue realizada desde el teléfono particular del abogado y empresario ahora en prisión preventiva».

El TSJC apunta también que los agentes constatan asimismo que otro de los teléfonos adquiridos por J.D.S.H., acabado en 806, figuraba a nombre de una identidad falsa, y confirman “plenamente” que el usuario habitual de este teléfono es Evaristo González: en una llamada entrante a este número el 6 de agosto de 2018 quien llama deja el siguiente mensaje: “Buenas tardes, Evaristo, soy Gabriel, cuando puedas llámame”.

Además, dice que en el auto de prisión del abogado se señala que “entre los contactos de este terminal se incluyen otros relacionados directamente con Evaristo, como es su hermano Ángel y su socio el abogado José Santiago M.M.”.

«Y, como colofón, se constata que es con este número con el que el fallecido Carlos Machín mantiene la inmensa mayoría de las comunicaciones, “un total de 798 de 1.188 registros que suma la vida útil del terminal”, añade.

El TSJC informa que «el círculo se estrecha aún más cuando del estudio de los contactos mantenidos por González Reyes a través del 806 se identifican diversas llamadas al teléfono acabado en 115, “utilizado, según bases de datos policiales, por Ernesto Inocencio O.H.”.

«Este individuo sería a la sazón la persona detenida como supuesta autora material del asesinato de Machín», explica.

Además, indica que la Policía va desarrollando una minuciosa y compleja investigación hasta llegar a la conclusión de que el número acabado en 604 fue el que usó el presunto asesino en los meses previos al crimen.

«Expone que se activó en noviembre de 2017 y que “en toda la vida útil que se dispone del teléfono nunca ha transcurrido un solo día en que no hubiera registro alguno o que se detectara el terminal apagado; esto ocurre por primera vez el día del asesinato, a las 19.45 horas, permaneciendo apagado durante más de tres días”, añade.

El Tribunal Superior de Justicia de Canarias señala que «el análisis de los contactos teléfónicos en los terminales utilizados por Ernesto Inocencio O. identifica a diversas personas supuestamente relacionadas con el crimen, entre ellas a Julio David G.O., el supuesto conductor del coche en el que se llegó a la escena del crimen; José Manuel M.B. o Dámaso R.R., presuntos colaboradores en las labores previas y posteriores al asesinato».

Informa también que la Policía Nacional afirma que en la noche en la que fue asesinado Machín, «poco después de que el vehículo robado con el que se cometió el crimen empezara a arder, el terminal de Julio David G.O. -el supuesto conductor del coche- efectuó “ocho intentos de llamada inmediatos o consecutivos” al número de José Manuel M.B.” -la persona que supuestamente colaboró en la fuga-«.

«Agrega el minucioso auto -de más de 80 folios- que el 8 de mayo de 2018, menos de un mes después del crimen, “desde el terminal de seguridad de Ernesto se registraban contactos director con teléfonos móvil y fijos utilizados por Evaristo González en su domicilio y despacho; esto relacionaba de nuevo directamente al sospechoso del asesinato material de la víctima con el supuesto autor intelectual”, explica el TSJC.

Y añade que la Policía Nacional llega a la conclusión de que Evaristo González Reyes, “por razones que por el momento se desconocen” habría iniciado los movimientos dirigidos a la «eliminación» de Pedro Carlos Machín Quintero, para lo cual habría recurrido a un tercero, identificado como Ernesto Inocencio O.H. con el que ya mantenía contactos con anterioridad.

«Para ello, habría dispuesto de dos teléfonos con los que comunicar de forma exclusiva entre ambos (249 y 604) que Evaristo habría conseguido a nombre del mismo titular que el empleado por la víctima, hecho este reconocido por él mismo en declaración. Ambos números fueron abandonados en su uso el mismo día en que tiene lugar la muerte», concluye.

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