3,5 años de prisión: Una petición «exagerada», según la defensa del dueño de la finca en la que murió Julen
Alberto Flores, el primero por la derecha, es el abogado de David Serrano, de blanco, en el centro, dueño de la finca de Totalán, donde murió el pequeño Julen. Foto: EP.

3,5 años de prisión: Una petición «exagerada», según la defensa del dueño de la finca en la que murió Julen

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06/8/2019 06:15
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Actualizado: 06/8/2019 18:37
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La defensa de David Serrano, el dueño de la finca donde está el pozo en el que cayó Julen, el niño de 2 años que se precipitó a un hueco de gran profundidad y cuyo cuerpo sin vida fue rescatado 13 días después, considera «exagerada» la petición de pena realizada tanto por la Fiscalía, que solicita tres años de cárcel, como de la acusación de los padres, que pide tres años y medio.

Así lo ha asegurado el letrado Antonio Flores, que representa al acusado y que ha pedido el sobreseimiento y archivo total de las actuaciones y que se acuerde el levantamiento de los cargos sobre su defendido por un delito de homicidio por imprudencia grave, al considerar que de la instrucción «solamente podemos concluir que hay una total ausencia de delito».

El abogado ha incidido en que «es la primera vez que pasa el imputarle a alguien por un peligro que no es conocido».

«Nadie podría pensar que un niño podía caer por ahí», ha reiterado Flores, quien ha añadido que las acusaciones se basan en aspectos «que no se dan», como es la falta de aviso de que existía un pozo abierto y de las medidas de seguridad.

Respecto a lo primero, ha indicado que en opinión de la defensa en la instrucción «ha quedado acreditado que sí se advirtió de que había un pozo que no estaba correctamente tapado sino que tenía dos cantillos», lo que se recoge, ha dicho, en la declaración del padre de Julen ante la Guardia Civil y en el juzgado.

En cuanto a las medidas de seguridad, ha recordado que la persona que hizo el pozo declaró como testigo que «el plan de seguridad lo tenía en su casa, pero nunca lo ha presentado y el juzgado entendió que no había lugar a requerírselo».

En su escrito de alegaciones provisionales, la defensa considera que «el indispensable nexo causal entre las presuntas acciones u omisiones de mi defendido y el fallecimiento del menor es inexistente», lamentando la negativa del juzgado «para llevar a cabo cualquier diligencia de investigación que arroje luz sobre los hechos».

En dicho documento se indica que «hay una total ausencia de delito» y se incide en que se pretende culpar a su defendido «de un suceso imprevisible y fortuito, o al menos imposible de prever dentro de su esfera de actuación». EP.

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