El Gobierno asimila el vapeo al tabaco, sabiendo que no lo es, y financia una campaña contra su consumo
Las normas de fabricación de los cigarrillos electrónicos en Europa son muy estrictas.

El Gobierno asimila el vapeo al tabaco, sabiendo que no lo es, y financia una campaña contra su consumo

El Ejecutivo admite que el vapeo no es tabaco, pero lanza una campaña contra su consumo
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18/10/2019 06:30
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Actualizado: 18/10/2019 01:15
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A Imperial Brands, la empresa que fabrica los cigarrillos electrónicos o vapeadores en España, no le queda más que la demanda contencioso-administrativa ante los tribunales una vez que la Comisión de Publicidad y Comunicación Institucional, dependiente de Presidencia de Gobierno, desestimara su petición de que el Ministerio de Sanidad retirase o rectificase su última campaña antitabaco.

Una campaña lanzada el pasado mes de septiembre con una inversión de un millón de euros que, además, es injusta porque asimila este producto a una forma de tabaco.

«El Ministerio de Sanidad admite que no es verdad que los vapeadores sean tabaco, pero como eran productos relacionados, porque algunos llevan nitcotina –y otros muchos no– pues como ejercicio de síntesis publicitaria, se incluyó. Y se han negado a retirar o rectificar la campaña», explica Rocío Ingelmo, representante de Imperial Brands.

«Eso, desde nuestro punto de vista, vulnera el derecho constitucional a recibir una información veraz», añade. 

En la campaña se identifica como nocivos los cigarrillos electrónicos, a los que asimila al tabaco.

Y ahí está el problema.

Porque la industria de los vapeadores no los considera tabaco. Mucha gente, además, los utiliza como recurso para dejar de fumar.

«Esto es una tragedia, porque mucha gente que se había pasado a los vapeadores están volviendo al tabaco», apunta Ingelmo.

EFICACES EN LOS TRATAMIENTOS PARA DEJAR DE FUMAR

Un estudio publicado por el New England Journal of Medicine del Reino Unido dice que los vapeadores son más eficaces que los tratamientos de reemplazo de nicotina, como parches y chicles, para aquellos fumadores que quieren dejar el tabaco. 

Y explica que de 886 fumadores que acudieron a la Seguridad Social británica (UK National Health Service), un 18 por ciento pudieron dejar de fumar gracias al uso de vapeadores frente al 9,9 por ciento que lo hicieron utilizando otros sistemas.

«El #tabaco de liar, las pipas de agua, los cigarrillos electrónicos, el tabaco calentado o los vapeadores también crean #adicción y son perjudiciales para la #salud #ElTabacoAtayteMata», dice uno de los tuits de la campaña que acompañan al spot cuyo contenido va por esa misma línea.

La campaña gubernamental española ciertamente se ha visto influida –o ha querido verse influida, que también es válido esta enfoque– por las noticias de muertes de 5 personas acaecidas en Estados Unidos y de casi 500 casos de enfermedad pulmonar.

Aunque luego se probó que las muertes estuvieron relacionadas con el uso de líquidos en cigarrillos electrónicos que se mezclaron con cannabis adquirido en el mercado negro, con ello se les cubrió con un manto de sospecha en España.

Algo que está prohibido hacer en Europa.

Por ello, la Agencia Norteamericana del Medicamento (FDA) recomendó después que se utilizaran solo los cigarrillos electrónicos seguros y que no se mezclaran los ingredientes.

En España los fabricantes están obligados a no utilizar ningún ingrediente que sea peligroso para la salud humana (contiene agua, glicerina, aromatizantes y nicotina –los que lo llevan, que no son todos–), lo que, además, está supervisado y controlado por el Ministerio de Sanidad.

LA MULTINACIONAL FARMACÉUTICA PFIZER, LA GRAN BENEFICIADA

Al mismo tiempo que se criminalizan los cigarrillos electrónicos, la gran beneficiada parece ser la multinacional farmacéutica Pfizer, con la que el Ministerio de Sanidad ha suscrito un acuerdo para subvencionar sus comprimidos Champix –por 30 millones de euros–, cuyo principio activo es la varenicilina, que asegura, en 12 semanas, la desaparición de la adicción al tabaco.

El resultado es que al criminalizar los vapeadores, como método para ayudar a dejar de fumar, al mismo tiempo se favorecen los comprimidos Champix, sobre los que le quedan dos años de uso de patente a Pfizer, porque en 24 meses le expira la patente.

Está claro, en esta batalla, quien parece haber salido ganando.

Y no han sido, ciertamente, los cigarrillos electrónicos.

«Estamos estudiando muy seriamente la posibilidad de acudir a la Justicia», señala Ingelmo.

«No va a quedar otra. Porque no podemos permitir que una mentira que se repita mil veces en una campaña publicitaria oficial se pueda convertir en verdad, a los ojos de la gente. Los vapeadores no son nocivos para la salud. Y si tiene que decirlo la justicia alto y claro, que así sea», concluye.

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