Félix Pantoja, fiscal del Supremo: «Hay pleitos familiares que se eternizan hasta que los hijos alcanzan la mayoría de edad»
Félix Pantoja impartiendo un taller sobre incapacidad y curatela en la Fundación Ángel Riviere, donde es patrono. Foto: Fundación Ángel Riviere

Félix Pantoja, fiscal del Supremo: «Hay pleitos familiares que se eternizan hasta que los hijos alcanzan la mayoría de edad»

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18/2/2020 00:30
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Actualizado: 18/2/2020 01:05
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Félix Pantoja García, fiscal de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, exfiscal de menores del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) y vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) entre 2001-2008, acaba de integrarse como socio en la Plataforma Familia y Derecho, una iniciativa multidisciplinar formada por distintos profesionales que intervienen en los procedimientos de familia.

En este colectivo, ya cercano a los 500 profesionales, coexisten jueces, fiscales, abogados de familia y otros interlocutores relacionados con este ámbito.

Para todos ellos existe el convencimiento que una justicia de familia especializada y ágil palía muchos de los efectos adversos de las crisis familiares.

Pantoja nos ofrece sus reflexiones sobre la jurisdicción de familia y de la necesidad de dotarla de medios humanos y personales. En su opinión dichos juzgados “suponen conocer y resolver problemas que afectan a la identidad de las familias y, en consecuencia, a la identidad de las personas”.

A su juicio “son temas que llevan aparejados un importante sufrimiento humano y cuya solución a través de profesionales especializados permitirá, sin duda, no solo pacificar el conflicto, sino también dar esperanza de superar situaciones muy traumáticas para las familias, los niños y todo su entorno social”.

Para Pantoja “son problemas que han de tratarse de forma multidisciplinar, ya que las soluciones no pueden ser solamente en el marco del derecho, que efectivamente es imprescindible”.

Una reforma fallida

En su etapa de vocal del CGPJ Pantoja planteó una reforma similar en ese sentido que no cuajó “la especialización en esta materia para establecer una jurisdicción, o incluso una “subjurisdicción” dentro de la civil, que conociese de estas cuestiones”.

Y recuerda que “en su defecto, planteé que se especializaran juzgados allí donde el orden civil contara con un número de juzgados que lo permitiera y para facilitar la formación continua y especializada de Jueces, Fiscales y Letrados de la Administración de Justicia, que sirvieran estos órganos”.

Sobre dicha iniciativa recuerda que “no salió adelante, porque la Administración de justicia, como servicio público, tiene sus carencias de orden material y en aquel momento primaba la necesidad de crear los juzgados de lo mercantil y la especialización de su personal”.

La importancia de la mediación

En opinión de Pantoja, “la mediación, fundamentalmente la penal y la civil de familia, tiene una gran importancia para la resolución de los conflictos”.

Así, se refiere a la mediación “dentro del proceso judicial, es decir, la que se alcanza entre las partes, pero bajo la supervisión de sus representantes y que culmina con la sentencia judicial”.

Este jurista cree que esta actividad extrajudicial “en materia penal, restaura la confianza en el sistema pacificando el conflicto, tranquiliza a la víctima que ve satisfecha su pretensión de justicia y pone al agresor en el lugar de su víctima”.

En cuanto a esta práctica, recuerda que se comenzó a llevar a cabo por el profesor de Derecho Penal Julián Ríos con el que colaboró en el CGPJ para poner en marcha los mecanismos que posibilitaron estas experiencias, que a su modo de ver «han sido satisfactorias».

Pantoja, como uno de los precursores de la mediación en el CGPJ, cree que «acabará consolidándose como una forma de terminar los procesos”.

En cuanto al ámbito civil de familia el recorrido de la experiencia fue similar.

En este caso, pilotado por el magistrado Jose Luis Utrera con el desarrollo promovido en el Consejo General del Poder Judicial.

Sobre estas experiencias recuerda que contaron con la “colaboración de jueces, fiscales y letrados de la Administración de Justicia, lo que ha permitido abrir un camino para resolver conflictos dolorosos minimizando el sufrimiento de las partes, lo que en derecho de familia tiene excepcional importancia”.

Sin embargo, «la mediación aún no ha calado en España», apunta.

“Recuerda que todas las reformas de calado sufren desconfianza y esta lo genera porque cambia la concepción del proceso para dar protagonismo a las partes, lo que, sobre todo, en el proceso penal siempre se ve con cierta prevención”.

Al mismo tiempo cree que “una reforma de este tipo, además de cambios normativos exige una dotación de medios personal -equipos técnico multidisciplinares- que lleve aparejada unas necesidades presupuestarias que se dice no se pueden asumir”.

Sobre dicha desconfianza comenta que “los jueces y fiscales entienden que pueden ver condicionada sus decisiones por las que las partes alcancen, y eso, que es pura democracia, no siempre se ve como un acierto”.

Pantoja siempre ha estado muy vinculado a la protección del menor. Foto: Carlos Berbell/Confilegal. 

Responsabilidad Penal del Menor

A Félix Pantoja se le reconoce como uno de los padres de la Ley Orgánica de Responsabilidad Penal del Menor, norma que entró en vigor en enero del 2001.

«El trabajo en la elaboración de la ley fue muy interesante”, ya que «se trataba de configurar una nueva responsabilidad distinta de la penal que, determinada por la inimputabilidad de los menores de 18 años, buscaba dar una respuesta sancionadora-educativa, a la vez que satisfacer a la víctima”.

En este escenario, añade, “la mediación cobraba un extraordinario valor, incorporándose al proceso”.

Asimismo señala que “dicha incorporación, como la de los equipos técnicos multidisciplinares, compuestos por psicólogos, educadores y trabajadores sociales, integrantes del proceso, la instrucción a cargo del Ministerio Fiscal y la amplia facultad del juez para la imposición de las medidas en interés del menor, configuraban un proceso moderno y ambicioso en cuanto a sus objetivos”.

Sin embargo, dicho proceso “desgraciadamente, a mi juicio, se ha ido haciendo más vindicativo por razón de la presión social por algunos graves delitos cometidos por menores y por lo que significó, en su momento, la ‘kale borroka’”.

Pantoja habla de un “retroceso en sus principios injustificado, porque la delincuencia juvenil no es un grave problema penal en España, porque la educación debe jugar un imprescindible papel en esta materia, y porque el código penal considera a los menores irresponsables penalmente así se dice en su artículo 19”.

Este jurista también señala “la importancia del profesor Bueno Arús, entonces director general de Iniciativas Legislativas del Ministerio de Justicia, que impulsó el proyecto y de los profesores Garrido Genovés y García Pablos que también trabajaron en el mismo”.

Pantoja, ahora en la Sala de lo Social del Supremo, no sigue directamente la aplicación de la ley, “pero me consta que jueces, fiscales, equipos técnicos y el resto de integrantes de esta jurisdicción, tratan de llevar a cabo lo que la ley propone”.

A la vez afirma que no sabe cómo están ahora la ejecución de las medidas, aspecto fundamental para que la ley sirva a lo propuesto, «pero no participo del criterio de dejarla en manos de entidades privadas, ya que se trata de una responsabilidad pública que compete a las Comunidades Autónomas”.

Falta jurisdicción de familia

Sobre crear un modelo de jurisdicción de familia específica, Pantoja destaca que “es muy importante la especialización».

En cuanto a la agilidad, «esta dependerá de los medios materiales con que se pueda contar, jueces, fiscales y letrados de la Administración de Justicia, así como psicólogos, trabajadores sociales y médicos forenses para llevar a cabo su función pública”.

Para Pantoja existe el riesgo que una ruptura familiar mal gestionada por las partes y ralentizada por los juzgados puede convertirse en un episodio de violencia de género.

“Además hay otro riesgo instrumental, como es que los pleitos de familia se eternizan con continuos requerimientos de modificación de medidas y sobre la situación de los hijos, que lo sufren permanentemente, además de que el proceso nunca se termina, al menos hasta la mayoría de edad de los hijos”.

En su opinión “una ruptura de mutuo acuerdo, a través de un proceso bien llevado y mediado, siempre será mucho mejor para todos. Y en ese escenario la custodia compartida aceptada y bien diseñada es un muy buen elemento de solución del conflicto”.

Respecto a la falta de juzgados de familia, cuando los procedimientos sobre estos temas son más numerosos que los laborales y mercantiles, indica que “es una buena pregunta para el Ministerio de Justicia, al frente del que, en este momento, está un magistrado convencido de la importancia de esta jurisdicción al igual que de la mediación, como siempre puso de manifiesto en su etapa de vocal del CGPJ”.

En cuanto a la cuantificación, “debo constatar que, actualmente, la jurisdicción laboral tiene una gran carga de conflictos, tratándose de una jurisdicción de trascendental importancia para la paz social y para los derechos de los trabajadores”.

Sobre la denuncia de la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA) sobre las carencias de los equipos psicosociales, reconoce que aunque está alejado de esta jurisdicción “es evidente que los equipos psicosociales son elementos imprescindibles para adoptar una resolución acertada y rápida«.

Para Pantoja, “la ausencia de estos equipos lleva a retrasos y muchas veces a decisiones no ajustadas a las necesidades de las partes, especialmente para los niños cuando son parte del conflicto, y en general del proceso”.

Finalizamos preguntándole cuál es su diagnóstico de la situación actual de los pleitos de familia, aun sin jurisdicción propia pese a la gran demanda de asuntos.

“El diagnóstico es, al igual que el resto del servicio público de la justicia, de pronóstico reservado. Y por lo tanto necesitado de medidas que le permitan dar respuesta, sobre todo rápida y eficaz a los conflictos que han de resolver”.

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