La guardia urbana acusada del asesinato de su novio asegura que su amante se comportaba como un psicópata con ella

La guardia urbana acusada del asesinato de su novio asegura que su amante se comportaba como un psicópata con ella

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14/3/2020 06:30
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Actualizado: 13/3/2020 23:25
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Rosa Peral, la Guardia Urbana de Barcelona que está siendo juzgada por el asesinato de su novio, aseguró ayer, durante su declaración ante el tribunal del jurado, en el proceso que está teniendo lugar en la Audiencia Provincial de Barcelona, que el otro acusado, y examante suyo, Albert López, «se ha comportado como un psicópata» con ella.

«Pegarme no me ha pegado. Me ha insultado», aseguró, a preguntas del abogado de López, José Luís Bravo, durante el interrogatorio a la acusada.

El abogado también señaló las manchas rojas que ella tenía en el cuello tras el crimen, y sostuvo que fueron a causa de una pelea con la víctima: «No tenía marcas en el cuello. Era rojez por nervios, como tengo ahora», dijo Peral, que en su declaración no lució el pañuelo en el cuello que ha llevado durante el resto de sesiones.

Bravo ha exhibido conversaciones entre los dos acusados para demostrar que mantenían una relación hasta después del crimen, en contra de lo que afirma Peral: que fueron amantes en el pasado y él, por celos, mató a Pedro Rodríguez y la obligó a fingir que seguía vivo amenazándola y con un «control exagerado», por lo que simuló ser amigable con él para no enfadarle.

MANTIENE QUE AMABA A LA VÍCTIMA

También negó que López la animara a llamar a los Mossos d’Esquadra para confesar el crimen y alegar defensa propia, tal como sostiene de la defensa de él, que asegura que Peral le pidió que no la delatara porque temía perder la custodia de sus hijas.

El interrogatorio de la abogada de Peral, Olga Arderiu –quien defendió a Carme Forcadell, ex presidenta del parlamento autonómico, en el juicio del «procés»–, se ha centrado en mostrar la buena relación que ella mantenía con la víctima, con la intención de contradecir la tesis de la Fiscalía, que sostiene que ambos acusados cometieron el asesinato como una «prueba de amor».

Las preguntas del jurado pusieron en cuestión por qué no entregó a los Mossos las pruebas de que disponía, como el móvil de la víctima con el que enviaba mensajes para fingir que seguía vivo, o porque no explicó que López había saltado la valla de su casa y mostró las huellas que dejó al hacerlo.

Por otra parte, López reconoció por primera vez que quería «reactivar» la relación con la acusada Rosa Peral. La Fiscalía sostiene que asesinaron al también agente del cuerpo Pedro Rodríguez en mayo de 2017 y considera que fue una prueba de amor.

El fiscal, Félix Martín, le preguntó durante el interrogatorio por qué mandó a Peral fotos de notas con mensajes de amor que ella le había escrito, y dijo: «Eran notas que me había dejado en casa durante todos los años. Se las mando para reactivar esa chispa».

El fiscal le preguntó si era consciente de que era la primera vez que reconocía que quería reanudar la relación, que considera el móvil del crimen, siendo esta su quinta declaración contando la investigación policial y la fase de instrucción: «Durante tres años he estado leyendo lo que esta señora ha dicho aquí en un papel. Siempre he pensado que iba a decir la verdad, y no lo ha hecho. Era una oportunidad hacia ella de decir la verdad».

Sobre la noche del crimen, mantuvo que Peral es la única autora del asesinato, también se desvinculó de la quema del cadáver dentro de un coche junto al pantano de Foix y dijo que la encubrió porque las emociones le nublaron la inteligencia.

López, que se mostró desafiante durante el interrogatorio, dijo que todos los actos para encubrirla los hizo como un autómata, literalmente, y «fruto de esa lealtad ciega de esa persona que he querido con absoluta locura amorosa».

EL CADÁVER YA ESTABA EN EL MALETERO

«No se entendía más que ‘Creo que lo he matado, creo que lo he matado, mis hijas, mis hijas'», explicó que le dijo Peral en una llamada la noche del crimen, aunque aseguró que no acudió a la casa donde ella convivía con la víctima hasta horas más tarde, cuando Pedro R. ya había muerto y su cadáver estaba en el maletero.

También por primera vez en todas sus declaraciones, López afirmó que Peral «dio a entender» que el arma del crimen fue una pistola, y negó que él llevara el arma estando fuera como aseguró la acusada.

COMPRÓ LA GASOLINA

Además, explicó que, la noche siguiente, ella le pidió comprar gasolina sin saber que era para quemar el coche –en otras declaraciones dijo que sí lo sabía–, y le hizo acompañarla hasta casa de su exmarido.

«Si no quemó el coche al lado de casa de Rubén fue gracias a mí. Cuando me di cuenta donde estaba, arranqué y me fui», y explicó que, una vez en el pantano, fue ella quien incendió el vehículo.

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