Asociaciones pro infancia reclaman en el Congreso más protección a las familias más vulnerables ante el Covid-19
Consideran que la aprobación del Ingreso Mínimo Vital es un paso importante pero claramente insuficiente
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30/5/2020 06:35
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Actualizado: 29/5/2020 23:15
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Los dos grandes desafíos que ha de afrontar la recuperación tras la crisis sanitaria del Covid-19 son la lucha contra la pobreza que afecta a los hogares con hijos a cargo y la brecha educativa que viven las familias más vulnerables.
Ese ha sido el eje de las intervenciones del presidente de Unicef España, Gustavo Suárez Pertierra; el director de Programas de la Fundación ANAR, Benjamín Ballesteros; Ricardo Ibarra Roca, director de Plataforma de Infancia y Andrés Conde, director general de Save the Children en la Comisión de Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados, creada recientemente para afrontar los problemas derivados por la pandemia de coronavirus.
“En la emergencia sanitaria los niños y las niñas no han sido un grupo de riesgo, lo que ha llevado a que no hayan estado realmente en el foco de las decisiones, pero en términos del impacto social de la emergencia, la infancia corre el riesgo de pagar el precio más elevado y, sin duda, el más duradero”, comentó Conde.
A su juicio, “en España los hogares con hijos e hijas a cargo son los más vulnerables. Ya lo eran antes de esta emergencia y el impacto de la crisis ha actuado como un enorme amplificador y acelerador de su vulnerabilidad”, indicó.
El director general de Save the Children pidió a los políticos que hagan un esfuerzo para crear medidas y facilitar ayudas a uno de los colectivos más golpeados por la pandemia y la posterior crisis económica: las familias vulnerables con hijos a su cargo. Su situación, dice, «ya no puede esperar más».
Tras confirmarse la aprobación este viernes del Ingreso Mínimo Vital (IMV) por el Consejo de Ministros, la organización reconoce que es una buena medida para luchar contra la pobreza pero que puede mejorarse.
La cuantía oscilará entre 462 y 1.100 euros mensuales y llegará a unas 850.000 familias que agrupan a 2,3 millones de personas que sufren pobreza extrema. En junio se abonará a unos 100.000 hogares por parte de la Seguridad Social y tendrá un coste de 3000 millones de euros.
Para Save The Children esta medida debe modificarse porque los umbrales establecidos dejan fuera de esta prestación a parte de la población en riesgo de pobreza, como los hogares compuestos por dos personas adultas y dos niños con ingresos anuales de entre 10.523 y 18.628,9 euros.
Así todo, esta entidad reconoce como una medida muy positiva el esfuerzo en simplificar la burocracia para su solicitud, evitando una barrera para las familias con menor nivel cultural y da la bienvenida a la priorización de las familias monoparentales, formadas en su mayoría por mujeres solas, a quienes se destinará 100 euros más al mes para cubrir las necesidades de crianza.
Como medida ‘puente’ hasta que el IMV llegue a las familias beneficiarias, Andrés Conde defendió durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados que se apruebe una prestación por hijo e hija a cargo reforzada.
“Proponemos la ampliación de las cuantías de la prestación por hijo a cargo durante tres meses y que sea con efectos retroactivos, es decir, desde mediados de marzo a mediados de junio”.
Para este experto, esto “supondría movilizar una ayuda de emergencia de forma ágil, al estar las familias ya registradas, lo que simplificaría su gestión. Solo sería necesario aumentar la cantidad percibida”.
Crisis y menores
Esta organización lanzó hace unos días la campaña en redes sociales #QueNadieQuedeAtrás para denunciar la falta de compromiso político con las familias en situación de pobreza durante la emergencia.
A través de esta iniciativa la ONG pide al Gobierno y a todos los partidos políticos que en los planes de respuesta haya medidas urgentes que protejan a quienes más lo necesitan.
Como parte de la campaña y para saber de qué manera está afectando la pandemia a los hogares españoles, Save the Children ha realizado, junto a 40db, una encuesta online a más de 1.800 niños, niñas, y sus familias de toda España y les ha preguntado por su situación económica, el cierre de colegios o su salud física y mental durante el confinamiento.
El estudio revela que 4 de cada 10 familias ha perdido el empleo de manera temporal y que casi la mitad ha sufrido un recorte de sueldo de forma temporal.
En los hogares con menos recursos, la crisis económica se acentúa más. 1 de cada 4 familias vulnerables ya ha perdido el empleo de manera permanente o ha tenido un recorte de sueldo de forma permanente por la emergencia.
“La crisis económica y social del coronavirus será especialmente negativa y duradera para las familias vulnerables, que ya sufren la pérdida de empleo y los recortes de sueldo en mayor proporción que el resto”, señala Conde.
“Los líderes políticos no pueden seguir mirando para otro lado. La pobreza infantil es un grave problema que, si no abordamos de manera inmediata, afectará a prácticamente 1 de cada 3 niños y niñas en la próxima década”, añade.
Más conflictos entre padres e hijos
La encuesta también indica que el 30% de los padres y madres ha vivido situaciones de tensión o conflictos con sus hijos e hijas durante el confinamiento y que el 25% ha perdido los nervios en alguna ocasión, llegando a gritar o insultar al menor.
Save the Children advierte de un posible aumento de la violencia contra la infancia durante el confinamiento y señala que el estado emocional y psicológico de los niños y niñas también se ha visto afectado en la emergencia.
Aproximadamente 1 de cada 6 menores (17%) se siente deprimido todos o casi todos los días. Por su parte, la infancia de hogares vulnerables es la que más miedo tiene al virus, más le cuesta dormir y más llora, lo que se une a una mayor tensión e incertidumbre en sus hogares.
El estudio también muestra que la calidad de la vivienda está condicionada por la situación socioeconómica de las familias. El 6% de los padres y madres encuestados decía que su casa tenía malas o muy malas condiciones para vivir.
Esta cifra es más del doble en el caso de los hogares vulnerables: un 15% de las familias con pocos recursos describía su casa como un espacio con malas o muy malas condiciones para pasar el confinamiento.
La falta de espacio o la poca intimidad, sumado a la inestabilidad económica, hacen que las familias vulnerables experimenten una convivencia más tensa que el resto de hogares. Del mismo modo, la falta de recursos se traduce en una mayor dificultad para llevar una alimentación adecuada o hacer deporte durante el confinamiento.
La investigación de Save the Children también señala que la brecha educativa ha crecido en los últimos meses. Desde que empezó el confinamiento, la infancia en pobreza tiene mayor riesgo de suspender, repetir curso o incluso dejar su educación.
“España ya tiene la tasa de abandono escolar más alta de la Unión Europea y corremos el riesgo de que muchos más niños y niñas se descuelguen por completo de la educación ahora que los centros educativos permanecen cerrados”, apunta Conde.
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