Acepta 4 años de cárcel por intentar orquestar dos homicidios desde el centro penitenciario de Segovia
El acusado, Jonathan de la Fuente, fue condenado en 2019 a 25 años de cárcel por homicidio. Foto: EP

Acepta 4 años de cárcel por intentar orquestar dos homicidios desde el centro penitenciario de Segovia

El de su suegro y el de un amigo de su esposa, a la que asesinó en 2016, crimen por el que estaba en prisión preventiva cuando ocurrieron los hechos
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01/7/2020 12:36
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Actualizado: 01/7/2020 14:27
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Un individuo acusado de intentar orquestar el homicidio de su suegro y de un amigo de su esposa desde el centro penitenciario de Perogordo en Segovia ha reconocido los hechos y ha aceptado una pena de 4 años de prisión por proposición de homicidio.

Se trata de Jonathan de la Fuente Gómez, de Ávila.

Ayer alcanzó un acuerdo de conformidad con la Fiscalía, que posteriormente ratificó ante el tribunal de la Audiencia Provincial (AP) de Segovia, presidido por el magistrado Ignacio Pando, presidente de la AP de Segovia.

Pando comunicó al acusado que será condenado a cuatro años de cárcel.

Además, la pena incluye la prohibición de que se acerque a las víctimas a menos de 1.000 metros y de tener comunicación con ellos durante 14 años con ellos, y que indemnice a cada uno con 1.500 euros.

La Fiscalía pedía inicialmente 5 años de prisión para él.

La acusación particular en un primer momento pidió siete años de prisión.

Los hechos se remontan a los meses de octubre y noviembre de 2016, días después de su ingreso en prisión preventiva tras asesinar el 6 de octubre delante de sus dos hijas a su esposa, M. B. , en el domicilio que ambos compartían, crimen por el que fue condenado a 25 años de cárcel, por homicidio.

En mayo de 2019 la Audiencia Provincial de Ávila lo sentenció a 26 años: 25 por un delito consumado de asesinato con alevosía, concurriendo las agravantes de parentesco y de género, y un año más por un delito de lesiones en el ámbito familiar.

En octubre de ese año, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) estimó parcialmente el recurso de la defensa, y revocó parcialmente la sentencia. Teniendo en cuenta que se produce un «concurso ideal» de ambos delitos, aplicó el artículo 77 del Código Penal, al entender que no puede ser penado el delito de lesiones por separado al de asesinato, y le impuso una pena conjunta de prisión por ambos delitos.

Durante sus primeros días en prisión preventiva coincidió en el módulo de enfermería con otro interno, J. A., con el que estableció un vínculo y a partir de ahí comenzaron a comunicarse mediante cartas manuscritas.

En una de ellas, el condenado propuso a su compañero acabar con la vida de su suegro y de un amigo de su esposa.

La carta acabó en manos del subdirector de Seguridad del centro penitenciario, quien la puso en conocimiento de las autoridades para abrir una investigación judicial de lo sucedido.

En la vista, el condenado ha vuelto a pedir perdón a la familia de la fallecida y ha dicho que cuando la mató estaba en un estado de “enajenación absoluta”.

“No lo vas a tener en la vida”, le contestó la madre de la víctima.

El otro preso relacionado con la causa, J. A., también se sentó ayer en el banquillo acusado de extorsionar a Jonathan de la Fuente con el objetivo de beneficiarse de su tarjeta de peculio y de teléfono.

La Fiscalía ha elevado a definitivas sus conclusiones provisionales en las que solicita tres años de prisión para él.

Jonathan de la Fuente ha declarado que el acusado llegó a solicitarle 4.000 euros para la realización de un supuesto informe psiquiátrico a través de un abogado, M. G. M., que favorecería su defensa en el juicio por asesinato y que «recibía amenazas constantes» ya que tenía en su poder información personal sobre las hijas de Jonathan de la Fuente.

Una de estas notas de amenaza llegó a manos de una terapeutas del centro penitenciario, quien en su testimonio ha ratificado que «se veía que había un chantaje».

También lo ha hecho el preso de apoyo en los primeros días en prisión de Jonathan de la Fuente, quien ha señalado que J. A. intentaba meterle miedo diciendo que «conocía a importantes narcos».

En las pruebas periciales, el perito caligráfico ha corroborado que la escritura de la nota de amenaza efectivamente pertenece al acusado.

La hermana de la mujer asesinada manifestó ayer a los medios de comunicación que la familia considera que el condenado debería estar en la cárcel toda la vida.

No obstante, también ha dicho que ni estando dentro pueden estar tranquilos porque ha planteado matar a su padre.

«Justicia para nosotros no va a haber nunca. De hecho, ya solamente por el delito anterior por el que se le juzgó que fue asesinar a mi hermana delante de sus niñas le impusieron el máximo de condena, pero nunca va a ser suficiente», ha sentenciado.

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