Firmas

Cuándo hay que pelear si la solución es injusta: ¿por qué salir de la zona de confort?

Cuándo hay que pelear si la solución es injusta: ¿por qué salir de la zona de confort?
"Como abogados, se nos presenta en estos momentos la opción entre una postura fácil de conformar en instrucción o conciliar en otros ámbitos y cerrar el tema rápido o jugárnosla", dice Arturo Ortiz Hernández, CEO de AJM Abogados.
16/2/2023 06:48
|
Actualizado: 16/2/2023 01:20
|

Hace unos días tuvimos que asumir la defensa de un cliente que había sido acusado por violencia de género. Los hechos no eran muy claros y existía cierto componente de coacción. Sabíamos que si no fuera por el factor de violencia de género, el asunto no hubiera tenido consecuencia alguna en un juicio por delito leve, hubiera quedado archivado o hubiera sido una pena bastante baja.

No obstante, la legislación está como está, pero en el despacho, informando al cliente, decidimos arriesgar a pesar de la alta probabilidad de que nuestro cliente fuera condenado. El fiscal y las acusaciones solicitaban un año de prisión.

Como abogados, se nos presenta en estos momentos la opción entre una postura fácil de conformar en instrucción o conciliar en otros ámbitos y cerrar el tema rápido o jugárnosla. Sabemos de sobra que, tal y como están las cosas, nadie reprocharía un acuerdo en un caso similar.

No obstante, siempre nos asalta la duda y he de confesar que, durante un par de semanas, siempre piensas si has aconsejado lo mejor al cliente. Los compañeros siempre te aconsejan, concílialo y quítatelo de en medio, pero cuando la situación, a mi entender, es altamente injusta, a mí se me revuelven las tripas el tener que aceptar una solución por no salir de la propia zona de confort.

Uno no sabe qué hacer o por dónde tirar y esto te acaba generando desvelos. Es más fácil conformar y cobrar que asumir el riesgo de perder el procedimiento. Ya sabemos que los pleitos los gana el abogado y los pierden los clientes, pero ellos toman decisiones en función de la información que nosotros suministramos, de nuestra experiencia.

Es cierto que a veces, por mucho que hayamos dicho, si el resultado no les ha gustado, nos reprocharán por no haber llegado a un acuerdo. También está el factor del juez que tengas delante, que, aunque aplican la ley, a veces la interpretan de manera distinta o los hechos no los perciben como nosotros en virtud de la prueba que se presenta. Un litigio es un proceso incierto en el que hay que asumir riesgos, pero a veces los riesgos pueden ser desproporcionados.

Por ello, a la hora de asumir un procedimiento, es necesario conocer la materia en la que nos movemos y los antecedentes y explicarlo bien al cliente.

Mi experiencia es que en la mayoría de los asuntos en los que nos parecía injusto llegar a un acuerdo y hemos arriesgado, explicando bien en sala la cuestión, la solución ha sido satisfactoria. Como el ejemplo que exponía en el primer párrafo, informamos al cliente de que veíamos posibilidades de defensa y no conformamos en instrucción. Antes del juicio, en la conversación que mantuvimos con el fiscal, igualmente no aceptamos la posible conformidad. 

El asunto salió como esperábamos que saliera y el cliente quedo absuelto, pero hasta que no llega la sentencia, no respiras tranquilo.

Estas situaciones son  trasladables a otros ámbitos, como en la jurisdicción social en los que la presión por llegar a un acuerdo, tanto por Letrados de la Administración de Justicia como de Magistrados, es alta y también informan al cliente, llegado al caso delante del abogado, de la conveniencia de llegar a acuerdos, les llamo «coacciliaciones».

La presión que sufrimos los letrados es alta y confusa. Cuando fiscal, letrados y jueces empiezan a intentar convencerte de la conveniencia de llegar a un acuerdo y también la que sufre de forma directa el cliente

Llegados a esta situación hay que valorar bien qué se gana y qué se pierde, asumiendo los riesgos que haya que asumir. Pero pienso que la valentía, una mente abierta y un buen estudio previo marcan la diferencia de un buen abogado.

Y si piensas que la solución legal a la que se llegaría fuera injusta, pelearla a muerte, como me gusta decir a veces, como el general Custer, hasta el último aliento y la última persona. La jurisprudencia cambia porque hay letrados que no se conforman con las situaciones que se generan en el día a día del juzgado. Y si ves alguna posibilidad, informa al cliente y peléala hasta el final.

Otras Columnas por Arturo Ortiz Hernández:
Últimas Firmas
  • Opinión | ¿Qué ocurriría si el presidente, Pedro Sánchez, anuncia su dimisión el lunes?
    Opinión | ¿Qué ocurriría si el presidente, Pedro Sánchez, anuncia su dimisión el lunes?
  • Opinión | Sostenibilidad: un suma y sigue para las empresas
    Opinión | Sostenibilidad: un suma y sigue para las empresas
  • Opinión | Mocro Maffia y micro justicia
    Opinión | Mocro Maffia y micro justicia
  • Opinión | CDL: El pleito de M&A más complejo y largo de la Historia: La compra de Autonomy por Hewlett-Packard (V)
    Opinión | CDL: El pleito de M&A más complejo y largo de la Historia: La compra de Autonomy por Hewlett-Packard (V)
  • Opinión | Entidades especializadas en las ejecuciones civiles: la eficiencia de exportar un modelo de éxito
    Opinión | Entidades especializadas en las ejecuciones civiles: la eficiencia de exportar un modelo de éxito