Enseñanzas prácticas de la abogada Annalise Keating en «Cómo defender a un asesino»
Viola Davis interpreta a la abogada penalista Annalise Keating en la serie "Cómo defender a un asesino".

Enseñanzas prácticas de la abogada Annalise Keating en «Cómo defender a un asesino»

En España la serie de televisión que protagoniza Viola Davis como la abogada penalista y profesora universitaria Annalise Keating ha sido traducida de esta manera: «Cómo defender a un asesino”.

Su título en inglés es más crudo, menos elegante: «How to get away with murder». Traducido literalmente sería «Cómo salir impune de un asesinato».

Y es una vuelta de tuerca a la temática. Porque se defiende también a los malos y les ayuda, valiéndose de todos los recursos legales y personales, a evadir la acción de la justicia.

La frontera entre el bien el mal, en esta serie de abogados, es más que difusa.

No existe.

Sus personajes son buenos y malos. Y la libertad sexual es discreta, pero completa.

A diferencia de “The Good Wife” (“La buena esposa”) que trata de lo que ocurre en un gran bufete de abogados de Chicago, o de “Suits” (“Trajes”)otro gran bufete, éste de Nueva York-, el despacho de “Cómo defender a un asesino” es de los pequeñitos.

Una “boutique” de penal, podría decirse sin temor a errar.

Para ella trabajan dos letrados, Frank Delfino (Charlie Weber) y Bonnie Winterbottom (Liza Weil). El despacho lo tiene en su propia casa.

Keating se sirve, para sus casos, de la ayuda de cinco de los estudiantes más prometedores y brillantes de su clase.

Los cinco elegidos son Wes Gibbins(Alfred Enoch), un joven mulato que entró en la Facultad de Derecho por los pelos, Michaela Pratt(Aja Naomi King), una pija de color muy competente que tiene muy claro lo que quiere en la vida, Connor Walsh (Jack Falahee), un rompecorazones gay acostumbrado a conseguir todo lo que se propone, Laurel Castillo (Karla Souza), una hispana de familia acomodada a la que es fácil subestimar, y Asher Millstone (Matt McGorry), hijo de un magistrado del Tribunal Supremo estadounidense que se quiere comer el mundo y llegar a lo más alto del mundo del derecho.

La exitosa letrada, además, está casada con un profesor universitario blanco, Sam Keating (Tom Verica), y tiene un “affaire” con un investigador de la policía de Filadelfia, Nate (Billy Brown).

CLASES CONDENSADAS

Muchos de los capítulos de la primera arrancan con la letrada Keating dando una clase.

Son pequeñas escenas, clases condensadas en segundos, como esta:

– ¿Puede decirme en qué consiste la Quinta Enmienda? –le pregunta a una alumna.

– ¿La Quinta Enmienda? ¿Es el derecho que cada ciudadano tiene a no declarar contra sí mismo?

– ¿Me lo está preguntando?

– No, es mi respuesta.

– Es correcta. Cuando la gente habla con la policía creen que pueden ayudar a clarificar el caso. Están equivocados.

Cualquier cosa que digan a la Policía puede ser y será malinterpretado.

O esta otra:

Los peritos son el sucio secretillo de nuestro sistema de justicia. Lo que la mayor parte de la gente no sabe es que es legal pagar a los peritos por su testimonio. Si desembolsas suficiente dinero puedes hacerles que digan casi cualquier cosa. ¿Cómo se puede combatir esta corrupción en el mundo de los peritos?

– (Un alumno levanta el brazo) Cuestionas la credibilidad del perito, preferiblemente recordando cualquier evidencia incompleta que presentara en un caso pasado. Arrojas la sombra de la duda sobre él.

– Siguiente paso: contraatacar. Encontrar un experto que supere al otro experto con sus conclusiones -explica Keating a sus alumnos.

Para ella, «en la sala de juicios no está la verdad. Esta tu versión de lo que ocurrió frente a la suya. Así es como funciona el sistema de justicia. No es lo que está bien o lo que es justo, es quien cuenta la historia más convincente».

La estructura de la serie corre sobre dos tramas.

La primera, central, un homicidio que afecta de forma muy directa a una persona muy cercana a la propia Keating y que se desarrolla a lo largo de los 14 capítulos de la primera temporada.

La segunda es un caso concreto por capítulo que tiene su planteamiento, nudo y desenlace en cada entrega.

Todo aderezado con mucho “sexo, droga y rock and roll”, que diría un castizo. Es decir, la vida misma.

La serie –creada por Pete Nowalk– está producida por Shonda Rhimes, creadora de “Anatomía de Grey”, “Sin cita previa” y “Scandal”; una de las estrellas rutilantes y más influyentes del firmamento televisivo estadounidense.

La “marca de la casa” de Rhimes se puede sentir en “Cómo defender a un asesino”, una serie rápida, llena de tensión e intensidad.

Es de esas que se ven de un tirón un fin de semana en casa sin poder despegar los ojos de la pantalla. El último capítulo de la primera temporada te deja sin respiración.

No en vano está recibiendo todos los premios habidos y por haber.

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