Hallan ahorcada en la cárcel a Rosario Porto, madre de Asunta Basterra
Rosario Porto y su marido, Alfonso Basterra, fueron condenados a 18 años de cárcel por el asesinato de su hija adoptiva.

Hallan ahorcada en la cárcel a Rosario Porto, madre de Asunta Basterra

Ya había intentado quitarse la vida en otras ocasiones
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18/11/2020 10:57
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Actualizado: 18/11/2020 17:45
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Funcionarios de la cárcel de Brieva (Ávila) han encontrado esta mañana muerta en su celda a Rosario Porto, condenada a 18 años de prisión por el asesinato de su hija adoptiva, Asunta Basterra, de 12 años.

Según han informado fuentes penitenciarias, en el recuento de la mañana los funcionarios han echado en falta a la reclusa y cuando han acudido a su celda la han encontrado ahorcada.

Estaba colgada de un cinturón de tela atado a la ventana.

Tras el hallazgo, han avisado al 112 y los servicios de emergencia le han practicado maniobras de reanimación, pero solo han podido certificar su muerte.

En noviembre de 2015, la Audiencia Provincial de La Coruña, con sede en Santiago, sentenció a Rosario Porto, abogada, y su marido, Alfonso Basterra, a 18 años de prisión por el asesinato de la pequeña, cuyo cadáver fue encontrado el 22 de septiembre de 2013 en una cuneta del municipio coruñés de Teo, próximo a Santiago de Compostela.

En febrero de 2018, el Tribunal Supremo confirmó la condena.

La pequeña Asunta Basterra (en el centro).

Porto ya había intentado quitarse la vida en otras ocasiones durante los siete años que ha cumplido de prisión.

Había pasado por tres centros penitenciarios, el de A Lama (Pontevedra), Teixeiro (La Coruña) y Brieva (Ávila).

El 12 de noviembre de 2018 se enroscó un cordón alrededor del cuello estando en la ducha y alertó a voces a su compañera de celda de lo que estaba haciendo. Los funcionarios acudieron de inmediato.

Aunque no quedó acreditado que quisiera acabar con su vida, a partir de entonces se intensificó el protocolo de prevención de suicidios y se le asignó a otra interna de confianza.

Previamente también había tratado de autolesionarse, y el 24 de febrero de 2017 fue ingresada en el hospital tras ingerir un medicamento que tomaba habitualmente por prescripción médica.

Por ello, en los distintos centros penitenciarios por los que ha pasado se le han aplicado protocolos antisuicidio en diversas ocasiones.

En diciembre de 2019, el abogado de Rosario Porto, José Luís Gutiérrez Aranguren, aseguró que su cliente permanecía en la enfermería de la prisión de A Lama, en Pontevedra, con «una depresión profunda».

Explicó que llevaba «arrastrando» esa «depresión» desde «hace muchos años».

ASFIXIA POR SOFOCACIÓN

El jurado popular consideró probado, por unanimidad, que tanto Alfonso Basterra como Rosario Porto suministraron de común acuerdo y repetidamente a la pequeña, durante al menos tres meses antes de su muerte, un medicamento que contenía lorazepam y que el padre fue el encargado de comprar este fármaco, al menos en tres ocasiones entre julio y septiembre.

Del mismo modo, apoyaron el hecho de que ambos, «puestos de común acuerdo para acabar con la vida de su hija», le suministraron una cantidad tóxica de este medicamento el 21 de septiembre de 2013 en el transcurso de una comida familiar y que, después de las 18.15 horas, Asunta fue hasta la vivienda de Montouto (Teo) en compañía tanto de Rosario Porto como de Alfonso Basterra.

También consideró probado que los acusados «asfixiaron» a su hija en la vivienda de Montouto en un periodo comprendido entre las 18.33 y las 20.00 horas del 21 de septiembre, aplicándole compresión sobre la boca y la nariz.

Asimismo, determinó que fue atada de brazos y piernas en un momento próximo a la muerte con cuerdas plásticas y que, cuando falleció, la víctima «no pudo defenderse» porque estaba bajo los efectos del lorazepam.

Asunta Basterra falleció entre las 16.00 y las 20.00 horas del 21 de septiembre de 2013 por asfixia, según se desprendió de la autopsia, que determinó también que no había sido agredida sexualmente.

Dos hombres encontraron su cadáver pasadas las 1.00 horas del día 22.

Los análisis toxicológicos permitieron determinar que Asunta había sido sedada de forma continuada con dos benzodiacepinas en los tres o cuatro meses anteriores a su muerte, en los que registró varios episodios en los que acudió a clase con síntomas de somnolencia.

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