Analiza para Confilegal el anteproyecto de Ley para combatir el desperdicio de alimentos en España. Foto: Bureau Veritas.
Adrián Martínez (Bureau Veritas): «Combatir el desperdicio alimentario está en la cúspide de la sostenibilidad en la cadena alimentaria»
Adrián Martínez Bazaga es Food Market Leader España y Portugal de Bureau Veritas
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14/2/2022 06:48
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Actualizado: 14/2/2022 14:38
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«Combatir el desperdicio alimentario está en la cúspide de la sostenibilidad en la cadena alimentaria», así lo afirma Adrián Martínez Bazaga, Food Market Leader España y Portugal de Bureau Veritas.
Este experto participó recientemente en el foro Confilegal ‘Los retos frente a la reducción del desperdicio alimentario’, que se celebró Madrid con la participación de Sivarious como ‘media partner’.
Ante la futura ley para combatir el desperdicio de alimentos en España, que según las previsiones del Ministerio de Agricultura podría ser aprobada definitivamente este año y entrar en vigor en 2023, señala que «es una herramienta que va a beneficiar tanto a la cadena alimentaria como al consumidor y a la sociedad en general, frente a una situación en la que no había ningún tipo de regulación al respecto».
«¿Qué echamos en falta? a priori nada, esta bien contemplado, cubre toda la cadena alimentaria y cubre los diferentes aspectos. Por ejemplo, la jerarquía de prioridades, qué hacer con el desperdicio que se genera».
Eso sí, reconoce, «siempre hay aspectos que mejorar y por eso estamos ahora en fase de anteproyecto para que los diferentes agentes de la cadena aporten sus comentarios. Animamos a que el Ministerio tenga en cuenta esos elementos de mejora que apuntan las asociaciones sectoriales porque ayudarán a tener un mejor consenso».
Sostiene que los profesionales del sector son receptivos a lo que plantea la futura ley, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, que pasan por reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita en el mundo, tanto en la venta al por menor y entre los consumidores, como en la cadena de producción y suministro.
«Es una ola, casi un tsunami que viene desde hace tiempo», afirma, y que «forma parte del pacto verde europeo que abarca otros muchos sectores y que también va a tener la ayuda, a ver de qué manera se concreta, de los Fondos Next Generation».
«Teniendo en cuenta todo esto al final el sector lo está y lo irá aceptando de buen agrado porque yo creo que es una mejora clara, ser cada vez más sostenibles: combatir el desperdicio alimentario está en la cúspide de la sostenibilidad en la cadena alimentaria», añade.
Esto tiene un efecto directo en la lucha contra el cambio climático, ya que según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), la pérdida y el desperdicio de alimentos son el origen del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Lo que significa, explica Martínez, que hay «un gasto de energía y recursos para producir alimentos, desde la producción primaria hasta que llega al estante de la tienda o al plato, que acaban en la basura».
«Eso un gasto energético y de recursos que incluye la huella hídrica y la huella de carbono, cuyo resultado es negativo porque va a la basura. Es un gran impacto medioambiental», agrega.
En este contexto, explica, desde Bureau Veritas «como entidad de evaluación, ya llevamos tiempo en diferentes campos de la cadena alimentaria trabajando diferentes esquemas de certificación que están muy alineados con la producción sostenible de alimentos».
«Por ejemplo, hace aproximadamente doce años empezamos a trabajar en esquemas de certificación de pesca sostenible, generados por diferentes organismos externos de normativa internacional, que lo que requieren es que haya un proceso de certificación para controlar los requisitos de buenas prácticas y la trazabilidad del producto».
«Hemos creado un estándar de certificación para minimizar el desperdicio alimentario»
Además, indica, «hemos creado un estándar de certificación para minimizar el desperdicio alimentario, estuvimos trabajando cerca de dos años y lo lanzamos en enero de 2021. Un compromiso por nuestra parte para que sea una herramienta útil para las organizaciones que quieran gestionar de una forma completa y eficaz la minimización del desperdicio alimentario».
En este sentido, indica que «frente a un esquema de certificación, propio o internacional, la forma de evaluarlo es realizar una auditoría a una comañía dentro de la cadena alimentaria. Por ejemplo, una industria alimentaria, gran superficie de distribución o un grupo de restauración, y se hace esa auditoría para un alcance concreto, es decir, el emplazamiento».
Así, detalla que en el caso de una industria que, por ejemplo, tiene diez fábricas y quiere empezar con este sistema de gestión de desperdicio alimentario en una de ellas a modo piloto, «lo que hacemos es que una vez la fábrica lo tiene todo listo y lo ha implementado, nosotros realizamos una auditoría. También exigimos un mínimo de puesta en marcha y con ello si el resultado es satisfactorio se concede la certificación y la certificación para un alcance concreto, es decir, para esa fábrica».
«Si un año más tarde se quieren incorporar las nueve restantes se tendrán que evaluar esas y la que ya paso el control, porque una ve que se certifica se evalúa anualmente».
Martínez valora positivamente el anteproyecto que está en marcha, «cuanto más pronto el país de turno, en este caso España, desarrolle una legislación al respecto más pronto se va a poder actuar«, concluye.
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