Firmas
Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila firmó el libro del Supremo para mayor gloria de Carlos Lesmes
Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, vizconde de Ayala, marqués de la Floresta y duque de Ostuni, del desaparecido Reino de las Dos Sicilias, en Italia, junto al libro en que ensalza al presidente en funciones del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, por el que se han querellado las coautoras, María Luisa Román y Matilde Chamorro, contra el vizconde por un supuesto delito de plagio.
30/5/2022 06:48
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Actualizado: 30/5/2022 08:22
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El Tribunal Supremo y el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaron en julio de 2008 un libro titulado «El Tribunal Supremo del Reino de España», en los últimos meses del mandato del entonces presidente Francisco José Hernando Santiago. Un libro que yo edité y maqueté y del que fui el enlace, como representante del Tribunal Supremo, con el BOE durante su producción.
Fue un favor que me pidió en entonces jefe del Gabinete del Tribunal Supremo, Fernando Román, hoy magistrado de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Alto Tribunal, al que siempre denominaba como la «cúspide de la Justicia».
En aquel tiempo yo era asesor de Imagen de la Justicia del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y colaboraba estrechamente con Román.
No en vano, desde 2005 habíamos organizado la celebración del 25 Aniversario del órgano de Gobierno de los jueces y las semanas de puertas abiertas que, desde entonces, se fueron celebrando. Y que hoy se han convertido en un clásico.
En la primavera de ese año Fernando Román me llamó a su despacho porque tenía un importante problema al que debía encontrar una solución.
El jefe de Gabinete del Supremo, que reportaba directamente al presidente Hernando, me contó que su amigo, Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila –vizconde de Ayala, marqués de la Floresta y duque de Ostuni, del desaparecido Reino de las Dos Sicilias, en Italia (sus títulos los conocí después)–, le había dejado colgado con el libro “El Tribunal Supremo del Reino de España”.
El susodicho Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila se había comprometido a editarlo, maquetarlo y diseñarlo.
A hacer el “pack” completo.
Román me pidió el favor de sacarlo adelante. No podía ordenármelo porque no era mi jefe. Pero nuestras relaciones eran inmejorables y el entonces portavoz del CGPJ, Enrique López, no lo vio mal.
Asumí la responsabilidad.
MARÍA LUISA ROMÁN Y MATILDE CHAMORRO FUERON LAS AUTORAS
Dos años y medio atrás, el entonces jefe de Gabinete del Tribunal Supremo había encargado la redacción del material que debía formar parte del libro final a María Luisa Román y a Matilde Chamorro.
Un trabajo que habían realizado y que estaba contenido en unos CDs que me fueron entregados y sobre los que conversé con ellas mientras maquetaba en el QuarkXpress toda la obra, tanto de texto como de fotos.
Corría muchísima prisa.
Como este CGPJ actual, aquel Consejo estaba fuera de su tiempo. Concretamente un año y medio (se renovó finalmente en septiembre de 2008). Había que publicarlo sí o sí.
Edité y maqueté todos los contenidos. Durante aquellas dos semanas hubo días en los que no dormí para cumplir con las fechas de entrega con el BOE, siempre muy exigentes con la calidad de los materiales.
Huelga decir que durante aquel tiempo no tuve ninguna relación con el susodicho Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, quien figura en ese libro como “director técnico”.
“Director técnico”, ¿de qué?, me he preguntado siempre. Porque de este libro no lo fue, que yo recuerde. Un director técnico está sobre la obra desde el principio hasta el final. Lo condiciona todo. Tiene la decisión final.
Allí no estuvo.
Ni apareció.
Sí tuve muy claro que los textos eran de María Luisa Román y de Matilde Chamorro. La primera era licenciada en Historia Moderna y Contemporánea, diplomada en Derecho, y Máster de Documentación Jurídica; gran experta en archivos históricos del Supremo. Y la segunda era licenciada en Derecho y miembro del cuerpo de archiveros del Tribunal Supremo.
Juntas sumaban casi 60 años de servicio a la Justicia y unos conocimientos sobre la historia del Alto Tribunal que dudo que alguien pueda igualarlos. Siempre les tuve mucho respeto por ello.
Las dos están ya jubiladas hoy en día.
María Luisa Román escribió 8 de los 9 capítulos de los que consta este libro de 2008, que fue presentado en sociedad el 15 de julio de 2008 en el Salón de Pasos Perdidos de la antigua Audiencia Territorial, en el actual edificio del Tribunal Supremo.
Matilde Chamorro se encargó de las biografías breves de los presidentes del Tribunal Supremo y de la relación alfabética de los magistrados del Tribunal Supremo desde 1812.
En aquella presentación pública, el presidente Hernando afirmó que la obra sería “referencia” para el “estudio de la alta justicia en España”.
El mencionado Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila aparecía como “Director Técnico”, que no como coautor. Ni yo le pregunté a Román por qué mantuvo al vizconde ni él tuvo ninguna intención de explicármelo. Entendí que eran «sus cosas». No tocaba. Ni me correspondía.
Los coautores fueron, y así figuran a día de hoy, Matilde Chamorro Fernández, María Luisa Román Vázquez, Carlos Escudero de Burón y González, Félix Javier Martínez Llorente, Antonio Sánchez de León y Cotoner y Fernando Román García.
Yo aparecía como «Editor gráfico», fue el título que elegí. No acepté –porque Román me lo ofreció– figurar como «autor».
No me pareció honrado, entonces. Ni me lo parece hoy tampoco.
Dentro del volumen, de forma específica, aparecían el presidente Hernando, con un prólogo, Escudero Burón de Parma con un proemio, Román, con una presentación, y Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila con una “introducción”.
NOTICIAS SOBRE EL NUEVO LIBRO DEL TRIBUNAL SUPREMO
En enero de 2021, ya regresado al ejercicio del periodismo activo, como director de Confilegal, María Luisa Román, con quien seguía manteniendo relación –escribía columnas para mi medio sobre esta temática–, me telefoneó muy indignada.
–¿Has visto el nuevo libro sobre el Tribunal Supremo que se ha publicado?”, me preguntó.
No tenía ni idea de lo que me estaba hablando.
Resulta que se había pasado por la librería que el BOE tiene en la calle Trafalgar, de Madrid, para comprar uno de aquellos ejemplares de los que fue coautora, y se encontró con que habían sacado otro nuevo.
Las portadas de ambos volúmenes son muy parecidos. El primero lo diseñé yo. El segundo es una versión del primero. Ambas son en negro, con el escudo del Tribunal Supremo que aparece en las escaleras de entrada del Alto Tribunal.
Recuerdo muy bien el trabajo que me llevó extraer ese haz de fasces para trasladarlo a la versión final y mi conversación con Fernando Román sobre la conveniencia de hacer una portada en blanco en vez de la negra. Y de la decisión de Román de que finalmente fuera negra.
La diferencia del segundo libro, el de 2017, con respecto al anterior, es que en este nuevo aparecen en portada los nombres de los “coautores: Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Vizconde de Ayala y Félix Martínez Llorente.
Y al título de “El Tribunal Supremo del Reino de España” le añadieron el subtítulo “Estudio histórico e institucional”.
En esta nueva versión de este libro, porque es una nueva versión no un libro nuevo, aparecen publicados los 8 capítulos que escribió María Luisa Román.
Y 2 de los 5 apéndices del primer libro, del que fue autora Matilde Chamorro.
Ninguna de las dos aparecen como coautoras en la versión de 2017, pero hay 153 páginas íntegras idénticas en los dos volúmenes.
A ninguna de las dos Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila jamás le pidió permiso para disponer de sus textos. Confirmado por ambas partes.
Tampoco el Tribunal Supremo ni el Boletín Oficial del Estado. También confirmado.
¿EL LEGADO DE LESMES?
Analizando el tiempo de su publicación uno tiene la impresión de que se lleva a cabo por un objetivo muy concreto: para mayor gloria del presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, muy amigo de Fernando Román.
Para subrayar su “legado”. ¿Puro peloteo a Lesmes?
Tiene toda la pinta. Porque el nuevo libro es un lavado de cara del anterior.
Con el nuevo libro gana Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, que aparece en la portada del libro y se “encumbra” como el “gran experto” en el Tribunal Supremo, cuando María Luisa Román ha publicado en el propio Supremo las Crónicas Anuales –seis tomos–que cubren casi la totalidad del siglo XIX.
Gana Lesmes, porque tiene un libro para la posteridad en cuya primera parte realza su mandato, extendido tres años y medio a día de hoy. Un mandato contestado y muy criticado. Ciertamente no se le recordará para bien en el futuro.
Y hace un guiño público al Jefe del Estado.
¿Por qué? Apenas un año antes, en 2016, los periodistas Daniel Forcada y Alberto Lardiés, publicaron el libro “La Corte de Felipe VI”.
En dicha obra reprodujeron unas declaraciones de José Luis Sampedro, “señor divisero hijodalgo del antiguo e ilustre Solar de Tejada, numerario de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, y autor de ‘Las joyas de la Familia Real de España’ (Planeta) y ‘Dinastías de traición’ (La Esfera), entre otras obras”, que denunció el agravio al honor de la Reina doña Letizia, según publicó El Confidencial con el título “El marqués de la Floresta recula y ahora dice que no insultó a la Reina”.
Este es el párrafo de marras que refiere Sampedro, que “evidenciaba que el antaño afectuoso Alfonso de Ceballos habíase tornado descortés en grado sumo: ‘Después de haberla defendido en varios pleitos tuve un enganchón con ella hace dos años en un acto público. Me la presentaron en una cosa de la Marina y estuvo muy amable, hasta que alguien le dijo que yo era marqués. Le cambió el gesto. Se dio media vuelta y se fue. Simplemente porque le dijeron que yo era marqués. A mí realmente me importa un bledo lo que piense de los marqueses. Tonta es ella si juzga a la gente por el título. Ahora bien, lo que me molesta mucho, porque es una falta de profesionalidad, es que se le note (…). En mi vida le vuelvo a dar el ‘majestad’ ni el ‘señora’ ni nada’”.
Tenía razones para querer mandar un mensaje conciliatorio al Rey y a la Reina. Es evidente. ¿Y qué mejor medio que este libro? Como suelo decir, esto lo ve hasta Miguel Durán. Él, quizá, con más claridad.
Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila lleva muy a gala su origen “noble” y aristocrático, con lo que eso conlleva.
Quizá haya sido ese sentimiento de superioridad sobre el resto de los mortales lo que le llevó a dar el paso de utilizar unos textos que, al menos, a mí, María Luisa y Matilde, me entregaron como autoras.
Como se suele decir, blanco y en botella. Es mi opinión.
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