Rafael Mozo seguirá siendo presidente interino del CGPJ después de que el Supremo rechazara la anulación que pedía Olea
Imagen histórica. 13 de octubre, pleno extraordinario en el que se elige a Rafael Mozo, en la cabecera de la mesa, junto a los dos disidentes, José Luis de Benito, secretario general, el primero por la derecha, y Wenceslao Olea, el segundo, a continuación, quienes han tratado que el Supremo anulara el nombramiento. Foto: CGPJ.

Rafael Mozo seguirá siendo presidente interino del CGPJ después de que el Supremo rechazara la anulación que pedía Olea

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19/10/2022 06:49
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Actualizado: 21/10/2022 02:03
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El gozo en el pozo de Wenceslao Olea y de su amigo, José Luis de Benito, secretario general del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Sus colegas de Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo de Olea, los magistrados Eduardo Espín, Octavio Juan Herrero, José Antonio Montero, Celsa Pico y Juan María Bandrés, que componen en este caso el tribunal de la Sección Sexta, han concluido que nientes.

Ni el recurso interpuesto por el vocal-magistrado Olea, ni el del secretario judicial, José Luis de Benito, contra la decisión del Pleno del CGPJ de reconocer a Rafael Mozo como presidente interino, presentan base suficiente para conceder la medida cautelarísima que solicitaban: la suspensión del nombramiento de Mozo.

Todo un varapalo para la pareja, hombres de confianza de Carlos Lesmes Serrano.

La Sala no se ha dejado arrastrar hacia un conflicto que hubiera devenido en la imposición del «elegido» del expresidente, el presidente de la Sala de lo Civil, Francisco Marín Castán, como nuevo presidente interino de ambas casas, el Supremo y el CGPJ. Por de pronto solo lo es del Supremo.

Lo que no quiere decir que la Sección Sexta haya dado carpetazo al recurso. La cosa sigue adelante con la tramitación de la petición de suspensión como medida cautelar para decidir si después la rechaza o la acepta, sin entrar a valorar el fondo de ambos recursos. Es decir, han dado tiempo al asunto. Puede, incluso, que cuando lo aborden ya haya un nuevo Consejo elegido.

EL ATADO Y BIEN ATADO DE LESMES DURÓ POCO

«El atado y bien atado» previsto por Lesmes Serrano antes de presentar su dimisión, el pasado 9 de octubre, ha devenido en un completo «desatado». El expresidente trató de designar a su sucesor, como se dice en lenguaje jurídico, preconstituyendo la prueba, tomando una serie de medidas que después «demuestren» que eso era como él decía.

En este caso, encargó, como presidente del Consejo y del Supremo, al Gabinete Técnico un informe que dijera que Marín Castán –vicepresidente en funciones tras la jubilación de Ángel Juanes– asumiría las dos presidencias en funciones. Un informe que sometió a votación de la Sala de Gobierno –sin tener potestad para abordar este tipo de asuntos– y que aprobó.

El problema ha surgido cuando 16 de los 18 vocales, después de desaparecido, votaron a favor de Mozo, dejando de lado dicho informe. La votación fue de 16 a 1, con Olea como voto disidente y con Mar Cabrejas, vocal progresista y leal a Lesmes Serrano, optó por abandonar la votación antres de se ceebrara.

Ese Pleno del CGPJ, celebrado el pasado 13 de octubre, consideró que Marín Castán carecía de legitimidad para asumir ambas presidencias porque él mismo, en la Vicepresidencia del Supremo, era sustituto desde 2019.

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