Máxima ilusión y sospechas mutuas, principales condimentos del día electoral del ICAM
Un abogado colegiado del ICAM se registra para votar en las elecciones de la próxima Junta de Gobierno. Foto: Virgilio González/Confilegal.

Máxima ilusión y sospechas mutuas, principales condimentos del día electoral del ICAM

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20/12/2022 16:38
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Actualizado: 20/12/2022 19:09
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El Hotel Novotel Madrid Center es el escenario de los comicios para elegir la próxima Junta de Gobierno del Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), el clímax de una campaña con numerosas sorpresas y contrastes.

Después de varios comentarios de los candidatos en debates y a través de sus propias plataformas sobre la baja participación en las elecciones anteriores, los aspirantes al decanato entrevistados han visto con buenos ojos la cantidad de colegiados que han asistido, aunque algunos de sus representantes han denunciado acciones que han calificado como «mala praxis».

La candidata Beatriz Saura destacó el «ambiente festivo» de la ocasión y «el buen ‘feedback’ de la gente» que apoya su candidatura, que define como «la representante clarísima para ganarle al continuismo», un punto recurrente de su mensaje.

Su rival Juango Ospina llamó la atención a «las sonrisas y ganas de cambio» que notaba en las urnas. «Tenemos oportunidad de ganar, pero tenemos que apretar hasta el final porque no sabremos nada hasta que se decida», dice. Un sentimiento de prudencia compartido por todas las campañas

El arranque fue envidiable. Según fuentes del ICAM, 1.727 colegiados habían votado a las 13:00, con 1.516 abogados ejercientes y 211 no ejercientes. Un aumento del 17,5% respecto a la participación observada en el año 2017, cuando fue elegido José María Alonso como decano.

Sin embargo, las cifras son menos favorecedoras dos horas antes del cierre de las urnas, con un total de 4.271 votantes registrados, de los cuales 3.752 son abogados ejercientes y 519, no ejercientes. Según estos cálculos, la participación ha disminuido en 4,4% en comparación a la misma hora en las elecciones del 2017.

Ángeles Chinarro, aspirante a decana, había señalado que varios votantes se desplazarían más tarde, ya que «la actividad en los juzgados no se paraliza por una elección». También expresó su esperanza de que la próxima Junta de Gobierno fuera más representativa, aunque podía ser que «ganara con la misma cantidad de votos que la anterior», a pesar de la mayor participación.

«El sector del anterior decano está dividido en tres», dijo, haciendo referencia a los candidatos que habían formado parte de la Junta de Gobierno de Alonso.

De manera parecida, el candidato Eugenio Ribón hizo notar alrededor del mediodía la «percepción de una afluencia mayor de votantes que en las últimas elecciones», aunque también señaló «la incertidumbre» que generaba la posibilidad de una mayor fragmentación del voto.

En cuanto a las personas que se acercaban a saludarlos, ninguno de los candidatos podía ocultar su sonrisa. Se repetían las expresiones «positivo», «optimismo» y, aunque con un poco más de reserva que en otras ocasiones, «vamos a ganar». O, en algunos casos, «podemos ganar».

Una colegiada revisa las papeletas de las candidaturas. Foto: Virgilio González/Confilegal.

«Mala praxis»

Pero mientras los candidatos sonreían y saludaban, sus equipos se movían por el salón como abejas, inspeccionando con cuidado las mesas donde los colegiados recogían las papeletas con las que debían emitir su voto.

Una organizadora del equipo de uno de los candidatos admitió que tenían la tarea de examinar con frecuencia si las papeletas que correspondían a su plataformas eran suficientes y estaban visibles en cada una de las mesas.

«Estamos viendo que hay gente que está poniendo las papeletas de sus candidatos encima de las nuestras para que no se vean», afirmó, mientras miraba con cuidado los folios expuestos. Una compañera de su equipo, candidata a diputada, rio mientras decía que algunas campañas estaban incurriendo en «mala praxis» a plena vista.

Otra profesional que también trabajaba con una de las candidaturas dijo que había visto cómo una colega de otra plataforma estaba colocando las papeletas que correspondían a su equipo en los lugares que, calculaba, estarían más visibles, mientras que apartaba las demás hacia las esquinas.

Cola para emitir el voto. Foto: Virgilio González/Confilegal.

Conformidad y quejas entre los votantes

Más allá de estos conflictos internos, los esfuerzos del Colegio por elevar la participación han sido más apreciados por algunos colegiados que por otros.

«El voto por correo ha sido un desastre, tenía que haber sido electrónico», declara Carmen Pacheco Ramos, colegiada del ICAM, si bien destaca que el voto presencial es entendía «perfectamente». No pudo decir lo mismo de la campaña: «es feo que las candidaturas se hayan dedicado a criticarse entre sí».

Un abogado que prefirió no compartir su nombre indicó que el procedimiento de votación sigue siendo «tradicional» antes de matizar diciendo que «no ha evolucionado en años, como han dicho algunos candidatos», aunque también dijo no haber prestado demasiada atención durante la campaña. «Para los que no estamos acostumbrados a las peleas del ICAM, es un poco aburrido», dijo.

Entre los colegiados que fueron a votar se presentó el comisario José Manuel Villarejo. «Como estoy jubilado, solo soy un humilde miembro del ICAM», dijo, destacando que en su «situación atípica», no se ha sentido «desprotegido» por el Colegio, si bien entiende «las presiones» que mantuvieron a sus miembros «al margen» de sus casos judiciales.

El comisario jubilado José Manuel Villarejo emite su voto. Foto: Virgilio González/Confilegal.

En este sentido, dijo que el próximo decano debía dedicar un mayor esfuerzo a ayudar a los abogados de defensa que se encontraran con irregularidades, haciendo referencia a su propio proceso y unos documentos que supuestamente seguían archivados mientras que su defensa debía haber recibido una copia. «Nada más evidente para tapar un delito que la ley de secretos», declaró.

En cuanto a las elecciones de hoy, el excomisario confiesa su preferencia. «No puedo ocultar mi simpatía por el candidato Miguel Durán«, dijo, insistiendo en que su voto seguía siendo secreto. «Además de mi abogado, fue el único que me visitó en la cárcel, corriendo el riesgo de meterse en problemas y que lo investigaran».

Una abogada más joven, público objetivo de gran parte de la comunicación de todas las campañas, no tiene una inclinación tan clara. «Para todo lo que prometen a la abogacía joven, yo solo confío en que el que gane cumpla con nosotros», dijo.

Es la primera elección en la que vota, una situación que ha encontrado más complicada que algunos compañeros más veteranos. «La votación está bien organizada, pero las instrucciones por parte del Colegio no han sido demasiado claras», dijo, indicando que casi se perdía intentando encontrar el edificio donde se desarrollaba y, luego, dónde se votaba.

«Faltan carteles que indiquen dónde son las cosas», subraya. Sobre sus prioridades, dice una de las ideas clave que todas las campañas han intentado arrogarse como suyas. «Lo más importante para nosotros es la conciliación», sentencia. Por cada una que piensa como ella, quién sabe cuántos tendrán otras prioridades. De los que más voten depende.

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