Los ministros y los presidentes de Las Cortes no aplaudieron el discurso del presidente del TC, Pedro González-Trevijano
Pedro González-Trevijano durante su último discurso como magistrado del Tribunal Constitucional.

Los ministros y los presidentes de Las Cortes no aplaudieron el discurso del presidente del TC, Pedro González-Trevijano

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09/1/2023 18:29
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Actualizado: 10/1/2023 09:15
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El hasta ahora presidente del Tribunal Constitucional, Pedro González-Trevijano, se marchó con un discurso erudito y un tanto molesto para el Ejecutivo que fue respondido por dos ministros del Gobierno asistentes y por la presidenta y el presidente del Senado con huelga de aplausos mientras el resto de los presentes, hasta un número cercano a las 640 personas, alargaron los suyos más allá de lo que suele ser lo protocolario.

Ni la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ni el titular de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, ni la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, ni su homínimo del Senado, Ander Gil, movieron un dedo. Se limitaron a mirar a su alrededor.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritell Batet, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el presidente del Senado, Ander Gil, entrando en el gran salón, Entre los dos, detrás, Francisco Marín Castán, presidente en funciones del Tribunal Supremo.
El presidente en funciones del CGPJ, Rafael Mozo, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, el presidente del Senado, Ander Gil, y el presidente del TGribunal Supremo en funciones, Francisco Marín Castán.
Pedro González-Trevijano durante su discurso final como presidente del TC.

Fue durante el acto de toma de posesión de los cuatro nuevos magistrados del Tribunal Constitucional, que tuvo lugar en el salón principal del edificio de la pirámide truncada, Juan Carlos Campo, Laura Díez, María Luisa Segoviano y César Tolosa.

González-Trevijano, que no se mordió la lengua, recordó que «ante la Carta Magna no son oponibles soberanías populares que dicen emanar, sin intermediación alguna, del supuesto mandato directo de un colectivo o de una colectividad. En España solo hay una soberanía, la soberanía nacional, la del pueblo español, expresada solemnemente el 6 de diciembre de 1978, con la aprobación de la Constitución», dijo en clara referencia al pretendido proyecto del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de permitir un posible referéndum en Cataluña.

Lo que da lugar «a su precisión más firme en su artículo 2, que consagra la indisoluble unidad de la Nación dentro del respeto a sus nacionalidades y regiones. El pueblo español, y no otro, es el auténtico ‘princeps legibus solulus’ (príncipe libre de leyes) de nuestra democracia constitucional. Ante él no caben desfasadas soberanías regias ni superadas reservas de jurisdicción, ni tampoco paralelas soberanías parlamentarias, sin perjudicio de reconoceer la primacía política de las Cortes Generales».

Y añadió, «Por ello, y especialmente en el caso de la tutela de los derechos y libertades, el Tribunal no puede ni debe terminar a la postre haciendo historia del Derecho».

Entre los asistentes, el expresidente del CGPJ y del Supremo, Carlos Lesmes, el primero por la derecha. Junto a él, los vocales Vicente Guilarte, Wenceslao Olea y Álvaro Cuesta.

González-Trevijano ha recordado tanto a ciudadanos como «poderes públicos» que solo deben acudir al TC «tras agotar todas las vías de solución, no como instrumento de la refriega política o de indefinidas instancias judiciales».

«El Tribunal Constitiucional no constituye una tercera Cámara ni una cuarta instancia ni una suerte supercasacion», ha añadido. «En ocasiones se producen recusaciones en cascada carentes de toda sustantividad con el burdo fin de obstaculizar su funcionamiento y atentar a su credibilidad, cuando no de alterar fraudulentamente su composición», aludiendo a los recientes acontecimientos provocados por el recurso que interpuso el PP contra la reforma por vía de la proposición de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional y la Ley Orgánica del Joder Judicial.

El presidente saliente del TC, Pedro González-Trevijano imponiendo la medalla preceptiva a María Luisa Segoviano.
César Tolosa recibiendo la medalla del TC.
El nuevo magistrado del TC, Juan Carlos Campo, a punto de recibir la medalla,.
Laura Díez recibe la medalla del TC de González Trevijano,

CONDE-PUMPIDO O BALAGUER, EL TEMA DE FONDO QUE FLOTABA EN EL AMBIENTE

Tras las celebración de este rito de paso, en el que González-Trevijano, presidente saliente del Tribunal Constitucional, en el que impuso a los cuatro magistrados la medalla preceptiva del máximo órgano de garantías, tuvo lugar un cóctel multitudinario en el vestíbulo principal al que asistieron los expresidentes María Emilia Casas, Álvaro Rodríguez Bereijo, Pascual Sala y Juan José González Rivas y el exvicepresidente Ramón Rodríguez Arribas.

Allí estuvieron buena parte de los magistrados de las dos salas del Supremo, de las que proceden Segoviano y Tolosa, con el actual presidente en funciones del Alto Tribunal, Francisco Marín Castán, a la cabeza. Además del presidente interino del Consejo General del Poder Judicial, Rafael Mozo, o los presidentes de los Consejos de la Abogacía, Victoria Ortega, de Procuradores, Juan Carlos Estévez, de Graduados Sociales, Ricardo Gabaldón, del Notariado, José Ángel Martínez Sanchiz, y de la Mutualidad de la Abogacía, Enrique Sanz Fernández-Lomana.

De todos los presentes, además de los cuatro nuevos magistrados del Constitucional, dos aparte concentraron todo el interés: Cándido Conde-Pumpido y María Luisa Balaguer. Los dos, progresistas, aspiran a ocupar la silla vacante que ha dejado González-Trevijano tras cumplir sus 9 años de mandato.

Una decisión que tomará el Pleno convocado para el próximo miércoles a las 13 horas por el presidente en funciones, Ricardo Enríquez Sancho, por ser el magistrado de más edad.

La cosa no está fácil para ninguno de los dos. Conde-Pumpido contaría, en un principio, con 5 votos. Los de Inmaculada Montalbán, Ramón Sáez Valcárcel, Juan Carlos Campo, Laura Díez y el suyo propio.

Balaguer dispondría, también en un principio, de los cuatro votos conservadores –Concepción Espejel, Enrique Arnaldo, César Tolosa y Ricardo Enríquez– y el suyo propio. Con lo que sumaría también cinco.

El voto de María Luisa Segoviano sería en este caso, determinante.

Podría ocurrir, sin embargo, que Balaguer plegara velas y retirara su candidatura. O que hiciera lo propio Conde-Pumpido.

El futuro de la Presidencia del Tribunal Constitucional está en el aire. También el de la vicepresidencia que por «tradición», tendría que corresponder a un miembro del grupo minoritario, pero tampoco es obligatorio.

El misterio está por resolverse. Pero eso será el próximo miércoles.

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