Firmas

Sólo la Ley es Ley

Sólo la Ley es Ley
Francisco Segrelles recuerda que la Ley escrita establece las reglas de juego político. Las normas no escritas ya no son efectivas.
29/1/2023 06:48
|
Actualizado: 30/1/2023 10:51
|

Esta es una nueva norma general, de importantes consecuencias y aplicable a todos los actos del gobierno. 

Se acabaron las reglas no escritas, la costumbre (inveterada fuente del derecho) y cualquier límite por conveniente que pueda parecer, aunque se haya aplicado antes en todos los casos sin excepción. 

El Gobierno de coalición puede hacer lo que le parezca bien sin otra barrera, que tampoco es poca, que el cumplimiento de las leyes. No obstante, hay que dejar claro que el que se haya hecho algo respetando las leyes, no es suficiente para que esté bien hecho. 

Una actuación puede ser legal y tremendamente inaceptable.

Hay mucha, muchísima gente descontenta con lo que se ha hecho, que protesta de buena parte de las decisiones del Gobierno de coalición y, sin embargo analizando caso por caso, no se puede decir, con los textos en la mano, que se haya cometido ni que se cometa una sola violación de las normas en vigor. 

Si cogemos cualquier periódico no favorable al Gobierno y vamos recorriendo, uno a uno todos los comentarios que parecen contrarios a su gestión, podremos comprobar fácilmente que, nos guste o no lo que se ha hecho, se hizo cumpliendo todas y cada una de las leyes y otras normas democráticas que están vigentes. 

Escandalizó mucho que el propio presidente del Gobierno, en televisión y en directo, reconociese por primera vez que efectivamente el fiscal general del Estado tenía que servir al Gobierno que lo había nombrado –¡faltaría más!–, aunque siempre dentro del cumplimiento y defensa de la ley.

Parece oportuno recordar que en otros estados de mayor tradición democrática que el nuestro, el fiscal general depende totalmente del Gobierno.

Además, negar esa realidad, que es lo que se hacía en España hasta ese día, unánime y constantemente por todos los cargos públicos que proclamaban su total independencia, no fue más que un grande y ridículo ejercicio de hipocresía política, ante el que muchos se ponían de perfil.

Debería haberse aplaudido con entusiasmo aquel acto insólito en televisión.

CRÍTICAS A NOMBRAMIENTOS, PERO NO ESTÁN PROHIBIDOS

Ha provocado bastantes críticas el nombramiento de exministros para otros cargos importantes, pero no está prohibido y, en consecuencia, se puede hacer. 

Otra cosa es que, cuando se regulen este tipo de nombramientos, se prevea la forma de evitar lo que, quien tenga mayoría suficiente en las Cortes, crea que debe ser evitado, sin perjuicio de que se haga con mayor o menor acierto, como en las «puertas giratorias» o como a los dos días de tomar posesión se han visto dos recusaciones en los recientísimos nombramientos en el Tribunal Constitucional.       

También ha sido muy criticado por haber buscado las mañas para no tener que soportar la lectura de los informes, previsiblemente muy críticos con lo que hacía, que hubieran redactado los en otra época tan influyentes Consejo de Estado, letrados de las Cortes, etc. 

Pero no se puede pasar por alto que, en todos esos casos no es preceptivo su consejo y por tanto el Gobierno no tiene la obligación de escucharlos. 

No obstante, en este asunto hay una herida por curar. 

Me refiero a que sería una pérdida irreparable, enviar al paro a personalidades tan brillantes, inteligentes y con tanta experiencia como son la mayor parte de los componentes de esos organismos, que se están quedando sin trabajo.

Por último, para no hacer esta lista interminable, porque creo que la idea, se podrá compartir o no, pero ha quedado clara, que Pedro Sánchez ha terminado con las “obligaciones” no escritas, con las costumbres convertidas en normas, dejando sólo una: lo que se quiera ver cumplido que se legisle o, dicho de manera más moderna, sólo la ley es ley.

Como muestra final tenemos un ejemplo muy reciente y además muy importante, en el controvertido nombramiento de magistrados y posterior elección de presidente y vicepresidenta del Tribunal Constitucional, también aquí se acabaron las normas no escritas, pero puede decirse lo mismo, gusten o no gusten los elegidos, lo han sido cumpliendo la  ley.

Si lo que hace el gobierno, aunque a muchos no le satisfaga, lo puede hacer, a esta distancia de las elecciones es muy poco práctica la protesta de la oposición en la calle, con el esfuerzo que supone, aunque haya sido realmente impactante.  

El Partido Popular no tiene más que un camino para intentar alcanzar el Gobierno. 

Ahora que ha desgranado una parte de su programa bañada en el sentido común, le queda dedicarse en cuerpo y alma a convencer, con programa económico y fiscal concreto, a un millón de votantes del PSOE de que su proyecto es de consecuencias para la ciudadanía mucho mejores que las del proyecto socialista y que por eso les conviene cambiar su voto. 

Naturalmente si está convencido de poder hacerlo. 

Y, aun así es admirable el mérito de Alberto Núñez Feijóo, que ha aceptado los mandos de un carro de combate que estaba pendiente de revisión, que no tiene aliados y va a recibir fuego por la derecha y por la izquierda, por lo que se enfrenta a una tarea bien difícil.

Otras Columnas por Francisco Segrelles:
Últimas Firmas
  • Opinión | Sostenibilidad: un suma y sigue para las empresas
    Opinión | Sostenibilidad: un suma y sigue para las empresas
  • Opinión | Mocro Maffia y micro justicia
    Opinión | Mocro Maffia y micro justicia
  • Opinión | CDL: El pleito de M&A más complejo y largo de la Historia: La compra de Autonomy por Hewlett-Packard (V)
    Opinión | CDL: El pleito de M&A más complejo y largo de la Historia: La compra de Autonomy por Hewlett-Packard (V)
  • Opinión | Entidades especializadas en las ejecuciones civiles: la eficiencia de exportar un modelo de éxito
    Opinión | Entidades especializadas en las ejecuciones civiles: la eficiencia de exportar un modelo de éxito
  • Opinión | Un abogado civil en la corte militar: el caso de Cerro Muriano
    Opinión | Un abogado civil en la corte militar: el caso de Cerro Muriano