Los Inspectores de Hacienda critican el nuevo Plan de Control Tributario por no perseguir más el fraude grave
El inspector de Hacienda José María Peláez señala que uno de los motivos por los que la AEAT enfoca sus esfuerzos en perseguir casos menores de fraude y errores en declaraciones es por la política de incremento que supone el modelo cuantitativo de evaluación.

Los Inspectores de Hacienda critican el nuevo Plan de Control Tributario por no perseguir más el fraude grave

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01/3/2023 06:51
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Actualizado: 01/3/2023 11:15
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Las directrices del Plan de Control Tributario 2023 responden a un modelo de control agotado de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), según advierten desde la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), especialmente en cuanto a los esfuerzos dedicados a perseguir los casos más sofisticados de fraude fiscal.

En este sentido, destacan que echan en falta actuaciones más efectivas contra las instancias más graves de estos delitos, que incluyen los paraísos fiscales y los fraudes de las grandes multinacionales y cuya investigación puede tardar varios meses y requerir mucho más personal y medios que los casos de menor magnitud a los que dedican más recursos, según el inspector de Hacienda José María Peláez.

El plan, que debe ser publicado anualmente, no presenta «modificaciones sustanciales» respecto al del 2022 y los de años anteriores, algo que critican desde la IHE por no incluir una reforma legal que procure minimizar el fraude, una institucional del órgano de control para maximizar la efectividad y una de su evaluación de objetivos.

«Los beneficiados son los defraudadores que dejan de pagar impuestos a sabiendas de que es muy difícil que los pille la Agencia Tributaria porque no destina medios para ello», indica Peláez, señalando las instancias en las que figuras de alto perfil en los mundos del negocio, deporte y espectáculos evitan ir a la cárcel al reconocer el delito y regularizar su situación pagando multas.

Es una situación que reduce el posible efecto disuasorio de la ley, dice. «Un defraudador evalúa la posibilidad y consecuencias de que lo descubran antes de cometer un delito y, si pagas y no vas a la cárcel, es más fácil que lo hagan».

El problema de la evaluación cuantitativa

La IHE señala que uno de los motivos por los que la AEAT enfoca sus esfuerzos en perseguir casos menores de fraude y errores en declaraciones es por la política de incremento que supone el modelo cuantitativo de evaluación.

En este sentido, desde la asociación apuntan que la agencia prioriza la presentación de cifras de recaudación sin ahondar en las líneas de actuación. De ahí que en la presentación no se detalle en las cifras que corresponden a la economía sumergida y sus casos específicos, sino que se presentan de forma global.

«Lo visible es lo único que se publica», critica Peláez, refiriéndose al control de rentas más pequeñas que protagoniza los informes de la Agencia Tributaria. «La parte política ve los números y pone como objetivo que se superen cada año sin contar lo malo», añade. «Por eso prefieren resolver los casos más fáciles».

La reducción de la plantilla de la agencia representa un problema, ya que una cuarta parte de sus 25.000 empleados se jubilará pronto y el ritmo de oposiciones y entrada de efectivos es insuficiente, con lo que la estrategia del cuerpo se basa en volcarse en el cumplimiento de las declaraciones de los ciudadanos, según el inspector.

«En la Agencia Tributaria están obsesionados con el fomento del cumplimiento voluntario «, afirma Peláez, señalando que no se ponen medios para lidiar con técnicas de evasión fiscal como las facturas falsas y los fraudes carrusel, que consisten en exigir la devolución del IVA en nombre de sociedades sin actividad real. «Hemos señalado el agotamiento de este modelo durante años, pero hemos visto muy poca respuesta por parte de ellos».

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