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Acceso universal a Internet en el mar: una necesidad a la que hay que hacer frente

Acceso universal a Internet en el mar: una necesidad a la que hay que hacer frente
El abogado Javier Puyol es un jurista reconocido internacionalmente por su "expertise" en el campo de las nuevas tecnologías y la protección de datos. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.
05/3/2023 06:49
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Actualizado: 07/3/2023 12:06
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Las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) ofrecen numerosas ventajas: mayor acceso a la información, reducción de costes en el sector laboral, mayor conectividad entre las personas, etc.

Pero la digitalización no se está dando por igual en todo el mundo y es que, también en esto, existe un desequilibrio y recibe el nombre de brecha digital.

La brecha digital se atribuyó en un primer momento al subdesarrollo y se percibió como algo pasajero que desaparecería con la popularización de la tecnología.

En cambio, la fractura persiste hoy a pesar de la comercialización masiva de dispositivos electrónicos con acceso a Internet. 

Las causas pueden ir desde el alto precio de los dispositivos mencionados a la falta de conocimientos sobre su uso o al déficit de infraestructuras para su acceso.

Al hilo de esto, repasamos cuáles son los tipos de brecha digital:

a). Brecha de acceso. 

Se refiere a las posibilidades que tienen las personas de acceder a este recurso.

Aquí entran en juego, entre otras, las diferencias socioeconómicas entre las personas y entre los países, ya que la digitalización requiere de inversiones e infraestructuras muy costosas para las regiones menos desarrolladas y para las zonas rurales.

b). Brecha de uso. 

Hace referencia a la falta de competencias digitales que impide el manejo de la tecnología.

En este sentido, y por poner un ejemplo, la UIT señala que hay 40 países en los que más de la mitad de sus habitantes no saben adjuntar un archivo a un correo electrónico.

c). Brecha de calidad de uso. 

En ocasiones, se poseen las competencias digitales para manejarse en Internet, pero no los conocimientos para hacer un buen uso de la red y sacarle el mayor partido posible. Por ejemplo, en lo relativo al acceso a información de calidad.

La brecha digital tiene cuatro componentes fundamentales según señala Mónica Duhem, que son los que se indican a continuación:

a). El primero es el acceso a internet, si las personas no tienen acceso a internet no se pueden conectar ni formar parte de esta sociedad digital.

Este componente de brecha digital es el que más se ha trabajado a nivel mundial con gobiernos ofreciendo cada vez más puntos gratuitos de acceso a internet y operadores de telecomunicaciones ofreciendo conectividad. 

b). El segundo componente es la accesibilidad.

Si los sitios web, las aplicaciones móviles, los softwares de los teléfonos inteligentes, las computadoras, las tabletas y cualquier equipo con el que interactuamos a través de su software para obtener algún servicio o producto no están diseñados y programados tomando en cuenta las necesidades de diseño universal a internet de personas que estarán excluidas del acceso y del uso de la tecnología incrementando así el tamaño de la brecha digital.

CÓMO DISMINUIR LA BRECHA DIGITAL

Para disminuir el impacto de este componente en la brecha digital es necesario capacitar a desarrolladores, diseñadores y programadores en estándares de accesibilidad digital.

Es necesario que los fabricantes de software y equipos diseñen de manera universal, es necesario que los que compramos tecnología solo compremos tecnología accesible.

Varios gobiernos a nivel mundial tienen políticas de compra pública que obligan a solo comprar tecnologías accesibles, como resultado hoy la gran mayoría de los softwares que encontramos en nuestros equipos (teléfonos inteligentes, tabletas y PC) cuentan con funcionalidades de accesibilidad (lectores de pantalla, contrastes de color, incremento de tamaño de letra, comandos por voz…).

c). El tercer componente es la capacitación.

En el mundo digital en el que vivimos todos tenemos que contar con habilidades digitales mínimas.

Si no sabemos realizar búsquedas en internet, no sabemos enviar un correo electrónico, llenar un formulario estaremos excluidos y marginados.

Hoy nos es difícil pensar en emplearnos, interactuar con el gobierno o realizar consultas que no requieran del uso de tecnología.

La falta de habilidades digitales mínimas es un factor que incrementa la brecha digital.

Es necesario hacer un esfuerzo de educación y capacitación para que todos los ciudadanos aprendamos a interactuar mediante el uso de tecnologías.

Y, en el caso de las personas con discapacidad no solo es interactuar con la tecnología, pero también aprender a usar las funcionalidades de accesibilidad que está ofrece cuando es accesible.

d). El último componente es la asequibilidad.

Si los equipos son muy caros estamos excluyendo a las personas que no tienen poder adquisitivo de los beneficios del uso de la tecnología.

GOBIERNOS Y EMPRESAS DEBEN TRABAJAR EN CONFLICTO PARA ASEGURAR EL ACCESO A LA TECNOLOGÍA

En este sentido es importante que los gobiernos y las empresas trabajen en conjunto para asegurar el acceso a la tecnología a todo el mundo.

Esto se puede lograr a través de programas de reciclaje tecnológico o asegurando la existencia de puntos de acceso público poniendo a disposición de la población computadoras gratuitas en bibliotecas, escuelas, centro de innovación etc.

En la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, y concretamente en el apartado 1º de su artículo 81, relativo al derecho de acceso universal a Internet, se determina que “todos tienen derecho a acceder a Internet independientemente de su condición personal, social, económica o geográfica”.

Este pronunciamiento se concreta en su apartado 2º, donde se afirma que se “garantizará un acceso universal, asequible, de calidad y no discriminatorio para toda la población, concretándose en su apartado 5º “la garantía efectiva del derecho de acceso a Internet atenderá la realidad específica de los entornos rurales”.

El acceso a Internet se reconoce, consiguientemente con ello, a toda persona con independencia del área geográfica donde se encuentre, y específicamente se protege a aquellas personas que tienen como hábitat natural el mundo rural.

Javier Puyol llama la atención sobre este «agujero negro», la inexistencia de cobertura de Internet en el mar, una asignatura pendiente. Foto: Repsol.

NO HAY MENCIONES A LA COBERTURA EN EL MAR

Sin embargo, este artículo 81, omite cualquier pronunciamiento sobre la cobertura de internet, y los desarrollos tecnológicos análogos, sobre el mar.

La actividad económica y social desarrollada en el mar se desarrolla en unas condiciones ciertamente difícil y complicadas, es más, puede afirmarse que el sector marítimo pesquero, la pesca marina se encuentra entre las actividades laborales más peligrosas del mundo.  

En este sentido, las condiciones laborales de los marineros continúan siendo de las más penosas, debiéndose tener en cuenta que la pesca se revela como una de las actividades profesionales más peligrosas en los estudios de siniestralidad laboral, y demanda por tanto una atención específica, integral y sistemática de los poderes públicos. 

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estiman que el 7 % de las víctimas mortales de accidentes laborales que se producen en el mundo ocurren en la industria pesquera, a pesar de que este sector representa menos del 1 % de la fuerza laboral mundial.

La OIT estima que el trabajo en este sector se cobra la vida de unas 24.000 personas al año en todo el mundo.

En España, la pesca marina presenta una de las tasas de accidentes laborales más elevadas.

Los trabajadores del sector marítimo pesquero están expuestos a riesgos de muy diversa índole: riesgos de la propia navegación, riesgos de trabajar en una plataforma en continuo movimiento y en un ambiente, a menudo, hostil, riesgos de trabajar con maquinaria peligrosa, exposición continua a ruido y vibraciones, carga física elevada, exposición a agentes físicos, químicos y biológicos, etc.

Se encuentran grandes diferencias entre la actividad laboral que se lleva a cabo a bordo de los buques de pesca y la que se realiza en otras actividades económicas, y sin embargo, el legislador si se hace eco de las diferencias existentes entre el hábitat rural, y el mundo urbano, pero la actividad social y económica desplegada en el mar por los diferentes profesionales parece siempre la gran olvidada.

LOS BARCOS, UNA FUENTE DE PELIGROS

Al hilo de lo ya expuesto, es importante recordar que el medio en el que se encuentran los barcos, el mar, supone una fuente de peligros muy importante por las condiciones meteorológicas, los movimientos del barco, las estancias prolongadas en alta mar, etc.

El lugar de trabajo es también durante largos periodos de tiempo el lugar de residencia y ocio, lo que marca importantes diferencias con el resto de actividades productivas en cuanto a las amplias jornadas de trabajo, las disfunciones horarias, las relaciones interpersonales y el aislamiento o separación del ambiente social habitual.

Por otro lado, la atención médica en las embarcaciones es limitada, con mayor dificultad para recibir asistencia y tratamiento adecuados en caso de accidente o enfermedad.

Hay que partir del hecho de que en la actividad pesquera es mayoritariamente masculina, como indica el hecho de que un 86,3 % de los trabajadores en este sector eran hombres, con unos porcentajes realmente bajos de intervención de la mujer, probablemente, por tradición, pero también sobre la base de las dificultades realmente duras para el ejercicio de esta actividad.

En este sentido, no hay que olvidar, que, en una reciente entrevista a un patrón de un barco pesquero, por el mismo se indicaba que cuando subes a bordo de un barco pesquero, entiendes que hay diferentes tipos de brecha digital.

Así señalaba que, en un espacio de 30 metros de eslora por seis o siete de ancho solemos estar 16 personas y no hay ni siquiera teléfono, porque sale caro y lo usamos para enviar datos de la pesca».

Salir a faenar durante semanas enteras en alta mar a bordo de este tipo de embarcaciones, en el que el espacio para los camarotes y el comedor está economizado al máximo, es una tarea de una exigencia enorme que el satélite puede ayudar a que sea más llevadera y eficiente. Sólo el uso de la conectividad satelital puede permitir que la tripulación de estos barcos pueda contar con acceso a Internet en sus dispositivos móviles a casi 200 millas para así poder hablar con sus seres queridos y contar con una ventana a tierra firme; o que se mejore la eficiencia y la seguridad de la pesca a bordo”.

Asimismo, se indicaba “que no constituye una tarea fácil. El entorno marítimo, con su movimiento continuo y la corrosión de la mar, exigen que la antena a bordo esté protegida y mantenga en todo momento el apuntamiento al satélite. También que la conexión que ofrece pueda atravesar el complejo esqueleto del barco y convivir con la mecánica de la sala de máquinas. Y, sin embargo, funciona”.

UN ACCESO LIMITADO

Hoy en día, debe destacarse que la accesibilidad a internet en el mar sigue estando bastante limitada, no obstante, el enorme esfuerzo que están realizando Empresas con tanta repercusión pública como Hispasat principalmente, y otras como Elewit o Satlink, las cuales están desarrollando proyectos tecnológicos con evidentes repercusiones y mejoras, tanto desde el punto de vista social, como económico, encaminados a mejorar las condiciones de vida en el mar, en lo que atañe a la seguridad de la tripulación de los barcos, y de la propia actividad pesquera, mediante el desarrollo de nuevos dispositivos que tratan de garantizar la seguridad abordo, y el ejercicio de la pesca de una manera más eficaz y eficiente, que repercuta abiertamente en los resultados económicos de la pesca, en el mantenimiento de las embarcaciones y también en los cometidos y en la organización del trabajo dentro de una embarcación de pesquera, y todo ello, sin perder de vista la importancia de la conectividad y las comunicaciones en un medio tan abrupto como es el marino.

Todo ello trae como legítima consecuencia el hecho de poner de manifiesto la cada vez más importante y relevante brecha digital existente en el mar, y en la actividad desplegada en dicho medio, su complejidad y las importantes repercusiones que ello traer consigo sobre los derechos sociales y económicos de las personas que faenan día a día en el ámbito marítimo de nuestras costas, y en la mayoría de las ocasiones, pone de manifiesto la necesidad de que se produzcan una mayores inversiones de carácter económico que determinen la realización de nuevos avances y que al mismo tiempo ponen de manifiesto la insuficiencia de las decisiones y/o políticas que se adoptan en este ámbito o sector, que lentamente camina de manera global hacia la  inclusión digital, como una condición determinante y necesaria de una plena ciudadanía en la sociedad de la información.

CONCLUSIÓN

Todo ello, lleva a la conclusión de la necesidad de potenciar el desarrollo de las TIC en el mar, reforzando su accesibilidad a través de los importantes esfuerzos empresariales de carácter tecnológico existentes, en aras de la plena integración social del medio, y de las personas que en el mismo desarrollan su actividad.


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