Francisco Málaga, socio de White & Case, recomienda a las empresas hacer un «mapa de riesgos» para afrontar litigios
"Estamos en una época muy litigiosa, y esto cada vez aumenta más. Es algo normal porque en tiempos de crisis todo está muy revuelto", explicó Francisco Málaga en la CEOE.

Francisco Málaga, socio de White & Case, recomienda a las empresas hacer un «mapa de riesgos» para afrontar litigios

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08/3/2023 06:50
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Actualizado: 06/9/2023 14:18
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«Estamos en una época muy litigiosa, y esto cada vez aumenta más. Es algo normal porque en tiempos de crisis todo está muy revuelto».

Así comenzó Francisco Málaga, socio de White & Case su ponencia ayer en la sede de la CEOE en una jornada organizada por FTI Consulting sobre «cómo convertir nuestra economía en la más competitiva de Europa».

Pero realmente, ¿están las empresas preparadas para los litigios? En palabras de Francisco Málaga, no. Por poner un ejemplo, resaltó que éstos se ven como una enfermedad, es decir, que nadie se piensa que le va a pasar y, cuando llega, se trabaja pero no se espera una gran disputa.

Y, como en la medicina, más vale prevenir que curar. Por lo que para estar preparado para la batalla, hay que agarrar el problema desde el principio creando un mapa de riesgos y saber cuándo y dónde va a tener lugar el posible litigio. Porque España es un país muy litigioso.

«Esto nos permitirá conocer muy bien tanto al cliente como al proveedor para saber si puede llegar a convertirse en un contrincante o en un problema, ver dónde vamos a pelar, dónde vamos a litigar, qué tribunales son los que me tocan por defecto, si necesito cláusulas arbitrales y saber quién me va a asesorar y a ayudar», explicó el socio de White & Case.

Y a pesar de que esto es una herramienta esencial, manifestó que es una tarea que muchas veces se pospone por falta de tiempo, de recursos, o simplemente porque no se considera muy importante.

Mapas de riesgo por jurisdicciones

Por lo que desde White & Case lo que hacen es llevar a cabo mapas de riesgo por jurisdicciones. Pero sobre todo en aquellas empresas que tienen sedes en diferentes países para saber «dónde se van a jugar los cuartos si hay una disputa o si, por ejemplo, quiebra un proveedor en Europa del Este o en Asia».

En materia de disputas, Francisco Málaga recordó el principio que aplicaban los romanos en la antigüedad y que se resumía en la frase «Si vis pacem, para bellum». Si quieres la paz, prepárate para la guerra. Un principio que sigue estando más presente que nunca hoy en día.

Lo ha podido constatar una y otra vez a lo largo de todos los años de su trabajo: «La victoria ama la preparación». Porque, para una disputa, pleito o arbitraje, «hay que estar muy bien preparado».

«Y la preparación no empieza cuando contratas a un abogado externo, sino mucho antes», afirmó.

Incluso señaló que ellos mismos dan un curso a Consejos de Administración que lleva por título «Todo lo que hagas podrá ser utilizado en su contra» y que trata, básicamente, de analizar cuestiones que hacen perder pleitos. Por ejemplo, antes de enviar un burofax o un «email», consultar con el abogado.

Por lo que prepararse es algo «que no requiere un esfuerzo excesivo pero que da mucha fortaleza a la hora de que el equipo humano sepa qué hacer y qué no hacer a la hora de enfrentarse a un litigio». Incluso, por esta preparación, se puede llegar a acabar en pactos y no en pleitos.

Unas jornadas cargadas de economía y empresa

En estas jornadas también intervinieron otros expertos como David Jiménez-Blanco, presidente de Bolsa de Madrid y vicepresidente de BME; Javier Ormazábal, presidente de Velatia; Juan Rivera, director de FTI Consulting, que habló sobre los 5 pilares que las empresas deben tener en cuenta para aumentar la competitividad e Íñigo Fernández de Mesa, vicepresidente de CEOE que introdujo las ponencias y quien opinó que «España es un país sobrerregulado, por lo que tendría que haber una simplificación normativa».

De izquierda a derecha: David Jiménez-Blanco, Juan Rivera, Íñigo Fernández de Mesa, Javier Ormazábal y Francisco Málaga.

Por su parte, David Jiménez-Blanco, apuntó que, hoy en día, las empresas están mejor situadas que en 2008 y 2009 pero que «hay que empezar a arreglar las cosas profundas sobre el desarrollo económico del país».

Es decir, que «todo el mundo tiene que trabajar para hacer una economía más atractiva para que las empresas se queden en España». Manifestó que «lo urgente es a largo plazo y hay que centrarse en cosas que requieran de 10 a 15 años».

Javier Ormazábal, que vivió el proceso de internacionalización de su empresa en primera persona porque su padre la compró 56 años antes, confesó que cada 3 años su entidad también se centra en el largo plazo e intentan adivinar las tendencias que hay en el mundo.

Y así es como basan su plan estratégico, en el largo plazo y en lo que quieren sus grupos de interés. Eso sí, siempre pendientes de lo que demandan sus clientes porque cada poco tiempo cambian de visión de futuro y ello conlleva a la revisión de sus proyecciones.

Juan Rivera, que se ha encargado de moderar la mesa redonda, concluyó explicando que la normativa se hace sin escuchar a las partes concernidas, que es una norma en España». 

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