Israel y Hamas en guerra y en el Colegio de Abogados de Melilla concordia entre cristianos, musulmanes, judíos e hindúes
El decano del Colegio de Abogados de Melilla, Blas Jesús Imbroda Ortiz (a la izquierda), con los representantes de las cuatro principales religiones que recibieron la medalla de oro a la Interculturalidad de Melilla, monseñor Eduardo Resa, vicario episcopal, Farib Abdel-Lah, presidente de la Comisión Islámica, Reina Bittan, miembro de la directiva de la comunidad judía, y Ramesh Rmchand, presidente de la comunidad hindú. Foto: Colegio de Abogados de Melilla.

Israel y Hamas en guerra y en el Colegio de Abogados de Melilla concordia entre cristianos, musulmanes, judíos e hindúes

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29/10/2023 06:30
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Actualizado: 28/10/2023 23:23
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La concordia entre religiones es posible en un mundo convulso como el que tenemos en estos momentos en el que los partidarios de los judíos y los israelíes se han echado a las calles de las grandes ciudades para apoyar la derrota de los contrarios.

La prueba se llama Melilla. O más concretamente, el Colegio de Abogados de esa ciudad autónoma. Allí su Junta de Gobierno, con su decano, Blas Jesús Imbroda, acordó por unanimidad otorgar la concesión de la medalla de oro a la Interculturalidad de Melilla, referencia y ejemplo de valores humanos, de tolerancia y de progreso para la sociedad, a los máximos representantes de las cuatro principales religiones que habitan en esa ciudad española de 12 kilómetros cuadrados enclavada en el norte de África.

Ninguno faltó a la cita. Monseñor Eduardo Resa, vicario episcopal de Melilla (Iglesia Católica), Farid Abdel-Lah, presidente de la Comisión Islámica de Melilla, Reina Bittan, miembro de la directiva de la comunidad judía de Melilla, y Ramesh Ramchand presidente de la comunidad hindú de Melilla.

Ocurrió el pasado 20 de octubre, 13 días después de la masacre de 1.400 judíos, el secuestro de 200, a manos de efectivos de Hamas, y después de varios días de bombardeos de Israel a la zona norte de la franja de Gaza, que ha provocado el derribo de innumerables edificios y la muerte de miles de ciudadanos palestinos.

«Cuando decidimos esta concesión, el 4 de octubre, no teníamos la menor idea de la tragedia que luego ha asolado y sigue asolando otra parte del mundo, Oriente Medio», dijo en su discurso el decano Imbroda.

«El año pasado entregamos la Medalla de Oro al pueblo de Ucrania, masacrado por una guerra, y pedíamos la paz. Este año, no solo no ha acabado esa guerra, sino que ha surgido otra en el territorio de Israel y en el territorio de Palestina», añadió.

«Allí vemos lo que nunca debería ocurrir en ningún lugar del mundo: Odio sobre odio y más odio. Desde aquí quiero pedir que haya paz, que cese la violencia, que cese el terror, que cesen de morir personas, y que las armas den paso a la voz y a la palabra, y que un día haya una paz que sea justa y que sea para siempre».

Y concluyó diciendo: «Gracias a los que representáis a las comunidades, conciudadanos míos y nuestros. Gracias por todo lo que hacéis por la ciudad y por sus ciudadanos. Es un orgullo para el Colegio que ostentéis la medalla de oro. El respeto a las culturas, el respeto a las religiones, la interculturalidad, la diversidad de las sociedades, nos hace a todos mejores».

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