Manuel Marchena: «Los que menos riesgo van a correr frente a la Inteligencia Artificial son los abogados»
El presidente de la Sala de lo Penal del Supremo, Manuel Marchena, durante su intervención en el 18 Congreo de la Abogacía de Málaga. Foto: Confilegal.

Manuel Marchena: «Los que menos riesgo van a correr frente a la Inteligencia Artificial son los abogados»

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03/11/2023 02:00
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Actualizado: 03/11/2023 09:29
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Fueron 45 minutos a capela, sin ningún papel en el regazo, tirando de memoria, citando uno tras otro a los autores del momento sobre la Inteligencia Artificial. Todo teñido con su humor personal y su ironía que todos conocemos por sus intervenciones en las 52 sesiones televisadas del juicio del «procés».

Manuel Marchena no defraudó ante un auditorio entregado que siguió su disertación sobre «Los desafíos profesionales del abogado penalista ante la Inteligencia Artificial», dentro del 18 Congreso Jurídico de la Abogacía de Málaga que está teniendo lugar entre ayer y hoy en el Palacio de Congresos y Ferias de esa ciudad.

Además, fue a una hora «intempestiva». A las 16 horas, cuando el dios Morfeo invita a echarse una siestecita. Ya lo advirtió Marchena. No se iba a tomar a mal si alguien decidía desconectar y arroparse con la mantita.

Lo comprendía, dijo con cierta sorna.

El presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo es uno de los grandes pensadores sobre Inteligencia Artificial y su aplicación a la Administración de Justicia.

No en vano, el año pasado el discurso que leyó en la ceremonia de admisión como Académico de Número en la Sección de Derecho de la Real Academia de Doctores de España verso sobre «Inteligencia Artificial y jurisdicción penal».

PUBLICO DE MARCHENA
Fue a las 16 horas, una hora «matadora». Sin embargo, el auditorio presentó el lleno de los grandes acontecimientos. Foto: Confilegal.

En esta ocasión, Marchena reenfocó la temática en un campo que conoce muy bien. Él mismo fue abogado del turno de oficio antes de convertirse en fiscal, y luego en magistrado. Además, el coautor de su libro, «Claves prácticas para la defensa penal», Manuel Marchena Perea, es también abogado penalista.

«Los que menos riesgo van a correr frente a la Inteligencia Artificial son los abogados. Por un hecho, porque la relación con el cliente establece un vínculo tan especial que es insustituible. La abogacía tiene un espacio que no está cubierta por otras profesiones. Esto no quita para que la metodología de trabajo tenga que cambiar», afirmó el magistrado.

«Yo no me imagino a nadie hablando con un algoritmo para expresarle la crisis de convivencia que le quiere llevar al divorcio», apuntó.

Marchena citó a uno de los grandes «gurús» de la abogacía y la LegalTech, en la que está comprendida la Inteligencia Artificial: el británico Richard Suskind.

«El mérito de Suskind es que todos los pronósticos que ha venido haciendo hasta ahora se han hecho realidad. Suskind dice –y esto es para reflexionar– que en los próximos 20 años la abogacía va a cambiar mucho más que en los últimos dos siglos», subrayó.

Para luego citar a Richard Browder, un ingeniero de la Universidad de Stanford que «tuvo la ocurrencia de diseñar un sistema que, en pocos años, permitiría prescindir de los abogados».

O a Andres McAfee, un científico del Massachusets Institute of Technology, gurú escéptico, que dice «que preocuparse por los riesgos de la IA es como preocuparse por la superpoblación en Marte».

Sin olvidar a Erik Larson, que escribió el libro «El Mito de la Inteligencia Artificial. Por qué las máquinas no pueden pensar como nosotros lo hacemos», poseedor de una visión iconoclasta de la IA, «Larson afirma que la IA no posee la intuición humana ni el genio de nuestra especie».

Otros pensadores, como Nick Bostrom, hablan de la superinteligencia, sobre el hecho de que la IA aprende a través de los mecanismos de aprendizaje. Emulan el cerebro humano. «De tal forma que cuando se consiguiera esa emulación se podría hacer una copia de seres queridos desaparecidos», señaló.

No citó, por poco, la película de ciencia ficción y suspense «Réplicas», dirigida por Jeffrey Nachmanoff y basada en una historia de Stephen Hamel, en la que un neurocentífico, interpretado por Keanu Reeves, trae de vuelta a la vida a su mujer y dos hijos, muertos en un accidente de coche. Pero por ahí iban los tiros.

Marchena cree «fundamental» que la justicia «no pierda el ángulo humano» ante la IA, ni se degrade a «una administración robotizada»; y defendió el papel del poder judicial «para la lucha contra las inmunidades del poder».

Marchena
Marchena actuó en el auditorio más grande de este complejo. En la foto con Francisco Álvarez Benítez, coordinador de la Sección de Derecho Penal del Colegio malagueño, que hizo la presentación previa a la intervención del presidente de la Sala de lo Penal del Supremo. Foto: Confilegal.

DERECHOS DE NUEVA GENERACIÓN

Marchena, a continuación, entró en materia, refiriéndose a los derechos de nueva generación, como el «derecho a la indemnidad neuronal», salvaguarda del ciudadano frente a cualquier intento de los poderes públicos de manipular o condicionar su pensamiento.

O al derecho al «entorno virtual», como concepto expresivo del interés del ciudadano en impedir injerencias no autorizadas en sus dispositivos de almacenamiento masivo; los derechos a la «identidad y a la dignidad algorítmica».

Y, por supuesto, el derecho «a no ser engañados» por la información inveraz que circula en redes, que ya ha tenido una traducción normativa en el Reglamento 20165/2022 de la Unión Europea.

La tesis de Marchena, desde que conoció la irrupción, no solo de la Inteligencia Artificial sino también de todo el universo LegalTech, es que son herramientas que ayudan tanto al juez como al abogado o al fiscal. Pero que no pueden sustituir a la persona.

Por muchas iniciativas en esa dirección que se hayan dado en Shanghai, China, Gran Bretaña o los países bálticos.

Y recordó que “la verdad de un algoritmo es sólo una verdad estadística, que no siempre estará conectada con el valor constitucional ‘justicia’ al que se refiere el artículo 1 de la Constitución española”.

Marchena concluyó que los jueces no serán degradados a la condición de máquinas expendedoras de sentencias.

“Los jueces y magistrados forman parte del poder judicial y están llamados a fiscalizar cualquier forma de arbitrariedad que desdibuje el estado de derecho”, afirmó.

Porque en eso consiste precisamente la regla esencial de un estado democrático.

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