Gran parte de los abogados madrileños, afectados por maltrato durante su trabajo en los juzgados.
7 de cada 10 abogados han recibido algún tipo de maltrato en el ejercicio de su profesión en Madrid
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20/12/2023 11:00
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Actualizado: 20/12/2023 11:02
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«Un 71% de los abogados encuestados afirma haber experimentado algún tipo de maltrato, descortesía o restricción en el ejercicio del derecho de defensa».
Con estas palabras se pronuncia el «I Estudio sobre la situación de la abogacía madrileña» presentado este miércoles en Madrid.
Un informe, realizado por el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), junto a la conocida empresa de análisis GAD3, que busca mostrar la realidad de la abogacía en la capital española.
Una realidad en la que se muestra que gran parte de los abogados madrileños aseguran haber sufrido maltratos. Especialmente, en las áreas de Derecho Constitucional, Penal y Procesal.
«Los abogados presentes en despachos han sufrido en un mayor porcentaje maltrato por parte de los tribunales, con un 75% de media» destaca el informe. Un porcentaje que cae hasta el 57% en el caso de la abogacía de empresa.
En cuanto a la tipología de estos maltratos, el informe es claro: «una mayoría de abogados destaca las dilaciones en la tramitación de los procedimientos (un 91%)».
En segunda posición se encuentran «los retrasos injustificados en la celebración de actuaciones judiciales (90%) y el trato desconsiderado verbal o escrito». Tercer tipo de maltrato que es más común entre las mujeres.
Sin embargo, a pesar de los muchos profesionales abogados que han vivido esta situación de maltrato, pocos son los que han realizado acciones al respecto. Tanto es así, que más del 60% de los encuestados ha preferido «no hacer nada».
«Más de la mitad de los abogados que han sufrido vulneración del derecho de defensa (61%) han optado por no hacer nada al respecto», destaca el informe. Así pues, sólo «un 29% lo denunciado en redes sociales o en su entorno profesional, un 19% ha presentado una queja en organismos de la Administración de Justicia y solo un 13% ha presentado una queja en el ICAM».
Unos resultados que han sido analizados por el decano del ICAM, Eugenio Ribón, dentro del propio informe.
«El alto porcentaje de abogados que reportan haber experimentado maltrato o restricciones en el ejercicio de su profesión pone de manifiesto una necesidad urgente de mecanismos de protección y soporte, así como de una mayor sensibilización y reformas en el sistema”, advierte el decano en las conclusiones del escrito.
Otras vulneraciones: conciliación y falsos autónomos
Sin embargo, este maltrato que viven muchos abogados no son las únicas vulneraciones que viven estos profesionales durante el ejercicio de su trabajo.
Y es que el 52% de los abogados y abogadas del ICAM declaran tener problemas y dificultades a la hora de conciliar la vida profesional con la personal.
Un porcentaje que aumenta hasta el 58% en el caso de las abogadas, más afectadas que sus compañeros masculinos por esta cuestión. Más aún, en los despachos de mayor tamaño, donde se sufren más problemas de conciliación, según el informe.
«Respecto a las principales razones que dificultan la conciliación entre la vida personal y laboral, las personas encuestadas señalan la excesiva carga de trabajo, la duración de la jornada laboral y la dificultad para establecer límites y desconectar», destaca el documento.
Un informe que separa las preocupaciones entre los dos géneros. «Los hombres destacan la extensión de la jornada laboral en mayor medida que las mujeres. Estas últimas, en cambio, señalan la falta de apoyo de políticas públicas que ayuden a la conciliación» asegura.
«El informe revela que una proporción considerable de abogados lucha por equilibrar el trabajo y la vida personal. Esto sugiere la necesidad de políticas y prácticas que promuevan un mejor equilibrio» asegura el decano del ICAM.
«En cuanto al régimen laboral, más de la mitad de los abogados/as madrileños (el 52%) trabajan como autónomos», afirma el documento. Una tendencia que asciende hasta el 68% en el caso de los abogados ejercientes. Por el contrario, en el caso de los que no ejercen, siete de cada diez son asalariados.
Sin embargo, una tendencia muy negativa también ha entrado en el sector judicial. Al menos, entre los abogados. Y no es otra que la figura del falso autónomo. «Un 5% se define como autónomo trabajando para un empleador, lo que conocemos como ‘falso autónomo’, siendo una situación más frecuente (hasta el 9%) en el caso de colegiados jóvenes ejercientes» sentencia el documento.
Una cuestión que también ha sido analizada por Eugenio Ribón, que ha asegurado que es necesario «ofrecer soporte desde el colegio en áreas como la gestión de negocios y el cumplimiento normativo».
Una recompensa: el salario de los abogados, de los más altos entre los profesionales
Sin embargo, no todos los resultados del informe resultan ser «negativos» para el sector. Y es que, a su vez, el documento del ICAM también muestra datos muy positivos para los abogados de Madrid.
Y es que, tal y como apunta el documento, «la abogacía madrileña se situaría en la parte alta de la tabla de las profesiones mejor remuneradas».
Así pues, en promedio, los abogados madrileños ganan cerca de 45.700 euros brutos anuales. Y el 52% de ellos superan los 40.000 euros anuales.
Unos ingresos que se distribuyen por secciones de actuación Así pues, son los colegiados de empresa son quienes más ganan de media (53.000 euros brutos anuales). Les siguen los abogados que trabajan en un organismo público (46.000 euros brutos anuales). En tercera posición, los que trabajan en despachos (43.600 euros/año).
Respecto a franjas de edad, entre los ejercientes los mayores ingresos se encuentran en la franja de 45-55 años, seguida de los mayores de 65 años.
También hay saltos significativos según la dimensión del despacho en el que se trabaje: los abogados ejercientes de despachos grandes son quienes más cobran de media, 57.000 euros brutos al año.
Cifras que, sin duda, suponen una pequeña recompensa para los abogados. Al menos, en un contexto de indefensión laboral. Tanto de cara al maltrato que sufren en los juzgados, como en cuanto a las malas condiciones de conciliación que, aún hoy, viven gran parte de ellos.
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