Silvia Madrid, UniCredit: «Como abogada de empresa tienes que estar haciendo de mago Merlín continuamente»
La planta principal de UniCredit en Madrid está decorada con bonsais, que requieren, para su cuidado, paciencia, precisión, y un entendimiento profundo de la biología de la planta. Es una metáfora evidente de su negocio. En la imagen, Silvia Madrid, directora de su Asesoría Jurídica. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

Silvia Madrid, UniCredit: «Como abogada de empresa tienes que estar haciendo de mago Merlín continuamente»

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18/2/2024 00:45
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Actualizado: 19/2/2024 10:39
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Silvia Madrid es la “General Counsel” o la «Chief Legal Officer (CLO)”, como ahora gustan los abogados de las grandes firmas o en las propias empresas, de llamar a lo que conocemos en España como director de la asesoría jurídica. Directora, en el caso de Silvia Madrid, de la banca UniCredit en Madrid.

Es la preferencia por el suajili anglosajón –el “Spanglish”– generalmente asumida en estos círculos, de lo que se ríe la propia Silvia Madrid.

Esa es, precisamente, una de sus características: la sonrisa a flor de piel y la risa, cuando toca.

La sonrisa es como una llave maestra. Transmite confianza y seguridad y crea un ambiente positivo. En especial cuando los ojos y los labios sonríen al unísono, lo que no siempre ocurre en el mundo en el que nos movemos.

La “in house jefe” de UniCredit tiene 52 años y posee una experiencia de 30 años de ejercicio profesional fuera y dentro de España. 

Ese fue el gran valor, precisamente, que trajo a UniCredit, un importante grupo bancario italiano con una presencia significativa en Europa que ofrece como grupo a nivel global una amplia gama de servicios y productos financieros, que incluyen banca minorista, banca corporativa e inversiones, gestión de activos, y servicios bancarios en línea, entre otros.

UniCredit  participa en diversas iniciativas de sostenibilidad y responsabilidad social corporativa, buscando alinear sus operaciones comerciales con prácticas éticas y sostenibles.

Durante la conversación que mantenemos con Silvia Madrid en sus oficinas, en Madrid, nos cuenta cómo, en los últimos años, las asesorías jurídicas de empresa han ido asumiendo cada vez más peso dentro de las empresas y, al mismo tiempo, nuevos roles.

Cuenta que los directores de asesoría jurídica tienen que gestionar muchos asuntos a la vez, y  tienen que “tocar” muchos palos que no son a priori de su especialidad. Y hay que estudiar mucho. Pero no importa. Es el signo de los tiempos.

“Es algo que tienes que desarrollar de forma rápida y efectiva”, cuenta. Por eso, algunos “in house” se sienten como auténticos magos en su día a día.

De alguna forma, ¿no se ves, un poco, como el mago Merlín? Vienen a que haga “magia”, ¿no?

Sí, sí, yo me veo como una mujer orquesta [risas]. Desde el momento que te presentan un asunto  ya estás poniendo tus cinco sentidos para ver esto por donde viene y de qué manera lo puedo encauzar, de qué manera lo podemos gestionar…. Tienes que estar, constantemente, haciendo de “mago Merlín”.

Con el handicap, de que estás solo, no tienes a nadie en el despacho de al lado con el que consultar.

Tienes que estar formándote y actualizándote continuamente. Puedes entrar en foros y contrastar ideas o temas de otros compañeros que ya han abordado asuntos parecidos. Hay que actuar como el mago Merlín, pero con la antena puesta en cómo está el sector, en cómo está la actualidad de tu mundo jurídico.

Pero tiene que seguir aprendiendo «magia».

Sí, exacto.

¿En qué se diferencia un abogado de empresa de una entidad financiera de otros abogados de empresa de otros sectores?

A ver, nosotros somos un sector muy regulado. Tenemos un volumen y una manera de trabajar muy rápida, con una normativa ingente, que también tienen otros sectores regulados, como por ejemplo son el energético, farma, etcétera,

Somos un sector, aparte, que trabaja de sol a sol. Hay distintas áreas, pero estamos acostumbrados a trabajar directamente con nuestro cliente, que es el “front office”. Como veis aquí, estamos todos sentados justo con nuestro cliente.

La verdad es que las asesorías jurídicas en los últimos 10-20 años, han cambiado muchísimo. Cuando empecé a trabajar en las asesorías jurídicas del Banco Central Hispano, el BCH, hace ya 30 años, estas estaban ubicadas en edificios separados, lejos de nuestros clientes.

Ahora están situadas no sólo con el cliente, sino incluso al lado de la dirección. Ahora estamos sentados con el cliente y formamos parte de su día a día. Llamo “clientes” a todas las áreas financieras a las que presto servicios dentro de UniCredit, para que nos entendamos.

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La clave, en el trabajo de Silvia Madrid como directora de la Asesoría Jurídica de UniCredit en España, es estar al día de las últimas novedades; la formación continua es una obligación. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

¿Por qué las asesorías jurídicas están cerca de la dirección?

Porque se han convertido en áreas clave de confianza que el director general  quiere tener lo más a mano posible, para todos aquellos asuntos  que le puedan surgir.

Estás acostumbrada a estar sentado cerca de la dirección general y en comités de dirección. Eso antes no era normal.

Los asesores jurídicos, siempre hemos sido los abogados que revisaban los contratos en sus áreas separadas. Incluso los secretarios del consejo, los que redactaban las actas, pero poco más.

Nadie les pedía su opinión sobre estrategias, sobre temas financieros, sobre temas de negocio.

Y ahora formamos parte del negocio.

Hay un hecho muy relevante: la irrupción sobre todo de la mujer en estos cometidos. Hoy en día hay cada vez más jefas asesoras jurídicas. 

Sí, es curioso lo que decís, porque tanto en asesoría jurídica, como en “Compliance”, yo que llevo las dos cosas, hay mucha mujer.

Digamos que los puestos que no son de “front office”, que son todo el tema de soporte, suelen, en el sector financiero, estar dirigidos por mujeres: jurídico, “Compliance”, recursos humanos…

«Para ser director de la asesoría jurídica, supongo que como en otros trabajos, pero en este que es el que conozco yo bien, tienes que estar todo el día jugando con 700.000 bolas»

Quizá por la empatía natural de la mujer que capta las circunstancias sin que nadie se las explique…

Creo que hay varios factores: uno, puede ser este, que tienes la empatía para anticiparte al problema.

Pensar cuál es el riesgo legal que puede haber. Preocuparte de que puede haber  un problema que estás percibiendo. Vamos a sentarnos, ¿en qué consiste esta operación?, vamos a hablar de ello, vamos a ver qué posibles riesgos puede presentar.

Otro tema fundamental es la gestión. Para ser asesor jurídico, para ser director de la asesoría jurídica, supongo que como en otros trabajos, pero en este que es el que conozco yo bien, tienes que estar todo el día jugando con 700.000 bolas.

Tienes unas prioridades con las que empiezas tu día que van cambiando constantemente: prioridad, urgencia, necesidad…

Tienes que estar gestionando continuamente lo que conoces bien y lo que  conoces menos.

Hace muchos años,  cuando trabajaba en Nueva York, tenía buenos amigos que eran socios de despachos allí. Alguna vez, hablando con ellos me decían “Silvia es que yo nunca podría hacer lo que haces tú. ¡Tocas tantos palos!”.

Puede ser que no tengas la seguridad de conocer bien el tema porque lo tuyo es el financiero o el mercantil, pero también tienes que lidiar con temas relacionados con fiscal, recursos humanos, ciberseguridad, sostenibilidad, prevención de riesgos laborales …

Lo que sea. Pero lo tienes que gestionar  y por tanto, te lo tienes que aprender.

Aquel amigo neoyorquino me decía: “yo soy muy bueno en lo mío, en ‘leasing’. Soy un crack en ‘leasing’, pero me sentiría muy inseguro saliéndome de esa área”.

Es esa mentalidad de gestionar, de saber atacar los temas. A lo mejor no tienes la seguridad, en un principio, de saber cómo enfocarlos, pero lo estudias a fondo, lo enfocas, lo aprendes y lo solucionas.

En eso, quizás las mujeres, tenemos mejor capacidad de gestión.

¿En qué se diferencia un abogado de empresa, un “in-house” de una entidad financiera como UniCredit de una gran empresa o una empresa mediana?

Las grandes empresas tienen asesorías jurídicas muy extensas. Son despachos de abogados, básicamente. Por ejemplo, en las entidades financieras grandes como Santander, BBVA, u otro tipo de empresas como Telefónica o Iberdrola, las asesorías jurídicas están organizadas por áreas, como despachos de abogados.

Hay distintas áreas, cada uno tiene su materia: financiero, derivados, M&A [fusiones y adquisiciones], “retail” [comercio minorista], recursos humanos, o asesoramiento a la fundación de la entidad.

En asesorías de entidades financieras más pequeñas, como nosotros, que somos una entidad muy grande, pero aquí somos una sucursal pequeña, el abogado interno, el director de asesoría jurídica, lo abarca todo.

Es muy habitual, y es un halago para el abogado, que cuando alguien no sabe qué hacer con un asunto, lo remita a la asesoría jurídica.

Somos un poco como el centro de información.

Y a diferencia de los despachos, aquí no tienes ni apoyo administrativo o una red de soporte jurídico en la que puedas compartir opinión.

Al final eres tú quien tiene que gestionar todos los temas y asumir el riesgo, confiando en que lo que consideras y decides es lo correcto.

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Silvia Madrid, antes de asumir la dirección de la Asesoría Jurídica de UniCredit, estuvo en The Royal Bank of Scotland y en el BCH –en Nueva York– y en el Santander. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

¿Contratan a despachos externos?

Nosotros trabajamos en banca de inversión, con lo cual son operaciones grandes, operaciones sindicadas, donde entran a formar parte muchos bancos.

En estos casos, el agente de la sindicación correspondiente de la operación es el que contrata al despacho de abogados que representa a todos los bancos.

Nosotros, como un banco más, estamos representados por el despacho de abogados que ha contratado el agente correspondiente.

Por lo demás, todas las operaciones bilaterales las cubro yo  internamente.

A no ser que haya un pico de muchísimo trabajo, que yo no tenga capacidad, y tengamos que externalizar. En ese caso sí, contratamos a un despacho. Pero no suele ocurrir a menudo.

¿Antes estuvo en el Santander?

Estuve previamente  en The Royal Bank of Scotland, 12 años, y antes de eso trabajé en Nueva York, primero con  el BCH, donde llegué expatriada desde España.

A los dos años de llegar tuvo lugar la fusión con el Santander, que ocasionó que cerráramos la Sucursal del BCH en Wall Street y nos fuéramos a trabajar a las oficinas del Santander en Midtown.

¿Estuvo los últimos años en el Central Hispano?

Sí, empecé a trabajar en 1994, en el BCH, que justo se acababan de fusionar el Central con el Hispano, y me fui a Nueva York en 1997. A los dos años nos fusionamos con el Santander. Allí estuve unos años más.

Como llevaba tiempo en Nueva York, trabajando con despachos externos, no quise dejar pasar la oportunidad de trabajar en un despacho americano. No ya por los asuntos jurídicos, que también, sino por la experiencia de trabajar y entender cómo funcionan los despachos americanos.

Que es una experiencia  increíble.

Empecé a trabajar en White & Case justo el día antes de que se cayeran las Torres Gemelas, porque empecé el lunes y aquello ocurrió el martes, en 2001.

Me acuerdo que la oficina no cerraba, era 24-7 [24 horas al día 7 días a la semana], que se dice allí. En la planta de arriba había un departamento, el de “paralegals” [paralegales].

Entonces no existía la digitalización de  ahora. Estaban toda la noche trabajando sobre los documentos que los abogados les subían al final del día, para que te metieran los cambios que hacías tú a mano.

Hablando de inteligencia artificial, esa era la inteligencia artificial del año 2000, que te metieran todos los cambios del documento, en el ordenador.

Te ibas a tu casa y al día siguiente  tenías tu documento con todos los cambios metidos. Eran departamentos que funcionaban las 24 horas y hacían turnos de noche.

Es fundamental para un abogado de empresa entender cómo funcionan los despachos, cómo facturan, cómo gestionan los asuntos y haberlo experimentado en primera persona.

«Me traje a España [de Estados Unidos] lo que allí llaman “to the point”, su versión de nuestro al grano. Lo que considero fundamental como asesor jurídico en una entidad, en este caso una entidad financiera»

Suponemos que muchas de las ideas aprendidas en Estados Unidos las está aplicando aquí. De alguna forma el expertise o la simbiosis de ese conocimiento ha transformado también lo que es la abogacía de empresa en España.

Sí, y  mucho. De allí, al margen de los temas de fondo, aprendí a ser todavía más concisa, a ir al punto, a ser práctica y a decir las cosas claras y con la solución lo más fácil y clara posible.

Tenías que presentar los asuntos en tiempo tasado y con concisión: estos son los hechos, estos los argumentos jurídicos, esto es lo que propongo y esta es la conclusión.

Me traje a España lo que allí llaman “to the point”, su versión de nuestro al grano. Lo que considero fundamental como asesor jurídico en una entidad, en este caso una entidad financiera.

Tus clientes, que son el “front office” del banco, cuando te preguntan algo, cuando quieren hacer alguna operación, no quieren que les sueltes una filípica de 50 folios según el artículo….

No les interesan los artículos, ni el Código Civil, ni el Código de Comercio, ni la Ley del Mercado de Valores. Lo que les interesa es saber si la estructura financiera que proponen es factible  y de qué manera.

La gente de negocio tiene mucho trabajo y poco tiempo. Por ello,  de un asesor jurídico de empresa se valora su claridad, su capacidad de comunicación, de ser práctico y de ir al grano.

Y por eso cada vez son más valorados.

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Silvia Madrid también es la máxima responsable del cumplimiento normativo de la entidad en la que trabaja; una faceta en la que UniCredit estaba avanzada cuando se aprobó al ley de protección al informante el año pasado. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

¿Cuáles serían las características claves que tiene que tener un abogado “in-house” y que usted considera fundamentales?

Primero, tienes que conocer muy bien el negocio y empatizar con tu cliente, que es el propio negocio. Tienes que sentir que formas parte de ese mismo equipo de negocio, y de su engranaje, y que todos ellos también te sientan como parte del equipo.

En segundo lugar, tienes que tener un continuo interés por mantenerte permanentemente actualizado y seguir aprendiendo.

En esta profesión, y más de un tiempo a esta parte, la normativa se ha ido incrementando a nivel exponencial especialmente  en sectores regulados como el nuestro: normativa europea, directivas, reglamentos, normativa española, circulares de los reguladores …

El “in-house”, tiene que estar continuamente aprendiendo, actualizándose día a día. No te puedes permitir el lujo de no conocer, aunque no sea de tu propio sector financiero, normativa transversal que te puede afectar como puede ser lasostenibilidad, protección de datos, ciberseguridad, inteligencia artificial, o cualquier otra área, incluso temas de fiscalidad o laborales.

Tienes que estar constantemente al día para poder también comunicar a tus clientes los riesgos legales que le afectan y que tienen que tener en cuenta.

Les cuento una anécdota que me pasó con mi hijo. Como durante la semana no tengo tiempo para ponerme al día y estudiar, suelo hacerlo los fines de semana.

Me cojo las “newsletters”, la normativa, tengo todos los papeles así en la mesa. Un día me observa mi hijo y me comenta: “mamá yo no sabía que a tu edad se tenía que seguir  estudiando”. “Pues sí”, le dije, “siempre”.

Como tercera característica, el abogado tiene que estar actualizado en las nuevas tecnologías para aplicarlas a su gestión de los asuntos diarios, lo cual es fundamental para optimizar sus recursos.

«La mayoría de los abogados no nos caracterizamos por ser súper “teckies”, pero hay que adaptarse y convivir con ello»

¿Y cómo ve la relación con la tecnología?

La mayoría de los abogados no nos caracterizamos por ser súper “teckies”, pero hay que adaptarse y convivir con ello.

En los últimos años, las asesorías jurídicas se están digitalizando, se está incorporando la  inteligencia artificial, se están sistematizando todas las tareas que pueden ser más rutinarias gracias a instrumentos tecnológicos, como pueden ser la sistematización de modelos de contratos, el análisis de la jurisprudencia, y la gestión.

El abogado tiene que tener capacidades tecnológicas y buscar las mejores herramientas para que su asesoría funcione de la manera más eficaz  posible, porque si no te quedas totalmente obsoleto.

¿Aquí han aplicado ya la inteligencia artificial?

Todavía no, estamos estudiándolo.

Pero sí han aplicado el “Compliance” y los canales de denuncia, como obliga la ley reguladora de protección de informantes.

Aparte de esta nueva normativa, que entró en vigor el año pasado en España, a nivel de grupo, la entidad tenía ya instaurado su canal de denuncias desde hace bastantes años, con lo cual tampoco hemos tenido que hacer demasiados cambios.

Ahora algunas empresas empiezan a hacer algo parecido al pro bono, ¿también ustedes?

No, todavía no lo hacemos, pero lo estamos considerando. En España, aunque no es pro bono, pero tenemos un programa de responsabilidad social corporativa del que estamos muy orgullosos, que también coordino yo, a través del cual hacemos voluntariado corporativo en la Casa de Ronald McDonald en Madrid una vez al mes, en la que realizamos actividades con los niños que se alojan allí porque están bajo tratamiento médico en los hospitales de Madrid

Además de organizar actividades mensuales, les apoyamos en todo lo que podemos y para mí es una satisfacción maravillosa el poder dedicar tiempo a personas que realmente lo necesitan. De hecho, es una de las partes más bonitas de mi trabajo.

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