Desde hoy las causas abiertas por los atentados del 11-M prescriben
El 11 de marzo de 2004, el 11-M, diez explosiones casi simultáneas ocurridas en cuatro trenes de cercanías de Madrid desencadenaron una de las mayores atentados terroristas ocurridos en Europa, con 192 víctimas mortales y más de 2.000 heridos. Imagen de Archivo EP.

Desde hoy las causas abiertas por los atentados del 11-M prescriben

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11/3/2024 06:33
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Actualizado: 10/3/2024 21:59
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El veinte aniversario de los atentados del 11-M, el peor atentado terrorista ocurrido nunca en España, trae consigo la prescripción de los delitos de terrorismo investigados en la causa. 

Ese 11 de marzo de 2004, Al Qaeda decidió atentar en Madrid.

A las 7.39 horas de la mañana, tres bombas estallaron en un tren de cercanías de Renfe que, procedente de Guadalajara, acababa de entrar en la estación madrileña de Atocha.

Tres minutos después explotaron otras cuatro bombas en otro convoy, procedente de Alcalá de Henares.

A la misma hora, dos bombas explotaron en un tren detenido en la estación del Pozo del Tío Raimundo y una más en un convoy que se encontraba en la de Santa Eugenia.

Este terrible atentado, que acabó con la vida de 192 personas y dejó más de 2.000 heridos, cambió para siempre la forma de combatir el terrorismo, que hasta entonces había sido nacional.

Prescripción de la causa

Hoy, veinte años después, prescriben los delitos de terrorismo investigados en la causa.

Con ello irán decayendo las órdenes de busca y captura que quedan en vigor y las que pudieran haberse derivado de la identificación de los perfiles genéticos de otros presuntos implicados a los que no se ha logrado poner nombre.

Cuando se produjeron los atentados, el Código Penal establecía que los delitos de terrorismo que no fueran considerados de lesa humanidad prescribían a los 20 años, situación que cambió con una reforma de 2010 que declaró imprescriptibles este tipo de acciones con resultado de muerte.

Una modificación que no puede ser aplicada de forma retroactiva dada la «naturaleza material» del instituto jurídico de la prescripción, según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional al respecto.

En una de sus sentencias, este órgano sostiene que la prescripción extingue la responsabilidad penal -no la acción penal- en atención a la función preventiva de la pena y el derecho del inculpado a que no se dilate indebidamente la situación que supone la virtual amenaza de una sanción penal.

Ello implica que, al prescribir el delito de terrorismo en el sumario del 11-M, el 20/2004, dejarán de tener efecto las órdenes de busca y captura que a lo largo de la instrucción se decretaron contra los presuntos implicados que se dieron a la fuga tras los atentados.

Los huidos

De los huidos del 11-M que quedan por localizar, dos de ellos, Mohamed Afalah y Daoud Ouhanne, se cree que podrían haber fallecido en sendos atentados suicidas en Irak, con lo que solo quedaría uno vivo: Said Berraj, alías Said El Mensajero, del que se sospecha que tuvo un papel destacado en el 11-M.

En la orden de busca y captura que dictó contra él el instructor del sumario, Juan del Olmo, el 30 de marzo de 2004, el magistrado exponía las relaciones de Berraj con el supuesto coordinador de los atentados, Serhane Ben Abdelmajid, El Tunecino, fallecido en Leganés.

También con Basel Ghayoun (absuelto por el Supremo por falta de prueba «suficiente» de la condena a 12 años de cárcel que le impuso la Audiencia Nacional, si bien se decretó su expulsión a Siria por encontrarse en situación irregular en España).

Ocho perfiles genéticos anónimos

La prescripción al cumplirse los 20 años de los atentados del 11-M también deja sin despejar la incógnita sobre la identidad de ocho perfiles genéticos detectados en muestras de ADN extraídas de los distintos escenarios relacionados con los atentados y, con ello, la orden de detención que podía haber llevado aparejada.

Según el auto de procesamiento, que recoge una serie de informes policiales referidos a los análisis de ADN, en los distintos escenarios de los atentados se lograron extraer ocho «perfiles genéticos anónimos» que, en algunos casos, incluso se repiten.

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