Guerra legal al «greenwashing»: ¿Enemigo para la sostenibilidad y el cambio climático?
El "greenwashing", adoptado por algunas empresas, consiste en hacer publicidad engañosa sobre productos y servicios que dicen ser respetuosos con el medio ambiente pero que en realidad no lo son. Ilustración: Confilegal.

Guerra legal al «greenwashing»: ¿Enemigo para la sostenibilidad y el cambio climático?

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08/7/2024 06:35
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Actualizado: 08/7/2024 11:05
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La lucha contra el cambio climático ha adquirido una nueva dimensión con la declaración de guerra legal contra el «greenwashing». Esta práctica, que consiste, por parte de algunas empresas, en presentar una imagen engañosa de sostenibilidad ambiental, ha sido identificada políticamente como un serio obstáculo para alcanzar los objetivos climáticos globales.

La Unión Europea, junto con varios países, ha intensificado sus esfuerzos para frenar esta forma de publicidad engañosa, destacando su impacto negativo no solo en los consumidores, sino también en la competencia justa y la verdadera sostenibilidad.

Europa, en concreto, ha reconocido el «greenwashing» como un impedimento significativo en la lucha contra el cambio climático.

La Unión Europea se ha comprometido a reducir las emisiones en un 55 % para 2030 y a alcanzar la neutralidad climática en 2050. Para lograrlo, ha implementado una serie de normativas en el ámbito energético, las finanzas sostenibles y la protección del consumidor.

Sin embargo, estas medidas pueden quedar sin efecto si las empresas continúan utilizando tácticas engañosas y fraudulentas para aparentar sostenibilidad.

La reciente Directiva (UE) 2024/825 sobre empoderamiento de los consumidores para la transición verde establece normas claras contra las prácticas comerciales desleales, como el «greenwashing» y la obsolescencia temprana.

Exige que las declaraciones ambientales sean justas, comprensibles y fiables, permitiendo a los consumidores tomar decisiones informadas y a los comerciantes operar en igualdad de condiciones.

Casos emblemáticos y sanciones

La aplicación de estas normativas no ha sido meramente teórica. En febrero, la Comisión Europea, que ha publicado una Guía de Interpretación de la Directiva 2005/29/CE, relativa a las prácticas desleales de las empresas ante declaraciones ambientales, exigió a la tienda de moda «en línea «online» Zalando retirar todos los anuncios «verdes» de su sitio web por considerarlos engañosos.

Este es solo un ejemplo de las acciones concretas que se están tomando para combatir el «greenwashing».

En noviembre de 2023 la Organización de Consumidores europea (BEUC, según sus siglas en inglés) y la Organización Internacional de Investigación y Pruebas de Consumidores (ICRT, también por sus siglas en inglés) elaboraron un estudio, co-financiado por la Unión Europea, sobre el «greenwashing» y los consumidores, con la conclusión de que esta práctica de engaño no es una cuestión colateral en la transición verde, sino un obstáculo fundamental para una producción y consumo más sostenible.

“Aunque muchas compañías hacen múltiples esfuerzos para ofrecer productos y servicios más sostenibles, muchas otras se limitan a engañar a los consumidores a través del greenwashing, lo que implica un obstáculo sustancial para las empresas que se toman en serio la transición verde, que se enfrentan a la competencia desleal de comerciantes sin escrúpulos”, dice el estudio.

Otros países también han adoptado medidas similares.

El Reino Unido ha vetado anuncios de petroleras. Italia multó a ENI, una compañía líder en petróleo y gas por promover su producto publicitariamente como «diésel verde», lo cual fue considerado engañoso porque no se correspondía con la realidad del producto.

En Alemania, la ONG Environmental Action Germany (DUH) ha denunciado a tres empresas energéticas. A TotalEnergies, por promocionar su aceite de calefacción «Thermoplus» como «climáticamente neutral». A BP Europa SE y Shell Deutschland GmbH; ha puesto en tela de juicio las afirmaciones sobre la neutralidad de carbono de ciertos productos. Y también contra Wintershall Dea, esta junto con Greenpeace, por su impacto negativo en el clima y por no alinearse con los objetivos del Acuerdo de París​.

El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, afirmó que «las petroleras deben rendir cuentas por vender la gran mentira». Foto: EP.

En Estados Unidos, el fiscal General de California, Rob Bonta, ha emprendido una demanda contra las grandes petroleras ExxonMobil, Shell y Chevron, por obtener beneficios “ilegales” obtenidos mediante publicidad engañosa.

La demanda busca obligar a las tres a devolver las ganancias obtenidas a través de estas prácticas.

Francia introdujo la prohibición por ley (Ley de Cambio Climático) de la «publicidad relativa a la comercialización o promoción de combustibles fósiles» y la “promoción de un producto como neutro en carbono” a menos de que vaya acompañado de un “balance de emisiones que abarque todo el ciclo de vida del producto”.

El Ayuntamiento de Edimburgo ha excluido los anuncios y patrocinios de productos y servicios con alto contenido de carbono, convirtiéndose en la segunda capital europea en adoptar una prohibición de este tipo después de Ámsterdam.

Y figuras internacionales como Antonio Guterres, secretario general de la ONU, han exigido medidas más estrictas contra las empresas de combustibles fósiles, comparando su conducta con la de las tabacaleras por ocultar los daños que provocan.

«Las petroleras deben rendir cuentas por vender la gran mentira», afirmó en su discurso ante Naciones Unidas.

La información financiera y no financiera de las empresas es cada vez más relevante

En esta línea, tanto Europa, con la European Sustainability Reporting Standards, como la Securities and Exchange Commission (SEC), la agencia que regula y supervisar los mercados financieros y de valores en Estados Unidos, han puesto un mayor énfasis que nunca en el rigor de las afirmaciones que aparecen en informes no financieros, por una parte.

Por otra, el Reglamento de Taxonomía europeo establece la exigencia de canalizar los flujos de capital hacia inversiones sostenibles, por lo que es esencial eliminar los obstáculos a una circulación del capital a inversiones sostenibles, como sería el «greenwashing».

La información, financiera y no financiera, que este Reglamento obliga a presentar tiene por objeto, “no sólo ayudar a los participantes en los mercados financieros y otros agentes […] a identificar sin dificultad a los operadores económicos que realizan actividades económicas medio ambientalmente sostenibles, sino que también facilitará a dichos operadores económicos la obtención de financiación a efectos de sus actividades medio ambientalmente sostenibles”.

La Organización de Consumidores Europea y la Organización Internacional de Investigación y Pruebas de Consumidores han concluido en un estudio reciente que el «greenwashing» es un obstáculo fundamental para una producción y consumo más sostenibles.

Porque no solo engaña a los consumidores, sino que también representa un desafío significativo para las empresas que realmente invierten en sostenibilidad y que se enfrentan a la competencia desleal de aquellas que hacen uso de publicidad ambiental falsa para mejorar su imagen.

Para fortalecer la lucha contra el «greenwashing», es crucial que las normativas existentes se apliquen con rigor y que se desarrollen nuevas políticas que aborden esta problemática de manera efectiva.

Al combatir estas tácticas engañosas y fomentar la transparencia, se puede asegurar que los esfuerzos para alcanzar la sostenibilidad no sean socavados por prácticas deshonestas.

Por eso es imperativo que tanto los reguladores como las empresas adopten un compromiso genuino con la sostenibilidad, promoviendo un mercado justo y protegiendo el derecho de los consumidores a una información veraz y fiable. Este es el auténtico desafío.

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