El Mickey Mouse paraguayo se «escapa» de la propiedad intelectual protegida por Disney
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24/9/2024 05:35
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Actualizado: 24/9/2024 13:02
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Mickey Mouse se ha convertido, en las últimas décadas, en uno de los personajes más queridos, admirados y apreciados por niños y mayores de todo el mundo, gracias a la compañía fílmica de Walt Disney. Tanto, que el famoso ratón no sólo se quedaba en la gran pantalla, sino que se ha convertido también en un icono de los complementos, la moda, papelería, etc.
Sin embargo, ha habido una única cosa que el ratón de Disney no ha conseguido a lo largo de estas últimas décadas: vencer a su «homólogo» paraguayo. Y es que Mickey también se ha convertido, en el país latino, en un referente de productos de alimentación.
Así pues, desde 1935, Paraguay goza de su propia marca «Mickey», que vende legumbres, harinas y resto de productos alimenticios. Y que, además, cuenta con su propio ratón, apenas diferenciable con respecto al protagonista de Walt Disney.
Una «coincidencia» que la gigante de los dibujos animados norteamericana ha llevado en múltiples ocasiones ante los tribunales. Ello, sin resultado alguno. Y es que la Corte Suprema de Paraguay estableció claramente en su último fallo al respecto la viabilidad de la marca paraguaya. Y con ello, rechazó las pretensiones de Disney con respecto a su famoso ratón.
El tiempo, un elemento clave en la propiedad intelectual
«En cuestión de marcas, es muy importante saber cuándo se registran. Y también, cuánto tiempo se permite que el infractor esté haciendo uso de la marca», explica a Confilegal la abogada Cristina Casas Feu, abogada y socia de Casas IP Abogados. Y es que, este tiempo límite está marcado a nivel nacional Y, tras ese margen, que en España está situado en cinco años, «no puedes demandar». Eso sí, siempre y cuando no haya mala fe. «La mala fe rompe cualquier plazo», establece la letrada.
Así pues, en Paraguay, «el fallo de Disney fue que, si allí estaban haciendo uso del ratoncito de Mickey desde 1935, no interpusieron acciones hasta 1991. Son 60 años, es mucho tiempo», lamenta.
«Es cierto que hoy en día, con Internet, es mucho más fácil enterarse de lo que ocurre en otros países. Y en los años 30, 40 o 50 era más complicado saber que otra empresa del extranjero está haciendo uso de tu marca», explica Casas Feu. Una situación que ha jugado en contra de la casa Disney.
Y es que, tras estas décadas, La Corte Suprema paraguaya estableció que «la clientela ya sabe diferenciar entre el Mickey de Paraguay y el de Disney. Y con ello, el juez dice que no hay riesgo de confusión», entre el ratón de Disney, y el latino.
«En mi opinión, lo que si hay es aprovechamiento de reputación ajena. Algo que en España está recogido en la Ley de Competencia Desleal», asegura Cristina Casas a este medio.
Una «duplicidad» de Mickey que no se produciría en Europa
Una cuestión ante la que muchos se han planteado cómo ha podido suceder esta vulneración de Mickey Mouse en Paraguay. Y que lleva a la abogada a plantear «si Disney tenía protegido a Mickey en Paraguay».
«La protección tiene dos vías. Una, la propiedad intelectual del dibujo, que tiene un plazo de 70 años tras la muerte del autor. Algo que ya se ha cumplido. Por otro, es la vía de la marca. Vía que tiene una vigencia de diez años, y se renueva indefinidamente», explica la abogada.
Una marca del famoso ratón que no sólo contempla su uso en películas o series de Disney, sino que también contempla otros usos, como la comercialización de merchandising. «La marca no es sólo un producto físico, sino también, por ejemplo, su imagen en la restauración».
Complicada situación que, tal y como apunta la abogada, no sería tan factible a nivel europeo. Ello, incluso tratándose de «productos completamente distintos a los de Disney».
«Por ejemplo, aceite para coches. Creo que en Europa tienen las marcas registradas, entonces, aunque fueran productos diferentes, son conexos. Y esta situación no se daría en Europa», destaca.
Un contexto en el que la socia de Casas IP Abogados no duda en aprovechar para dar un claro consejo a todos aquellos que cuenten con una marca registrada, y que pretendan proteger su propiedad intelectual.
«No basta con registrar la marca. También hay que vigilarla y ser proactivo, e intentar demandar a cualquiera que la use. Porque sino, con el tiempo, se establece la dilución. La dilución de la marca es que yo he permitido que mi marca esté en otras marcas de otros titulares que coexistan pacíficamente en el mercado, o bien que mi marca sea tan famosa, tan famosa, que se identifique con el propio producto y entonces se vulgarice. Eso le ha pasado, por ejemplo, a kleenex y a post-it», explica. Una cuestión que ha afectado a un gigante como a Disney, con una figura tan representativa para la compañía como su Mickey Mouse.
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