Priorizar la salud, a la clientela: un cambio necesario en la abogacía
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27/9/2024 05:35
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Actualizado: 27/9/2024 02:19
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La abogada especializada en Derecho de Familia Mariola Quesada ha valorado en el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) los retos a los que se encuentra este sector. Una cuestión que radica en el bienestar de los profesionales del Derecho, necesario para dar el mejor servicio posible a sus clientes.
«Para aprender a decir yo te amo, primero hay que saber decir yo». Así se describe, en apenas una línea, el egoísmo razonable que promulgaba la filósofa Ayn Rand.
Un pensamiento que, ahora, parece haber adaptado a la abogacía la letrada de Familia Mariola Quesada. Ello, en busca de un equilibrio entre la profesión de la abogacía, y el equilibrio personal.
Así pues, durante el encuentro «Bienestar y Productividad: retos de la abogacía de familia», celebrado este lunes en el ICAM, la letrada no ha dudado en valorar el bienestar emocional y físico de los integrantes del mundo del derecho. Un equilibrio personal que, para Quesada, es esencial para poder mantener un correcto trato con el cliente, y una productividad positiva en el trabajo.
«Cuidándonos, vamos a poder «cuidar» a nuestros clientes. A tratar mejor los asuntos, a autorregularnos mejor», ha expuesto la abogada durante su intervención.
Una necesidad de cuidar del bienestar propio, catalogado por la especialista como «bienestar integral» que se fundamenta en cuatro pilares esenciales: el bienestar mental, el psicológico-emocional, el bienestar físico, y el bienestar social.
Equilibrio que, tal y como demostraban los propios asistentes al acto, en muchas ocasiones es prácticamente imposible de conseguir. Y es que muchos reconocían hacer poco ejercicio físico durante la semana. Otros, haber reducido sus contactos sociales. O pasar tiempo de calidad para uno mismo.
Los datos que arroja la abogacía: ansiedad y falta de tiempo
Falta de tiempo para uno mismo, y para su bienestar, que acaba afectando a la abogada, que no dudaba en compartir una reflexión de sus comienzos en el campo. «Hay gente que te decía que no iba a acudir a un curso para aprender a gestionar el tiempo… por falta de tiempo», explicaba Quesada.
«Debemos invertir tiempo en mejorar nuestra productividad», destacaba la abogada. Ello, a través del entendimiento de la conectividad que existe entre la productividad, y el bienestar del propio profesional de la abogacía.
Un bienestar que, tal y como demostraban los datos expuestos en la ponencia, parece estar muy lejos de llegar al mundo de los abogados. Ello, a pesar de que, por suerte, «se ha roto el tabú de la salud mental en el sector. Y cada vez tendemos a compartir y hablarlo más».
«6 de cada 10 abogados han sufrido ansiedad en el último año. El 50% de los abogados dice que le falta tiempo para estar con su entorno. Y sólo el 55% de los despachos cuentan con teletrabajo», exponía la abogada. Una problemática que dejaba claro un mensaje: «el 49% de los abogados considera que su trabajo tiene un impacto negativo en su salud mental».
Datos que muestran que cada vez es más necesario encontrar un equilibrio entre la vida personal y profesional. No sólo para el bienestar individual, sino como mejora en la productividad y, por tanto, en el servicio de aquellos que más necesitan la Justicia.
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