De opositar 6 años a juez a empezar la abogacía en Garrigues: «Dejarlo no es un fracaso, abre la puerta a nuevas oportunidades»
|
09/10/2024 05:36
|
Actualizado: 09/10/2024 08:11
|
Miguel Ángel Domínguez Gómez decidió cambiar el rumbo de su vida hace pocos meses. Tras casi seis años opositando a la Carrera Judicial estudiando una media de 10 horas diarias, ha dejado atrás ese camino para centrarse en un nuevo reto profesional, la abogacía. Una vía que siempre había estado presente tanto en su mente como en su vida porque, además, era la profesión de su padre.
Empezó a opositar en septiembre de 2018 cuando tenía 23 años. Pero veía cómo cada año la puerta se cerraba una y otra vez, lo que le hacía perder la ilusión. En noviembre de 2023 estuvo a punto de saborear el aprobado, pero suspendió el último examen por falta de plazas.
Y tan sólo un mes después, decidió inscribirse al Máster de Acceso a la Abogacía en la Universidad Europea. Todavía lo está cursando.
Sin embargo, en aquella época, pese a haberse apuntado al máster, todavía estaba entre Pinto y Valdemoro. Por lo que en febrero de 2024 decidió volver a presentarse al primer examen, el tipo test. Y pese a saber que había superado la nota de corte, vio que era momento de dejarlo, sobre todo, por salud.
«Fue una decisión muy difícil», reconoce. Muy consensuada consigo mismo y con su entorno más cercano. «Es una oposición que requiere mucha disciplina, es un proceso muy duro y pierdes la motivación, no me encontraba bien mentalmente para continuar». Además, en su caso, también desconfiaba del proceso.
En la oposición hay cosas que «pesan mucho»
«Llega un punto en el que te sientes muy encerrado y tú sabes lo que vales, sabes que tienes la oposición en la cabeza pero a la vez también conoces de las casuísticas que se pueden dar en el proceso (fecha del examen, tribunal, número de plazas, temas a cantar). Al final todo esto pesa mucho».
Domínguez reconoce también que otro de los puntos complicados en las oposiciones cuando llevas muchos años estudiando es el tema económico. «Porque, ya no sólo es no ganar dinero, sino que pierdes al tener que pagar a un preparador».
No obstante, relata que su preparador se portó muy bien con él. «Se hace imposible trabajar aunque sea a jornada parcial, es francamente difícil».
Y tras dejar la oposición a sus 29 años y llevar varios meses estudiando el máster, un mensaje de LinkedIn del despacho Garrigues le ha abierto las puertas a lo que será su nueva profesión. Hizo un largo proceso de selección para ver si encajaba en el perfil de becario en el área de procesal-penal en Valencia. Finalmente resultó ser el elegido y se incorporó el pasado 1 de octubre.
Por ahora, todo le resulta apasionante, está aprendiendo de grandes profesionales y, también, a manejar la búsqueda de jurisprudencia.
Venía de años muy teóricos y esto le está ofreciendo un conocimiento y una experiencia muy enriquecedora. Lo tiene claro, para él, «dejar la oposición no es un fracaso» ya que «muchas veces hay puertas que se cierran pero miras a tu lado, y tienes otra que se abre con nuevas oportunidades».
Años de estudio que no quedan en el olvido
Además, esos años de estudio no quedan en el olvido, ya que le permitirá aplicar todo lo aprendido en el ejercicio de la abogacía. Por ello, aconseja a otras personas que están viviendo su situación que no tengan miedo de dar un paso al lado porque «la vida depara muchas sorpresas» y es «un logro el haber sido capaz de estudiar tantos años».
La experiencia de Domínguez con la oposición le ha llevado a pensar que el sistema es «un poco arcaico» basado exclusivamente en la memorización de la norma.
Lo mejoraría «dándole una perspectiva un poco más lógica y que se valorase no sólo la memorización, sino también la interpretación que uno puede hacer de la norma, la capacidad de raciocinio jurídico.”
También aboga por la posibilidad de que existiese un diálogo con el Tribunal, en el que se pudieran apreciar otras características y valores del opositor.
Pero sobre todo, manifiesta «que el sistema que tenemos aquí en España es prácticamente único con respecto a los de nuestro alrededor». En otros países hacen un examen de acceso y luego entran a una academia como si fuese la Escuela Judicial de Barcelona. «Ejercen el derecho de manera práctica». Otro de los aspectos es que los exámenes en esta oposición son irrecurribles.
De modo que anima a todo aquel que esté pasando por esta etapa a que cambie su rumbo porque se abre la puerta a un sinfín de oportunidades.
Noticias Relacionadas: