A pesar de que el conflicto laboral puede producir un acoso laboral, ambos conceptos no suponen el mismo daño para el trabajador. Foto: Confilegal
Acoso laboral o conflicto, una confusión que llega a los tribunales: «no hay un consenso profesional»
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11/2/2025 05:35
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Actualizado: 11/2/2025 00:11
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El acoso laboral se ha convertido en una de las principales lacras dentro de las empresas. Especialmente, en las relaciones de los trabajadores, y de cara a la responsabilidad legal de la empresa ante sus empleados y ante los tribunales. Una cuestión que, sin embargo, es víctima de la confusión conceptual entre lo que implica el acoso laboral, y lo que supone un conflicto laboral. Elementos que no tienen la misma relevancia ante los tribunales.
Sin duda, un buen ambiente de trabajo es clave para el buen desarrollo de un empleado. Un elemento de alta sensibilidad que puede verse truncado por muchos elementos. Entre ellos, el acoso laboral.
Acoso que, en muchas ocasiones, se confunde conceptualmente con un conflicto entre empleados.
«La diferencia fundamental es que el acoso es algo sistemático. Es una conducta reiterada, y que tiene una intención, generar algún tipo de daño al trabajador«, explica Miguel Pérez Urzay, director de SafeWork, despacho psicolegal especializado en prestar asistencia psicológica y pericial a víctimas de acoso laboral.
Un punto muy distinto al del conflicto laboral, que «no es algo reiterado. Puede ser algo puntual, o se pueden dar varios conflictos espaciados en el tiempo, y surge por diferencias de criterios, etc. Pero no hay una intencionalidad de hostigar ni hacer daño a la víctima. Ello, aunque pueda provocar cierta tensión emocional»,
Dos conceptos distintos que, sin embargo, pueden llegar a estar relacionados. «Es importante poner encima de la mesa que a veces el acoso laboral comienza con un conflicto. Especialmente, cuando no se solucionan bien, no se han gestionado correctamente», destaca el experto.
El falso acoso laboral en los tribunales
Un ejemplo de esta confusión de conceptos que llegaba ante los tribunales. En concreto, ante el Juzgado de lo Social nº2 de Cuenca, bajo la magistratura de Adrián Martínez Moya.
Caso en el que la trabajadora demandaba a dos compañeros por un presunto acoso laboral, destacando que se habían vulnerado sus derechos fundamentales, y solicitando una indemnización de 10.000 euros.
Ello, debido a un conflicto en el que la pareja de la trabajadora tenía un conflicto con Rosendo (nombre ficticio), quien trabajaba con la demandante. Al negarse éste al cambiar su puesto de trabajo para que la pareja pudiera trabajar juntos, se inició un conflicto laboral entre ambos, que acababa provocando que la mujer demandara a su compañero, ante la empresa y ante los tribunales, por acoso laboral.
Algo que la compañía rechazaba, al no encontrar indicios de dicho acoso. Y que el juzgado desestimaba, entendiendo que los hechos correspondían a un conflicto laboral, pero no se podía considerar un acoso laboral.
Una confusión que necesita «líneas definitorias»
«Hay desconocimiento de la diferencia entre ambas. Hay ocasiones en las que se confunden conflicto y acoso laboral. En ambos casos, los daños son importantes para ambas partes. Hace falta trazar líneas definitorias claras para diferenciar ambas situaciones», explica Pérez Urzay ante este tipo de situaciones.
Una realidad que se produce incluso ante los tribunales debido a que las líneas que dividen ambos conceptos pueden ser «difusas». Y ante las que la valoración psicológica es distinta a la valoración legal.
«Hay controversia desde el punto de vista psicológico, que el acoso laboral tiene que cumplir estos tres puntos. A nivel jurídico, se establece que no hace falta que sea una conducta reiterada, sino que una simple situación en la que se produzca un daño a un trabajador puede llegar a ser acoso. Y lo que ocurre en estos casos es que hay una importante diferencia conceptual», lamenta.
Situación ante la que, para el experto, es «fundamental un asesoramiento más técnico. También en las empresas, para poder diferenciar acoso y conflicto laboral». Un campo en el que «aún quedan muchas cosas por hacer».
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