Grandes juristas conmemoran en el ICAM los 50 años de la Ley 14/1975 que reformó el régimen jurídico de la mujer casada
De izquierda a Derecha, Consuelo Abril, Belen Landaburi, Isabel Winkels, Francisca Sauquillo y Carmen Alonso. Foto: ICAM

Grandes juristas conmemoran en el ICAM los 50 años de la Ley 14/1975 que reformó el régimen jurídico de la mujer casada

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06/5/2025 09:28
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Actualizado: 06/5/2025 09:34
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Belén Landaburu, Consuelo Abril, Francisca Sauquillo y Carmen Alonso, cuatro grandes juristas recordaron ayer la importancia de la Ley 14/1975, que supuso el fin de numerosas restricciones legales para las mujeres en España.

En una mesa redonda en el Colegio de Abogados de Madrid (ICAM), moderada por la vicedecana Isabel Winkels, las ponentes compartieron sus vivencias y las dificultades enfrentadas tanto en su redacción como en su implementación de la norma que cumple 50 años.

Previamente se proyectaron dos videos en reconocimiento de las figuras de María Telo y Belén Landaburu, «grandes impulsoras de la citada ley y referentes de la igualdad en nuestro país», como aseguró Winkels.

La propia Belén Landaburu, jurista y exprocuradora en las Cortes y toda una pionera en derecho de familia e igualdad, ofreció un emocionante recorrido por los antecedentes y la gestación de la Ley 14/1975, y reivindicó el papel clave de las mujeres juristas que, desde la sombra y con enorme perseverancia, allanaron el camino hacia la igualdad jurídica.

Belén Landaburu, todo un símbolo de la lucha por la igualdad y pionera en la reforma legislativa española en derecho de familia. Foto: Confilegal

Para explicar el origen de la ley de 1975, Belén Landaburu se remontó al Consejo de la Federación Internacional de Mujeres Juristas celebrado en 1969, donde participaron representantes de 17 países.

Allí se elaboraron conclusiones pioneras sobre la igualdad jurídica de la mujer, impulsadas por María Telo, como la capacidad plena sin distinción de edad o estado civil, la sustitución de la patria potestad por una autoridad parental compartida, o el derecho de la mujer a conservar su nacionalidad tras el matrimonio. “Estas conclusiones de 1969 reproducen prácticamente las que se reflejan en nuestra ley de 1975”, recordó Landaburu.

Tras ese encuentro, un grupo de juristas —incluida la propia Landaburu— “Deseosas de reivindicar las conclusiones del Consejo, visitamos a las máximas autoridades jurídicas españolas y a Franco«, reclamando la reforma del Código Civil en materia de capacidad jurídica de la mujer.

Posteriormente, en 1972, como procuradora, presentó una petición formal para modificar el artículo 321, que discriminaba expresamente por razón de sexo. “Era incompatible con el ejercicio de los plenos derechos civiles que deben corresponder a la mujer sin discriminación”, afirmó.

Igualmente, Landaburu relató como a pesar de las adversidades, el proyecto fue avanzando. Para ello, «el entonces ministro de Justicia, José María Varela, creó una sección especial en la Comisión General de Codificación, que por primera vez incluyó a cuatro mujeres: María Telo, Concha Sierra, Carmen Salinas y yo», señaló.

En 1974 ya se tenía el texto completo de reforma: “Se propuso la modificación de 59 artículos del Código Civil, 9 del Código de Comercio y la supresión de 6”.

El pleno de las Cortes aprobó la ley en abril de 1975. “Tuvo mucho eco en la prensa, y el Consejo de Ministros calificó la situación como una enmienda de injusticias para la mujer”, recordó Landaburu.

Esta ley, que después ha tenido muchos padres y muchas madres, se consiguió por una colaboración fundamental por parte de María Telo, que movilizó a la sociedad, que dio conferencias, que insistió al máximo nivel en el cambio”, subrayó Landaburu con firmeza.

Aprobada esta ley en mayo del 75, como recordarán ustedes, murió Franco el 20 de noviembre”, concluyó, subrayando el carácter casi simbólico del momento.

Consuelo Abril ensalzó la figura de Maria Telo, con quien trabajó en los años 70, y de la que destacó su papel como “luchadora incansable», cuya vida era el Código Civil. Foto: Confilegal

Por su parte, Consuelo Abril, una de las grandes pioneras de la abogacía feminista en España, rindió homenaje a María Telo, una figura clave en la modernización jurídica de los derechos de las mujeres, con quien trabajó los años 70, cuando entró a trabajar en su despacho.

Recordó cómo, en 1971, Telo fundó la Asociación Española de Mujeres Juristas para incidir directamente en las reformas legislativas desde dentro, -como hizo- con su presencia en la Comisión General de Codificación.

“Fue una luchadora incansable. Su vida era el Código Civil«, enfatizó.

Abril señaló que, antes de esa reforma de la Ley 14/1975, las mujeres casadas eran consideradas legalmente incapaces. “El Código Civil decía que no podían prestar consentimiento en los contratos los menores de edad, los locos, los sordomudos… y la mujer casada. Eso me decidió a no casarme nunca. Aquello me pareció que sobrepasaba cualquier normalidad”, rememoró.

Subrayó que antes de la citada reforma, «hasta para cobrar un salario o abrir una cuenta corriente, la mujer casada necesitaba el permiso del marido. No olvidemos que el Código Civil contemplaba la posibilidad de reprender moderadamente a la esposa. Eso se permitía legalmente”, recordó.

Durante su intervención, la letrada también rememoró una estremecedora anécdota de su paso por los tribunales eclesiásticos en los años 70: “Una mujer vino al despacho y nos contó que su marido había rociado su cama con gasolina con la intención de matarla. Fuimos al tribunal eclesiástico a pedir la separación. ¿El resultado? No la concedieron porque el intento de homicidio fue considerado un ‘hecho aislado’”.

“Poner en valor nuestra profesión y el recuerdo de María Telo es hoy más necesario que nunca”, concluyó. Porque, como ella misma afirmó, “lo personal es político”, y el Derecho, si no se reforma y adapta, puede convertirse en una herramienta de opresión.

Francisca Sauquillo, reivindicó el papel de los movimientos sociales de mujeres en los años 60 como precursoras de la citada ley 14/1975. Foto: Confilegal

La abogada y política Francisca Sauquillo, una de las voces más autorizadas del feminismo jurídico español, reivindicó el papel determinante de las asociaciones de mujeres desde los años 60 en la transformación legal y social del país. En una intervención cargada de memoria, experiencia y advertencias de futuro, Sauquillo recordó que “la historia se construye a base de conquistas, y esas conquistas las llevan adelante personas, sí, pero sobre todo movimientos”.

Sauquillo situó el inicio del cambio en el asociacionismo de base, aún bajo la dictadura: “En el año 65 se crea el Movimiento Democrático de Mujeres, impulsado por el Partido Comunista, y cuatro años después, en 1969, la Asociación de Amas de Casa y del Hogar. A pesar de su nombre, jugaron un papel importantísimo”, subrayó.

Y, en este sentido, ha subrayado “El año 75 fue clave, fue un hito porque el movimiento de mujeres ya era internacional. Pero nada de eso hubiera sido posible sin todo lo que se venía gestando desde los años 60”. Sin esos movimientos no hubiera sido posible esa ley.

Sauquillo también recordó la figura de María Telo como “referente indiscutible” de la reforma del Derecho civil desde una perspectiva de género, pero insistió en que “ella misma sabía que sin el apoyo de las asociaciones de mujeres no se podía avanzar”. En ese sentido, destacó que Maria Telo se reunía con asociaciones de todo tipo para impulsar las reformas legales que cristalizarían en la Constitución de 1978.

Sauquillo reconoció los avances de las últimas décadas: la Ley de Igualdad de 2007, la Ley contra la Violencia de Género de 2004, y el Pacto de Estado. “Son conquistas fundamentales que no podemos dar por seguras. En cualquier momento se puede retroceder. Por eso no podemos permitir ni un paso atrás”.

“Todo lo que hemos conseguido —concluyó— ha sido gracias a una lucha constante, transversal y colectiva. Es momento de recordar a muchas mujeres que han sido ignoradas, pero sin las cuales no estaríamos donde estamos”.

Carmen Alonso, actual presidenta de la Sección de Derecho Mercantil de la Comisión General de Codificación. Foto: Confilegal

Por último, Carmen Alonso, actual presidenta de la Sección de Derecho Mercantil de la Comisión General de Codificación, aportó una perspectiva jurídica y económica al debate sobre la lucha histórica por la igualdad. Durante su intervención, reivindicó la necesidad de recordar que “si las mujeres no podían ni administrar su propio patrimonio, ¿cómo iban a ejercer el comercio?”.

“Era casi imposible. No del todo, pero sí muy difícil. La mujer estaba jurídicamente limitada para actuar por sí misma en el ámbito mercantil”, explicó. Alonso ilustró esta desigualdad con un ejemplo singular: la adaptación del Código de Comercio de 1885 para Filipinas.

“En Filipinas, las mujeres trabajaban más que aquí y dirigían industrias. Por eso, en la versión filipina de 1888, se daba más facilidad para que el marido revocara su oposición a que la mujer ejerciera el comercio. Es decir, no se reconocía su autonomía, sino que se flexibilizaba el permiso del marido”, ironizó.

Aunque ese cambio fue “curioso” en lo formal, para Alonso no supuso una verdadera solución: “La mujer seguía necesitando autorización para vincular bienes, incluso los comunes. Y los problemas de redacción de algunos artículos solo complicaban más la interpretación y su aplicación práctica”.

Desde su propia experiencia como jurista, Carmen Alonso trazó una línea directa entre aquellas limitaciones históricas y el papel que hoy desempeñan las mujeres en los órganos normativos del Estado.

“En 1972, cuando se nombró una comisión especial para reformar el Código Civil, no había ni una sola mujer en la Sección Primera de Codificación, que es la de Derecho Civil. Hoy, en cambio, en la Sección de Mercantil somos más mujeres que hombres”, destacó.

“La tarea prelegislativa —añadió— la estamos haciendo mayoritariamente mujeres. Y eso es gracias al legado de las pioneras como María Telo o Belén Landaburu, que han dedicado su vida a cambiar el sistema desde dentro”.

Isabel Winkels, en un momento de la intevención, junto a una de las protagonistas de la noche, Belén Landaburu. Foto: Confilegal
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